23 de septiembre de 2009

Mi oscuro secreto

Como todos los mortales, guardo mis secretos. Oscuras, terribles verdades que ni siquiera mis papás, mis hermanos, mis amigos saben.

Mi secreto se contradice en su esencia. Cuando salgo, o estoy en algún lugar, y alguien tiene la puntada de sacarme a bailar, ocurre el cisma: soy virtualmente incapaz para bailar. Mi inhabilidad es portentosa: no sé sacar el ritmo, le tengo un terror absurdo a las vueltas, y siempre piso a mi compañero y a las demás parejas. Mientras trato de bailar, mientras paulatinamente me pongo cada vez más roja y a la vez entorpezco aún más mis pasos, no dejo de repetir frases como "hay gente que tiene el ritmo y gente que no, yo ya acepté mi sino" y "es increíble tener sangre latina y no saber bailar" y "te lo juro que usualmente no soy tan torpe" y "por favor, no prolongues mi tortura y devuélveme a la silla" y "¿sabes dónde está la mesa del alcohol?".

No tiene nada de extraordinario. Hay gente que no sabe bailar y ya. Nadie los critica; es más: nadie se preocupa por ellos. Son invisibles, prescindibles, ordinarios. Son los bultos de la fiesta. Solamente están ahí, sentados, sin hacerle daño al mundo, s
in ser parte del mundo.

Nadie se sorprende que no sepa bailar. No es como si yo sea la persona más folklórica del universo. No tengo cultura musical popular, mis papás no se ponían a escuchar ritmos del mundo mientras limpiaban la sala, jamás tuve un novio con vena jipi que me enseñara a mover las caderas. ¿Quié me ha visto usando ropa de manta? ¿Quién me ha visto cantar rancheras con unos tequilas encima? Nada en mi persona sugiere ritmos calientes, fuego y salsa. Nada.

Y sin embargo... bailar es lo que secretamente más me gusta en el mundo.

En los párrafos de arriba no dejo de mencionar que no sé bailar, que es muy distinto a que no me guste bailar. Suena tonto de lejos, pero no en la práctica, como si alguien dijera "me ENCANTA escalar montañas, pero no sé escalarlas, y lo que es más: JAMÁS he escalado una montaña; mira, dame un sándwich de jamón de pavo".

Mi secreto es horrible. Ojalá no saber bailar no me causara tantos dilemas, porque si no me gustara podría poner una cara adusta y decir: no me gusta bailar, déjenme en paz, los odio a todos.

Sé dónde surgió todo. En la primaria tenía una maestra de educación medio malencarada. Sin embargo, cada que se aproximaba el festival de las madres nos ponía una coreografía "moderna". Era mi época favorita del año. Yo creía genuinamente tener un talento sobrenatural para bailar.

El mejor momento del día era salir al patio a ensayar. Y todo lo que acompañaba al evento era igualmente extraordinario: la confección del vestuario, la búsqueda de los accesorios (una vez recorrimos toda la Lagunilla para encontrar un paraguas amarillo del mango a la punta), la compra del calzado, los días inmediatos anteriores al baile, la emoción, el peinado, los nervios acompañados de la sensación de vómito antes de salir, pisar la duela del auditorio, escuchar el clic de la grabadora y bailar, bailar, como Billy Elliot y la electricidad, y volar y sentir que uno los mataba con los pasos...

Pero mi maestra jamás me puso de líder. En todos nuestros bailes había siempre una figura principal. A mí todos los años me lo prometía, pero al final siempre elegía a alguien más: su sobrina, una que ya "había visto el video en la tele" y "por lo tanto, ya se sabía la coreografía" (verídico), a otra que era más ligerita y menos alta... Ughr, ahora lo veo como un acto de crueldad.

Supongo que ella arruinó mis ilusiones y mató el ritmo en mi cuerpo. Desde entonces me volví una discapacitada en el baile. Ya nadie supo sacarme tres pasos. Recuerdo un recreo en la secundaria, y cómo todos bailaban, y cómo yo me sentía avergonzada por no saber hacerlo a mis ¡14 años!

Ahora tengo 23 y ya es muy tarde. Soy como la escaladora de montaña frustrada. Ni siquiera el alcohol me desinhibe. No hay poder humano que me saque una cumbia ideal. Luego me defiendo diciendo que el ritmo libre es lo mío, y que si pusieran música más flexible podrían ver mis increíbles pasos.

La verdad es que no. Sólo hay una persona en el mundo que me ve bailar todo el tiempo. Se llama Leonardo, tiene 3 años y soy su tía. Siempre que lo veo le pongo las bocinas a mi iPod, cierro las cortinas y escalo montañas. Eso es mejor que nada, creo.


25 comentarios:

Cuervo del D.F. dijo...

Qué historia :-) yo soy todo lo contrario.. no me gusta bailar.. lo detesto!! Pero tuve que aprender porque siempre me escogían en los bailes de la escuela y en las fiestas mis amigas me sacaban porque les gustaba bailar conmigo.

Por eso ya casi ni voy a fiestas.

Unknown dijo...

Yo me 'madrié' la espalda cuando hice la danza de los viejitos en la secundaria, el trauma fue tal que jamás volví a pisar una pista :(

Unicornio dijo...

Pero, caramba, ¿¡cómo!?

QUÉ TE PASA!!

(Uuppsss! Perdón por levantar el teclado, digo, la voz. Es que NO puedes hacer eso, apartarte del placer de mover el cuerpo, vive Dios!!!)

(Respirando profundo... ya:)
Podría poner un "Tratado Único(rniano) de Cómo Evitar Que Los Maestros de Primaria Ahoguen Nuestras Dotes Artísticas, 502a. edición", pero mejor te comparto lo que me dijo Eiren hace felices años (e inolvidables noches):

Ponía su música irlandesa (gigas y cosas así) y me decía: "¡baila con la alegría, no con el cuerpo! ¡Gira con el viento, no en contra del piso! ¡Pon tus pies sobre la tierra y la mente en el cielo, no sobre mis dedos y en mi tras...!!
(Méndiga pelirroja irlandesa, cómo la amaba!)

Así que, en lugar de soñar con ganarle en un baile a "cadereyarle" a la Pavlova, cite a sus amigos algún día memorable e ¡invítelos a bailar!
(Recomiendo como coreógrafo a Leonardo. Y algo de "son montuno" o baile irlandés para comenzar, jeje!)

Y salta y gira y abraza y... sí, pisa algunos pies y empuja algunos traseros estorbosos y ríe y vete a hidratar (OK, se valen cervezas) y regresa a brincar y girar y chocar y reír. Que para eso es el baile, ¿qué no?

Perdón, es que me enojé. Porque yo era igualito, y ya ves: encontré a uno de los amores de mi vida por NO SABER BAILAR. Así que no se nos queje, porque... este... ¿te estabas quejando?

(Y creo que tampoco aprendí mucho. Pero cómo me divierto... y le doy batalla a Michael Flatley, faltaba más!)

Con un conjunto de porras listas para ESE día (el de tu baile multitudinario, no te hagas!!), se despide,

el acomplejado bailaor Caballo con Cuerno (una vez le torcí el brazo a mi amor platónico... y se convirtió en plutónico: se fue leeejos, leeejos, snifff!!)

Lalo dijo...

ay pobrecita... tu historia se compensa mucho por el final con tu sobrinito leonardo, ajajaj...

en fin, don't worry, si no sabes bailar en una fiesta siempre puedes quedarte sentada a platicar/consumir alcohol mientras todos se divierten...

bueno no

besos

Alhelí Navarro dijo...

Me recordaste un poco a Elaine, de Seinfeld. Cuando ella cree que es una bailarina experimentada y le encanta hacerlo, pero cuando muestra su talento, lo único que sabe hacer es dar pataditas y levantar los pulgares. Si puedes búscalo. Además, nunca es tarde para aprender, te lo digo por experiencia.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hagamos un club

lavega dijo...

Suponiendo que vives el promedio de una mexicana (78) y supongamos que tendras animos hasta uno 10 años antes (68), te quedan 45 años para aprender a bailar. Toda una vida!

En 45 años haces el equivalente al kinder, primaria, secundaria, preparatoria, universidad, opcionalmente maestria/doctorado y hasta trabajarias.

Todavia estas a tiempo para mover esas caderas...

juanhelo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Yoshiro Luna dijo...

A mí me gusta mucho bailar, pero soy de los pobres destinados a ver a los demás moverse frenéticamente...

Qué triste es no poder bailar... :'(

juanhelo dijo...

A mi me encantaba bailar en las coreografias de la primaria, hasta baile la de "ya no eres mi bombom" de cabas!!!

Y me paso lo mismo que a ti en la secundaria. por eso no iba a ninguna de esas cosas donde se juntaban todos a bailar.

Creo que somos almas gemelas y nos debemos casar ahora mismo.

D´Maurice dijo...

Formula infalible.

Hombre deseado= Pasos de baile.

Este te tiene que brindar la seguridad de un abrazo.

despues seras una gacela.

Veintitres? pareces de ochenta!

Unicornio dijo...

Pérenme tantito...
Mmmhhhh... Ahora caigo!
¡¡Ya te había visto antes, en tu personalidad secreta de BRL ("Bailarina de Ritmo Libre", M.R.)!!
Bien lo decías:
"No hay poder humano que me saque una cumbia ideal. Luego me defiendo diciendo que el ritmo libre es lo mío, y que si pusieran música más flexible podrían ver mis increíbles pasos..."

¡Era una pista, lo sabía!
(No os preocupéis: os guardaré vuestro singular secreto, donde pueden verse vuestros sexys pasos y vuelos:

http://www.youtube.com/watch?v=mPIJKE4z2N8&NR=1 )

Un saludo admirativo (¡qué gracia! ¡Qué pasos! ¿Os cortásteis el cabello?) y afectuoso del

caído Caballo con Cuerno (Viva Irlanda!)...

Montserrat Algarabel dijo...

pues si: la oscuridad de tu secreto no es que no sepas bailar, sino que que te encanta hacerlo... ay, esa pasión por el baile hace que tu secreto sea hasta perversón... y muy interesante.
un saludo, n.

Gabriela/undies dijo...

Yo sola bailo lo que quieran, pero para bailar en pareja estoy genéticamente impedida.

Yo digo que como terapia le caigas hoy a Pasagüero al toquín de Tropikal forever, ¡la pura buena onda! Estaría bueno vernos por allá con el grupo en turno que me hace querer mover el bote de manera genuina.

http://www.myspace.com/tropikalforever

YIZUS dijo...

Y yo que siempre pensé que lo único que se necesitaba para bailar era, justamente, que te guste bailar, y atribuí mi soldadura de cadera a ese disgusto...

Lilián dijo...

Querido Yizus:

El 15 se celebra la independencia de nuestro maltrecho país, nada más. Y los mexicanos somos muy afectos a dar el grito y todo. De horror, será.

Querida Gabriela/Undies:

Ash. Ya no vi a tiempo el comentario. Fui a las Improluchas y luego por una fabada al Covadonga, que fue una estafa: carísima, y horrenda, servida en plato sopero de abuelita. Pero mejor así: acuérdate que te arruiné tu set list en el Tokyo Pop, con mis complacencias idiotas. Oh, no, no quieres que yo esté cerca de ti mientras díyeas.

Lady Diabla dijo...

yo tambien pensaba eso hasta que un chico realmente guapo (que supongo que sabes quein es proque iba en la prepa sur) me saco a bailar preguntandome primero:
-¿sabes bailar?
y contestandole yo:
-bailar? yo? jaaa pues claroo! me encanta bailar soy buenisima.
solo lo dije para tenerlo un momento "cerquitas", no tengo idea de como lo halla hecho pero... valio la pena.

ulysses dijo...

maldita sea, estoy a años luz (atrás claro esta) de tu forma de escribir... seguiré en el intento y esta excelente to blog. ah, creo que ya me deprimi. jajaja, buena víbra.

outonj dijo...

me gusta tu palmera

anteopolis dijo...

Ahm... bueno, después de todo no soy el único con tal contrariedad fiestil.
=(

Kazu dijo...

Completamente identificada, diablos, yo me conformaría con poder bailar a ritmo y nada más.

ZuGab dijo...

No es muy tarde... Nunca lo es.
Yo no sabia, y aprendi, y soy dos años mayor que tu.

kimagure_gil dijo...

"Sé dónde surgió todo. En la primaria tenía una maestra de educación medio malencarada. Sin embargo, cada que se aproximaba el festival de las madres nos ponía una coreografía "moderna". Era mi época favorita del año. Yo creía genuinamente tener un talento sobrenatural para bailar."

Esos momentos me enamoran, son cuando te das cuentas que podrás desquitar ese placer pecaminoso que nadie, nadie, conoce. Esos de los que te sientes culpable pero haces todo lo posible por cumplir.

Recuerdo que TODOS odiaban la clase de artisticas, TODOS. Yo opinaba igual que la multitud y siempre levantaba la mano cuando preguntaban quién se la iba a "pintear". Al final siempre iba a la clase porque ahí podía ver a la chica que me gustaba. Siempre justifiqué diciendo que el maestro me cachaba en la movida. Me encantaba.

kimagure_gil dijo...

Por otro lado ODIO con todo mi corazon escuchar banda, pero me encanta bailarla. Asi de culero.

AndPerseo dijo...

Mi poca pasión por el baile fue asesinada en Kinder cuando por no seguir los pasos me pusieron un cordones en los pies: uno rojo y uno verde.

Y a practicar los pasos frente a todos de la mano de la maestra "rojo, rojo, verde..."

Desde entonces hasta una clase de zumba donde acabé por error mejor evito las pistas de baile pues creo que lo único que medio sigo sin chocar con todos es "superfreak" y eso, porque me siento Olive.

Saludos