17 de mayo de 2010

Silencio


Silencio es casi todo lo que he hecho en las últimas semanas. Quise dejar Twitter por dos semanas, pero no lo logré. Me fui un jueves en la madrugada. Regresé, más de una semana después, un domingo por la madrugada. No tengo mucho qué hacer últimamente; mi vida es un paraíso en apariencia: leo, leo mucho, no sólo cosas importantes, autores muertos, cuentistas y novelas escritas en inglés decimonónico, sino sitios de chismes y foros de discusión sobre el señorito Edward Cullen. También escribo, no mucho en el blog, sino los cuentos de mi proyecto del Fonca. Luego del primer encuentro llegué con la moral un poco pisoteada, la hoja en blanco me resultaba verdaderamente aterradora, todo lo que escribía me parecía una soberana mierda, y a pesar de tener las tramas adecuadamente pensadas y delimitadas, me debatía en la forma: todo era tieso, acartonado, falto de vida, como zombies diciendo "oh, míranos, somos un cuento, tenemos vida" y cuando intentan comerte el cerebro se desploman sobre sus raquíticas piernas.

Pero luego volví a escribir, cosas que sabía que no terminarían en mi antología, sino cosas en general y de pronto tuve inercia y seguí escribiendo. Así que estoy en eso.

Pero también estoy desempleada, así que mi vida carece de una rutina establecida. Me la paso en una depresión campechana la mayor parte del tiempo, pensando en mi desgracia, lamiéndome las heridas, pensando en cosas que no tienen sentido: puedo analizar durante toda la noche una entrevista que leí en la Cosmpolitan sobre el inodoro y todo tiene sentido y es tan fugaz y tan importante, pero al mismo tiempo tan... no. Saben a lo que me refiero (o no, seguro ustedes tienen sus viditas importantes, se levantan temprano por las mañanas para ir al trabajo, pasan por su café al Starbucks de la esquina, actualizan sus redes sociales cuando el jefe no los ve, van a comer guisados insaboros al comedor de la empresa, luego ven una película en el cine, se desvelan con videos del YouTube y empiezan todo de nuevo, seguro sí).

Pienso mucho en Rusia. Tengo una debilidad (odio la expresión tener una debilidad) por las almas tormentosas, y los rusos son campeones en este deporte. Hace muchos años mi hermana fue a Rusia, de regreso nos trajo unas playeras con símbolos raros, unas matrioskas y un par de esos sombreritos felpudos con orejeras. Le pregunté todo, cómo era la comida, los amaneceres rusos, los rusos que caminan por la nieve sucia en las calles de San Petersburgo, pero luego se me olvidó.

Recientemente (es una afrenta decirlo) descubrí a Gógol apenas. Fue uno de esos momentos importantes en la vida de las personas, como cuando decidí qué carrera estudiar, qué música escuchar, qué libros leer y qué persona ser. Me di cuenta, sobre todo leyendo otros rusos importantes cuyos nombres no mencionaré para no ser la clase de persona pretenciosa de porquería que pone muchos autores clásicos en sus posts para parecer inteligente, que los rusos son simpatiquísimos, tienen un sentido del humor muy agudo, muy excepcional, muy cabrón, pues. Morí de risa con este fragmento de El Capote, uno de los cuentos largos de sus Novelas de San Petersburgo*:

[El protagonista, un tipo muy patético que pasa hambre durante meses para poder comprarse un capote nuevo, visita a un personaje muy importante luego de que lo asaltan enfrente de un guardia una noche cualquiera, y el personaje muy importante no quiere recibirlo porque está muy ocupado charlando con un viejo amigo]


Tiempo no le faltaba: su conversación con el amigo había llegado hacía mucho tiempo a una fase en que, agotados todos los temas, se intercalaban en ella pausas larguísimas, dándose el uno al otro ligeras palmaditas en las rodillas y diciendo: "¡Así es, Iván Abrámovich!", "¡Exactamente, Stepán Varlámovich!"


Ahora tengo la necesidad de ir a Rusia. Caminar por esas calles heladas, esa patria fustigada por un clima extremoso, frío, crudo, de arquitectura imponente, y luego perderme en un pueblecito en medio de una tormenta de nieve.

También estuve leyendo una entrevista a Boris Pasternak, el autor de Doctor Zhivago. La entrevistadora, Olga Carlisle, nieta de un escritor ruso importantísimo, Leonid Andreyev, está en Moscú por espacio de un mes y visita a Pasternak en su casita en forma de chalet a las afueras de la ciudad. Una vez, cuando llega luego de la hora del almuerzo, le ofrecen carne de venado y vodka. Todo es tan ruso y tan típico que, a pesar de tener ella misma ascendencia rusa, no puede sino rendirse ante ese exotismo frío y no-occidental. La charla, en general, me resultó muy conmovedora.

Ahora, junto con Finlandia, Rusia es otro destino que quiero y debo conocer. No ahora. Después.

***

Esta semana compraremos la netbook de Roland. Tenemos $ 3,800 al lunes 17 de mayo. Todo transcurrió mejor de lo que hubiera esperado, y eso fue realmente motivante. Gracias de nuevo.

***

Me gusta encontrar blogs honestos, pero no el blog en sí, sino la persona que lo escribe. Aunque la leo desde hace mucho, siempre me sorprendo, y también me conmuevo. Ya lo dije: me gustan las personalidades atormentadas. Charlotte es así, es tan contradictoria y tan real, que no puedo dejar de actualizar mi propio blog con la recomendación de que, en serio, léanla. Es una pequeña joya.

***

Y pues ya. ¡Salud!

***

* Acá pueden leer otra traducción, distinta a la del fragmento que presenté, que además viene en un libro que cualquiera puede comprar a bajo precio en Gandhi.

** Aquí pueden leer la entrevista, del libro con entrevistas del Paris Review, El oficio del escritor.





13 comentarios:

Rubo dijo...

Pues yo también estoy desempleado, aunque no me atormenta mucho. Aunque quizá debería. Es bueno encontrarse y tener blogs que leer, además de que el tuyo me parece muy ameno.

Saludos.

El Agus dijo...

Silvio Rodríguez dedica, en "Segunda cita" su último disco, una rola a San Petesburgo. No se si te guste la música de Silvio pero la puedes oir ahora que andas desempleada y tan rusa.

Saludos.

Octopus Queque dijo...

Hay una palabra en latín que creo que te gustaría. Es "Eautontimorumenos" y significa "atormentador de sí mismo". Me encanta esa palabra y aunque mi trato con los rusos ha sido mínimo (esperando aque crezca) creo que les describe bien en algunos casos. Aparte son como todos elegantes, bélicos. Ellos saben su papel. A mi tmb me gustaría muchísimo ir a Rusia, está en mi top # lugares que amaría ir, junto con París, snif.

Te quiero amigui :) ya exrañaba leerte. Pronto: un post que me inspiraste, pero ahorita no lo pondre porque ando de señora barriendo y eso.

Te quiero :D

N. dijo...

A mí también me da pánico la hoja en blanco, y el calendario que avanza, y la beca que como en una pantallita de videojuego marca una rayita cada vez más roja en el extremo inferior derecho. Se me acaba el tiempo, se me acaba el tiempo y ante tal dictadura del calendario mis ideas se ponen en huelga. Es una cosa horrible (empatía mil).
Mi brillante plan ha sido leer mucho, de cosas que tienen y no tienen que ver con mi tema, según yo a lo mejor así mis ideas empiezan a tomar forma. Puede ser un consejo, o no. Pero sobre leer y sobre Rusia te recomiendo el blog 55sur.blogspot.com, y las crónicas de "calles rojas" que empiezan acá http://55sur.blogspot.com/2008/06/calles-rojas-una-de-tres.html
Un amigo hizo ese viaje hace casi dos años creo. Sus crónicas son ampliamente recomendables, creo.
Un abrazo!

Fire_tony dijo...

Yo quiero ser como tú y no ser tan tonto como yo. También quiero aprender Ruso y Japonés, pero no me decido cuál primero.

Abrazos.

arboltsef dijo...

Hace poco, lei a Ivan Bunin.

Tal vez te guste también, ahora que estás en esa época rusa (o ya lo leíste).

Salud, y suerte.

ge zeta dijo...

Yo quiero conocer San Petesburgo. Bueno no. Hay otros lugares que me interesan primero. Pero sì quiero aprender ruso. Y ser Liliàn.

Unicornio dijo...

Bien!

Yo prefiero Ucrania (será porque me acuerdo de Anya)... pero, sí, en el caso de comenzar por Leningrado... ay, no, perdón, ahora es San Petersburgo... ¡incluímos Rusia, cómo no! (Y también por Yelena Isinbayeba, claro que sí!).

Excelente lo de Ronald (o es Roland... ya me confundiste, je!). Suerte con la fase III de la "Operación Ronald".

Ánimo. Las musas pueden hacerlo esperar a uno... pero sólo es una prueba para ver si somos dignos. (Eso decía el profe Vogel, del Conservatorio. Ojalá sea cierto).

Saludos raudos y afectuosos del

Lacónico Unicornio... (es que hay mucho, de verdad, MUCHO trabajo, arrggghhhh!!!!!).

el Profe dijo...

La desocupación, con el aburrimiento y angustia metafísica que acarrean, es condición casi necesaria para apreciar de verdad a los rusos. Así que ahí lo ve, ya sacó algo en limpio. ¡Albricias, se ha topado con algunos de los escritores más chiflados y geniales de todos los tiempos!

Acá en Argentina son parte de la literatura juvenil, no sé por qué... Es normal leer un ladrillo como Crimen y Castigo a los 14 años, y hay una extraña hermandad con los rusos... Debe ser la cualidad de atormentarnos a nosotros mismos viviendo en un país gigantesco que fue modernizado rápido y mal por gobernantes despóticos afrancesados.

Gógol es así, un puto genio ruso demente. Y con los años, sólo mejora. Una vez que termine con las Novelas de San Petersburgo, le sugiero que pase a Las Almas Muertas. Ahí se pone bueno en serio.

Y por las páginas en blanco, no se preocupe, López... Cuando falten 48horas para la entrega, de alguna forma se llenarán, como pasa siempre.


Saludos desde las invernales pampas.

Unicornio dijo...

Estimada Lili"Á"n:
¡Oh, se me olvidaba! Ya está listo su bloguero abrazo en el unicorniano blog [perdón por la tardanza, pero nos tienen como esclavos negros en búsqueda de tesoros (¡no políticos!) desaparecidos...]

Mucho ánimo y que las musas aparezcan pronto, para invitar una tanda de tequilas (bueno, "cheves" también), son los mejores deseos del

esclavizado Caballo con Cuerno...

G. dijo...

Gracias, Lilián. Saber que te leen es un privilegio extraordinario.

You make me happy!

Alex (aka Bill) dijo...

Guau! me encanta(s). Te voy a recomendar con otros atormentados, que se vedan de ir al Starbuck's de la esquina por un café, a pesar de estar empleados.

purembe dijo...

Caramba, cada vez te leo y admiro mas, que bien escribes, hasta se llega a angustiar uno, hasta llega a soñar uno, se bendecida de dios...