15 de diciembre de 2008

La Navidad me deprime

Es cierto: formo parte de una estadística en crecimiento. Deprimirse en Navidad es tan ordinario y pedestre como tener cojines con estampado de vaca o ponerse medias verdes y zapatos rojos en Nochebuena. No sólo es de mal gusto, sino muy poco original.

¿Pero qué se le va a hacer? Hace poco iba caminando por el World Trade Center con mi mamá, quien había venido a visitarme e intoxicarse expresamente con el cloro que usamos para limpiar el baño (no hagan preguntas), cuando una muchacha con micrófono en mano me interceptó. A pesar de que alegué prisa y defectos en el habla congénitos, me obligó a responder unas preguntas idiotas frente a la cámara. Caí porque la tipita en cuestión usó el chantaje emocional de cajón: que el programa lo editaba ella, ¿y quién soy yo para entorpecer la labor de un editor?

Una de las preguntas idiotas era si me deprimía en Navidad. Tuve que ser honesta y poco original para mi pesar, y contesté que sí. Estaba a punto de recitar una serie de argumentos sólidos e irrebatibles como que Santa Clós era un invento de Coca-Cola, cuando el productor se me acercó y me preguntó POR QUÉ.

Y entonces lo supe, oh. La luz vino a mí como un rayo. La respuesta es tan simple que hasta me da un poco de vergüenza no haberme dado cuenta antes:

La Navidad era lo máximo cuando éramos niños, porque entonces era sinónimo de regalos. La Navidad es una mierda ahora porque es sinónimo de deudas.


Antes, las fiestas navideñas se componían de vacaciones, piñatas y ponches de guayaba. Éramos tan despreocupados y tan inconscientemente consumistas; nos hacía feliz un palito que hacía chispitas en la punta y una bolsa de plástico llena de colación y cacahuates en pedacitos. Creíamos, o incluso fingíamos creer, en un viejito panzón que nos traía juguetes por ningún motivo, no obstante nuestro horripilante comportamiento y aún peores calificaciones. Veíamos tres estrellas alineadas en el cielo todas las noches de diciembre y nos emocionábamos, ignorantes de que esas tres estúpidas estrellas estaban ahí arriba todo el año.

Ahora, las fiestas navideñas vienen precargadas (como las tarjetitas Telcel) con una cantidad absurda de deudas: cuentones pormenorizados de todo lo que disfrutaste en el año sin remordimientos y con pagos congelados a doce y quince meses sin intereses. Es el guante blanco de nuestra estructura financiera, cruel y despiadada con los asalariados y los que trabajan por honorarios. Todo ese dinerito extra, que en realidad es nomás un número frío y distante en la pantalla del cajero automático, se te va como agua entre los dedos ante las responsabilidades de la Vida Adulta®.

Hay otras razones. Por ejemplo, que la Navidad es la época obligada para la INTROSPECCIÓN profunda. Es imperativo -la Sociedad Moderna® lo exige- sentarnos y reflexionar sobre el año que termina: sopesar los hechos más importantes, hacer un balance de amistades y amores frustrados, cuánto aprendimos, cuánto perdimos, cuánto ganamos, a cuántos le jodimos la existencia y cuántos nos jodieron la nuestra.

Y la verdad: ¡qué pereza! Como si lo que necesitáramos fuera eso y no una aguja con heroína. O un chocolate caliente, qué sé yo.

Luego está el famoso Guadalupe Reyes, al que le tengo un afecto especial. Sin embargo, me hace formular otros cuestionamientos: el afán imbécil por reventarse hasta la náusea. Hay demasiada presión por divertirse y hay veces en las que sólo quieres estupidizarte con tres objetos: un martillo, una bolsa de plástico y mucha crema de cacahuate.

A estas alturas del post me pareció conveniente hablar de la cena de Nochebuena, pero me he alargado demasiado. Sólo diré que es muy frustrante estar hambreado todo el día, y a la mera hora comer tan rápido y con tanto fervor, que el estómago se llena rapidísimo y todo se convierte en un asqueroso episodio más de "Siete Pecados Capitales en la vida usual. Hoy presentamos: GULA".





Cerda Navidad.

21 comentarios:

Chilangelina dijo...

Yo odio los putos villancicos.

satira dijo...

nadie me dijo que existia santa claus uff es bueno no alvergar ese vacio .

saty

Anónimo dijo...

Santa Clós? Santa? W T F, a mí me traían cosas los Reyes Magos. Uhmm Reyes sin corte llevando incienso, que reino tan jodido.

Casi le atinas a todo, pero pos qué tiene de malo la cena? yo no me hambreo :S

Dédalo dijo...

A mi me es nauseabundo convivir con la familia de mi madre. De hehco es lo único que me desagrada de la navidad: que a webo en familia si quiero seguir teniendo techo.

Aline Salazar dijo...

No la hagas de pedo.
Te voy a regalar una tutsi-bota para que la pases a todo dar.
Además, Navidad no es el pedo. El pedo es año nuevo, ahi si, a recoger los pedazos.

Gabriela/undies dijo...

El año pasado que para cumplir el Guadalupe-Reyes necesitas ser millonario. Eso me deprimió más y mi intento de lograrlo volvió a fallar (igual que mi hígado). Maldita oportuncrisis.

Gabriela/undies dijo...

*descubrí

Luis Frost dijo...

amén

clarksoto dijo...

la navidad hoy en dia esta llena de consumismo... pero el trasfondo, ahora olvidado, es el nacimiento de Cristo...ironicamente es lo ultimo que se recuerda...

Pequeña Capitali$ta dijo...

MMM regale afecto no lo compre???

Erik dijo...

Yo solo odio enterarme que no soy el único que siente desprecio por las "fiestas" navideñas.

Me parezco tan ordinario ahora...


Saludos.

e.

Luis Alvaz dijo...

a mí me dan una tarjeta de regalo de gandhi... supongo que eso me quita la amargura.

«danito» dijo...

jojojo!
Yo tambien odio los putos villancicos. Son tan... tan... ni siquiera el sonido de las uñas sobre el pizarron es tan molesto.

Por lo demas, es una epoca como todas las demas. Yo no regalo, me empedo igual que los otros meses. Y ese Yisus lleva dos mil años celebrando su cumpleaños. Enough!

Xavysaurio dijo...

A mi aun me hace feliz el palito... cof cof con chispitas en la punta cof cof...

Tiene un efecto que me hipnotisa.

Maedly Atardecer dijo...

Lo unico chido son las vacaciones de ley!! Y atascarse con azucar, aunque uno no lo desee siempre, siempre te regalan algo que contiene azucar.

BESSIE CERÓN dijo...

cuando tenia doce años mi hermano de seis confronto a mis papas y les pregunto seriamente:

¿ es verdad qeu santa no existe y que ustedes son los que dejan los regalos?

respondanme con la verdad porque de otra manera mis hijos no tendran regalos en su primera navidad y yo estare muy avergonzado

cuac!

Anónimo dijo...

ya saca la novedad, ya tienes agua caliente, vives con un coreano, o andas en tu pueblo alla o que

Anónimo dijo...

Lastima que para ti la navidad es sinónimo de deudas y cosas malas, para mi es lo mejor del año, y aunque tengas "resentimientos navideños" creo que deberías mirar la vida con otros lentes, porque los que tienes ahora, los tienes un poco sucios. Consejo: "búscate un novio"

Anónimo dijo...

Siempre supuse que la única forma en la que tendriamos contacto sería por la Sagrada Internet. Existen un montón de razones por las que alguna vez quise conocerte en persona. Porque te odie (1), te tuve envidia(2),me di cuenta que somos muy parecidas(3),estuvimos atraídas por el mismo hombre oriundo de Queretotitlán-no es Christian Bale-(4) y la última que se me ocurre es, porque creo que aunque no te conozco físicamente... me caes bien(5) taraaá!!. Estando en un estado vegetativo pre navideño en la oficina decidí, más bien me acordé, de tu bló. Lo encuentro muy divertido. Aunque creo que lo lúdico está en dos razones: (1)no tengo nada que hacer y (2)comulgué con la mayoría de tus comentarios. Tuve que finjir una tos para no reir francamente y mi comercialísimo té chai alto deslactosado lai del estabocs se enfrió. En fin, lo único que te puedo dejar en este momento es mi correo, dado el espacio para opinar y que si mi jefa me ve, me correrá por perder el tiempo...(cuál? si no tengo nada que hacer, aghh. Iniciativa privada, te odio)
soleilenparis@gmail.com (te diré que eres parte de una vida que tuve el valor de dejar atrás hace poco tiempo, pero no me quise quedar con la espina de escribirte algo, sin mentada de madre) A.

Lilián dijo...

Uórale con sus comentarios clavados.

Para el anónimo anterior, NO ando con un clavado. YA tengo agua caliente. Y sí, cambié mis lentes de contacto porque la otra vez me tatemé los ojos con un liquidito isotónico caducado.

Ah, y corté con mi novio hace rato. JA JA.

Lilián dijo...

Y en clavado quise decir COREANO, maldicion.