Gracias a Paxton y a un par de profesores canadienses que no temen echar abajo la teoría social más clásica (o más accesible, porque uno no se mete con Durkheim así como así, pero le puede tirar guayabazos a Marx y a Horkheimer sin sentir el menor asomo de vergüenza), últimamente me ronda una idea devastadora:
Primero: antecedentes.
Leed este poust de don Rufián Melancólico.
En términos cristianos: los malditos jipitecas engendraron un monstruo que fue fácilmente absorbido por El Sistema y designado como contracultura. El terminajo es idiota, porque ir contracorriente no tiene nada de sabio y en cambio es caldo de cultivo para involucrarse en proyectos artísticos idiotas como una obra de teatro donde los actores hablan al público vestidos con túnicas blancas y sostienen velas y un güey atrás rasga una tela y se pone a hacer sentadillas mientras se escuchan cánticos gregorianos con voces de Bob Dylan (me gusta ese ejemplo).
¿Creen que son tan subversivos con su "arte"? ¿Creen que le asestan un golpe bajo a ese Sistema que tanto odian? ¿Creen que vestir con cuero negro y usar cadenitas es revolucionario? ¿Creen que usar mecatitos por cinturón es tener conciencia social? ¿Creen que necesitamos sus peroratas ingenuas y new age sobre el amor y la justicia? ¿Que ser rebelde es ser sabio? ¿Eh?
Todo mi problema con la contracultura surgió en la preparatoria, donde los jipis eran los que estaban más en onda que cualquiera (ni los darquis se les acercaban). Eran un grupo innecesariamente endogámico. Luego, en mi amadísima Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, derramé bilis por doquier ante los sermones de los estudiantes de Sociología, todos ellos ataviados en huarache de suela de llanta y ropa de mantita y con los más caros deseos de ir a Chiapas y "hacer el cambio". Nosotros éramos, a sus ojos, unos aspirantes a paparazzos con grabadora Casio en mano.
Todo el asunto de la "conciencia social" me parece redundante y poco fundamentado. También debo decir que me inscribí a una de las materias de los jipitecas sociólogos, porque el nombre encerraba todas las paradojas de éste y el otro mundo: "Ideología y cultura". El profesor, un austriaco de inmensas rastas rubias, se la pasó balbuciendo en alemán durante el 80% del curso mientras fingía que nos ponía atención al lanzar nuestras invaluables opiniones en torno a Nietzche. Recuerdo, sin embargo, que su recomendación más empecinada era que "aprovecháramos" la universidad mientras podíamos (léase: andar de rebeldes porque no teníamos aún responsabilidades mayores). Sus clases consistían en sus anécdotas como estudiante borracho y marihuano en alguna universidad de Hamburgo que aún se regía por la Escuela de Frankfurt, y cómo jamás malgastaba la oportunidad de adherirse a cualquier manifestación que se cruzara entre él y la cantina.
(ahora lo imagino protestando por el uso indiscriminado de bishu bishu bishu bishu, con botella en mano y sus rastas al aire)
Abrupto regreso al tema del post
En otro lado leí que lo políticamente incorrecto es hoy lo políticamente correcto. Ya nadie espera que su compañero de junto se escandalice con la palabra "vagina", sino todo lo contrario: que haga un chiste de mal gusto al respecto y se meta un bonche de papas fritas a la boca mientras mira South Park. Lo de hoy es causar conmoción, ser liberal, causar controversia, decir cosas polémicas, entregar Pepinos Golden Awards porque es algo que naaaaadie haría.
Mi punto es éste: no fue algo realmente osado, si lo miran con perspectiva. Somos transgresores para provocar reacciones. Nos vestimos con medias rotas y nos pintamos la cara con tintes de colores para ver qué dicen los demás. En el fondo somos kitsch en la acepción de Eco: reciclamos sensaciones ya descritas, apelamos a lo prefabricado para no esforzarnos. No es el mal gusto a propósito ni la broma buena ondita que se confunde con baño de pueblo, sino... mera falta de tacto.
Hace poco compartí un poco austeramente mi teoría. Es muy corta. Me acordé de algunas cosas transgresoras que he hecho en mi vida: tomar cerveza de un thermo en la clase del maestro más estricto de la Facultad, llegar "en vivo" a tomar clases, no usar condones, estar con alguien "mayor". Me di cuenta de que todo esto es divertido en la universidad.
Que beber en clase es rebelarse, pero llegar tomado al trabajo es simplemente irresponsable y patético. Ser transgresor a los 19 es romántico. Serlo después de graduado es perdedor.
La vida adulta ofrece poco para transgredir. Y, súbitamente, lo que antes te parecía fantástico y divertido... un buen día deja de serlo sencillamente porque ya está permitido.
La transgresión ya no es transgresora(aforismo que, a su vez, sirve como título para este post).
Primero: antecedentes.
Leed este poust de don Rufián Melancólico.
En términos cristianos: los malditos jipitecas engendraron un monstruo que fue fácilmente absorbido por El Sistema y designado como contracultura. El terminajo es idiota, porque ir contracorriente no tiene nada de sabio y en cambio es caldo de cultivo para involucrarse en proyectos artísticos idiotas como una obra de teatro donde los actores hablan al público vestidos con túnicas blancas y sostienen velas y un güey atrás rasga una tela y se pone a hacer sentadillas mientras se escuchan cánticos gregorianos con voces de Bob Dylan (me gusta ese ejemplo).
¿Creen que son tan subversivos con su "arte"? ¿Creen que le asestan un golpe bajo a ese Sistema que tanto odian? ¿Creen que vestir con cuero negro y usar cadenitas es revolucionario? ¿Creen que usar mecatitos por cinturón es tener conciencia social? ¿Creen que necesitamos sus peroratas ingenuas y new age sobre el amor y la justicia? ¿Que ser rebelde es ser sabio? ¿Eh?
Todo mi problema con la contracultura surgió en la preparatoria, donde los jipis eran los que estaban más en onda que cualquiera (ni los darquis se les acercaban). Eran un grupo innecesariamente endogámico. Luego, en mi amadísima Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, derramé bilis por doquier ante los sermones de los estudiantes de Sociología, todos ellos ataviados en huarache de suela de llanta y ropa de mantita y con los más caros deseos de ir a Chiapas y "hacer el cambio". Nosotros éramos, a sus ojos, unos aspirantes a paparazzos con grabadora Casio en mano.
Todo el asunto de la "conciencia social" me parece redundante y poco fundamentado. También debo decir que me inscribí a una de las materias de los jipitecas sociólogos, porque el nombre encerraba todas las paradojas de éste y el otro mundo: "Ideología y cultura". El profesor, un austriaco de inmensas rastas rubias, se la pasó balbuciendo en alemán durante el 80% del curso mientras fingía que nos ponía atención al lanzar nuestras invaluables opiniones en torno a Nietzche. Recuerdo, sin embargo, que su recomendación más empecinada era que "aprovecháramos" la universidad mientras podíamos (léase: andar de rebeldes porque no teníamos aún responsabilidades mayores). Sus clases consistían en sus anécdotas como estudiante borracho y marihuano en alguna universidad de Hamburgo que aún se regía por la Escuela de Frankfurt, y cómo jamás malgastaba la oportunidad de adherirse a cualquier manifestación que se cruzara entre él y la cantina.
(ahora lo imagino protestando por el uso indiscriminado de bishu bishu bishu bishu, con botella en mano y sus rastas al aire)
Abrupto regreso al tema del post
En otro lado leí que lo políticamente incorrecto es hoy lo políticamente correcto. Ya nadie espera que su compañero de junto se escandalice con la palabra "vagina", sino todo lo contrario: que haga un chiste de mal gusto al respecto y se meta un bonche de papas fritas a la boca mientras mira South Park. Lo de hoy es causar conmoción, ser liberal, causar controversia, decir cosas polémicas, entregar Pepinos Golden Awards porque es algo que naaaaadie haría.
Mi punto es éste: no fue algo realmente osado, si lo miran con perspectiva. Somos transgresores para provocar reacciones. Nos vestimos con medias rotas y nos pintamos la cara con tintes de colores para ver qué dicen los demás. En el fondo somos kitsch en la acepción de Eco: reciclamos sensaciones ya descritas, apelamos a lo prefabricado para no esforzarnos. No es el mal gusto a propósito ni la broma buena ondita que se confunde con baño de pueblo, sino... mera falta de tacto.
Hace poco compartí un poco austeramente mi teoría. Es muy corta. Me acordé de algunas cosas transgresoras que he hecho en mi vida: tomar cerveza de un thermo en la clase del maestro más estricto de la Facultad, llegar "en vivo" a tomar clases, no usar condones, estar con alguien "mayor". Me di cuenta de que todo esto es divertido en la universidad.
Que beber en clase es rebelarse, pero llegar tomado al trabajo es simplemente irresponsable y patético. Ser transgresor a los 19 es romántico. Serlo después de graduado es perdedor.
La vida adulta ofrece poco para transgredir. Y, súbitamente, lo que antes te parecía fantástico y divertido... un buen día deja de serlo sencillamente porque ya está permitido.
24 comentarios:
qué complicado es no tener nada que hacer... Y dar premios por eso.
claro, decir que durkheim es más complicado que marx habla de un soberbio conocimiento de teoría social.
horkheimer está chavo, pero marx... una cosa es que esté de moda tirarle, otra es desdeñar su teoría; afirmación que ni los más osados sociólogos se avientan. los más pendejos sí, todo el tiempo.
Bien dicho n. poulantzas, pero esa no fue mi implicación. He dicho que en el libro en cuestión (Rebelarse Vende, de Joseph Heath y Andrew Potter: como en $215 en su Gandhi de preferencia) le tiran a toooda la escuela de Frankfurt, de Marx para acá, pero JAMÁS se meten con, por ejemplo, Durkheim. Eso digo, pero parece lo contrario: que el don del suicidio pesa más en teoría social que Marx.
Buena observación, para el caso.
Yo vine a ver las peleas innecesarias por los pepinos, pero bueno...
Como decía, ese libro lo tendrían que leer los de Panteón Rococó, me cae.
¿poulantzas? ¿el que se aventó por la ventana? wooorales.
en mi epoca se decia tanto en la prepa como en la universidad:
ser marxista antes de titularse es de inteligentes y sabios, seguir siendolo despues de titulado es ser pensador mexicano.
eiiiii! el core del asunto es el ultimo parrafo:
"La vida adulta ofrece poco para transgredir. Y, súbitamente, lo que antes te parecía fantástico y divertido... un buen día deja de serlo sencillamente porque ya está permitido."
Ademas yo creo que si debe ir por epocas, sin afan de ofender a quienes se sientan ofendidos, eso de tener 40+ anios y andar con el cabello largo, vistiendo como si tuviera 18, como que no se ve bien. Mejor hay que disfrutar de la epoca de nuestra vida que estamos viviendo. -chaz hasta me salio lo filosofo con la leida de esta entrada-
Qué bueno que te gustó el libro.
Nada más un detalle. No se meten con Marx. Se meten con que toda la realidad se filtre a través del buen Marx.
AH, y no olvidar que Freud sale peor parado. Algo valioso del libro es concluir que Freud y Marx elaboraron teorías, NO leyes. Buenísimo.
Saludos, Lilián.
"La vida adulta ofrece poco para transgredir."
Oh, no, no, no, no... la vida adulta ofrece pocas cosas triviales qué transgredir, pero muchísimas oportunidades sutanciosas e interesantes de transgresión. El problema es que hacernos viejos nos vuelve miedosos.
errrr...La tesis del libro es que no hay "transgresión" sustanciosa ni interesante. Todas son mamadas y políticamente irrelevantes.
A eso llamo yo usar la razón.
Todo acto de transgresión beneficia a alguien en este “sistema opresor capitalista de pensamiento católico”; ejemplo, no usar condón, beneficia a la iglesia católica, a los que hacen las partillas del día siguiente, y si tienes mala suerte, a los que hacen los medicamentos para las ets.
Pd. Freud no hizo teorías, solo escritos interesantes para leer y nada más.
En qué momento dejaste de escribir sobre cosas reales y comenzaste a inventar la mayor parte de tus datos? peor aún, para "sustentar" una dizque teoría que ya ha sido enunciada y repasada por muchísimos. ¿Crees que descubres el hilo negro? por favor.
Pero vamos por partes.
- Quisiera que me mencionaras a quienes viste vestidos de huarache y manta y con sueños de visitar Chiapas, fuera de los dos locos que efectivamente se fueron a Chiapas no tengo idea de por que decir que todos los sociólogos éramos así.
- El decirles paparazzos salió de ustedes mismos, los estudiantes de Periodismo, encambio ustedes si nos insultaban a nosotros y nos llamaban "encuestadores" a la menor provocación.
- Fuera de los dos mencionados fuimos una generación sin marxistas, ahora que lo pienso es posible que de ahí venga cierto resentimiento, de el hecho de que la mayoría de nosotros tiene trabajo, y tantas bromas que hiciste sobre sociólogos desempleados, ja.
- Por cierto, Stefan Gandler no era mi profesor favorito, pero de ninguna manera se la pasó hablando Alemán ni de su juventud la mayor parte del tiempo, se le pudo haber aprovechado mucho más que eso.
- Tu perorata sobre la contracultura se hubiera podido evitar su hubieras leído por lo menos la entrada de la Wikipedia, no más (por cierto, es evidente que ni a Durkheim ni a Horkheimer has leído, o no lo suficiente para hablar como si se dominaran ambas corriente), Llégale: http://es.wikipedia.org/wiki/Contracultura
- Sobre tus conclusiones finales podrías leer a Marcuse y verás que es tema también ya estudiado, no vas tan mal pero no es tan sencillo como lo planteas, para ser alguien que critica al concepto de conciencia social como poco fundamentado tomaste una salida muy fácil.
No se, no es que me molestara, simplemente me pareció chafísima esta entrada, quizá solamente tengo arena en la vagina.
¿No se te hace que el título de este post está muy transgresor? No es la idea pero hasta sentí que era un título cacheteador.
(tu profesor de rastas rubias se llama Stephan, no?)
Jajaja, al sociológo anónimo le cayó el veinte y las pedradas.
Mucha gente de las Facus de Sociología, Ciencia Política y Filosofía y Letras de la UNAM debería leer ese libro. Pero como les lanza un par de verdades prefieren refugiarse en la zona cómoda que atraverse a cuestionar lo que les enseñan y a empezar usar su razonamiento, en vez de repetir cual pericos lo que les enseñan en el aula.
Ni modo. Su pérdida es nuestra ganancia.
Ah, cierto, lo postee como anónimo, aunque para Lilián debe ser evidente quien soy.
Y no, nomás me pareció verdaderamente chafa en conjunto porque casi nada de lo que dices haber vivido en la facu es real, y no se con que objetivo se podrían inventar esas cosas.
Eeeeeen fin, no fue ataque si eso es lo que se supone al leer, yo sigo esperando mi peda post-madriza.
necesitas coger. punto.
"Y soy rebelde, cuando no sigo a los demás. Y soy rebelde cuando me quieras agraviar"
Así te leo Lilián, y perdonando la expresión, no eres más que una niña fresa que cree que, por el hecho de revelarse en contra de las vacas sagradas, ya eres toda una pensante catedrática digna de admiración.
También me dan pena tus -pobres- amigos condescendientes que insisten en darte palmaditas en la espalda para que te sientas realizada como bloggera. Insisto, tienes potencial pero es una lástima que tengas que demostrárselo al mundo de forma tan somera.
¿Con base en qué le tiras a Nietzche? Déjame adivinar, emulas a Eco, sigues con Juan Manuel López, te clavas en la textura del Marxismo, luego sigues con la doctrina Hegeliana, y luego ¿qué?... ¿Tratas de demostrar el pleno conocimiento que tienes de la sociología, la historia, antropología, semiótica o temas afines que le haga pensar a los demás que eres toda una erudita en temas inherentes para la sociedad o el comportamiento humano?
Es tan fácil memorizar un librito, de los autores anteriormente mencionados (incluso Kymlicka, May, Wong, Patten, Dworkin, Paoli, Freud o cualquier autor referente a la carrera que uno estudia), que resulta una expresión espontánea de estulticia tratar de formular una conclusión contundente acerca de un post tan irrelevante como publicitario (y de a gratis).
Además, como periodista que te haces llamar, lo peor que puedes hacer es una justificación tan barata de tu post pasado -¡Oh, sí! a nadie se le hubiera ocurrido (es tan 'chic', tan 'cool' y tan 'fashion'). Y, peor para ti, tratar de parafrasear a los que leen, y auto-fusilarte para hacer un remedo de ensayo en tu nueva entrada del blog.
Por cierto, señor Roberto Salcedo, usted tampoco se anima a salir de la zona de comfort. ¿Usted cree que por cuestionar el razonamiento de las vacas sagradas ya es todo un líder ideológico? Ilústrenos con su sapiencia que, sin el afán de ofender, usted ha de tener. Sólo le pido que exponga sus argumentos en lugar de burlarse de los demás y escribir múltiples 'jotas-a' y 'equis-de' (lenguaje digno para el messenger).
Lilián, en cuanto a que eres mejor que la señorita dueña del "plaqueta-blog", no lo dudo. Sólo que deberías dejar de hacer lo-que-los-demás-hacen, para que descubras tu potencial. Sé tú misma, aporta algo y no trates de aparentar lo que no eres.
En fin, como dijo Natali en los comentarios del post anterior, es tú blog y seguro ha de ser divertido ¿no?
Z.
P.D. Anteriormente, en el post pasado, firmé como 'Z'. Mi nombre es Zacarías Robledo.
Mmmmmmmmmm...
Buena reflexión!
Creo que ser transgresor va más allá de lo "social". Creo que la verdadera trasgresión no se da cuando haces algo que la sociedad no espera que hagas. Más bien creo que trasgredir es ir más allá de los propios límites.
Innovar tu propio mundo, ahí es donde se trasgrede para evolucionar, pasar al siguiente nivel sin miedo a regresar a los orígenes, puesto que una vez transgredido el límite se pierde el miedo a Ser.
La "Contracultura" inició de ese modo: con jóvenes saliéndose de sus propios estándares, evolucionando... Sin embargo, como todo lo que se masifica, tiende a desvirtuarse, ahora todo resulta ser Contracultura, todo repele al sistema, ilusos!
Por partes:
Paxton tiene razón y por lo tanto aclaro que no es lo que impliqué al inicio del post. De hecho, una parte muy clara es cuando los autores dicen que si le preguntaras a los peces cómo es la vida en el mar, seguramente olvidarían decir "lo mojado que está".
Lo mismo pasa con las teorías de Marx y Freud. Se toman como la realidad absoluta, de modo que, por ejemplo, todo mundo habla de su subconsciente con una seguridad aterradora, como si la teoría freudiana hubiera sido comprobada de raíz y sin discusión alguna.
Dos.
A Ribón, mi querido socio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales:
1. No he dejado de escribir sobre "cosas reales", salvo cuando exagero hasta la saciedad. Si los recursos estilísticos de mi post (léase: huarache de suela de llanta, que siempre es anticipación de jipi rastudo a la vista) son suficientes para pensar que "distorsiono" la realidad, tienes un problema con la intertexualidad a secas.
2. Tú fuiste a Chiapas con la loca en cuestión, así que tu argumento se va al caño ipso facto.
3. Tú usas mecatitos por cinturón, así que mi recurso estilístico número 2 sale avante.
4. No consigo encontrar la parte donde menciono que la generación de sociólogos de la UAQ estuviera repleta de marxistas y, aún cuando lo hubiera escrito, no veo qué sería condenable de ahí. ¿Es preciso aclarar, UNA VEZ MÁS, que en toda la entrada no pretendí echar tierra sobre la teoría marxista ni sobre Marx mismo? ¿Una frase al inicio del post, casi sin sujeto definido, es suficiente para echar en cara el desconocimiento de la teoría social?
4. Stephan es probablemente uno de los mejores teóricos de la Facultad, pero un pésimo profesor. Sus clases hubieran sido extraordinarias si él hubiera aprovechado sus conocimientos mejor. De nuevo, tomas lo que escrito tan textualmente que es difícil creer que, de todos los que leen mis posts triviales, tú no reconozcas las figuras literarias más obvias. Retórica, que le llaman.
5. ¿Descubrir el hilo negro? ¿Atacar la contracultura? Lo único que hice fue retomar dos o tres postulados de un libro escrito por dos tipos infinitamente más inteligentes que tú y yo, y aderezarlo con mis percepciones particulares. Después de conocernos por tantos años, me subestimas de la forma más ruin: "seguro no has leído a Durkheim ni a Horkheimer".
Es más, para ilustrar una pequeña porción de lo que escribí en el post, retomo el siguiente párrafo (Joseph Heath y Andrew Potter, "Rebelarse vende", página 290):
"Con su inagotable capacidad para idealizar ciegamente lo que es distinto, a la contracultura siempre le ha fascinado el exotismo. Para saciar este interés podemos viajar a lugares como la India y América Central; practicar las creencias y rituales religiosos de los chinos y los nativos americanos; o adoptar el idioma, la vestimenta y las tradiciones de otras culturas; por ejemplo, aprender lenguajes dialectales, ponernos pareos batik o empezar a hacer yoga. En cualquier caso, el objetivo siempre será el mismo: quitarse las ataduras de la modernidad tecnocrática y transformar nuestra conciencia de modo que podamos vivir una vida más auténtica".
El problema con los rebeldes contraculturales es que olvidan por completo que la transgresión per se no es suficiente para atacar al Sistema que tanto odian, y eso suponiendo que dicho Sistema fuera ese ente nazi-capitalista y terrible que juran derribar. La rebeldía ya no tiene un propósito muy definido, salvo hacer patente su individualidad y lo mucho que se diferencian del ciudadano común (muchas veces del modo más obvio, pero vistoso: la ropa). Ya no defienden derechos civiles, sino SU derecho a divertirse y transgredir. Todos los demás son, a sus ojos, unos conformistas que están perfectamente insertados en el Sistema.
En Facultades como la nuestra, esa diferencia siempre era perceptible. Porque, claro, el sociólogo siempre tendrá mayor estatura moral que el periodista. Porque la conciencia social es menos metafísica e impráctica que la información a secas.
A Zacarías no sé qué responderle por sus comentarios del potencial que evidentemente malgasto en el presente bló. No entiendo por qué insisten en exigir cierto “compromiso” de un blog que no tiene mayores pretensiones ni objetivos que los que están a la vista, ni qué tienen de malo los comentarios semi-condescendientes de los demás (y aunque JAMÁS haya entrado a sus respectivos blogs, ni de modo alguno pudieran considerarse mis amigos, tomarlos como “palmaditas de espalda”).
“Como periodista que me hago llamar” no tengo nada qué justificar de un blog personal. Tomaría mucho en cuenta que me hicieras llegar tus comentarios sobre mi verdadero trabajo periodístico, suponiendo que hayas leído uno solo de los textos que he publicado en medios impresos. Y lo de Plaqueta sigo sin entenderlo, como si tener un blog fuera una competencia de egos y habilidades.
Aunque tienes razón: usar nombres de autores indiscriminadamente es pretencioso. Como lo haces tú a mitad de tu comentario.
De todos modos: gracias por la atención y el semi-diagnóstico intelectual. Estuvo bueno.
1 y 2:
Ojo, tu dices:
"todos ellos ataviados en huarache de suela de llanta y ropa de mantita y con los más caros deseos de ir a Chiapas y "hacer el cambio". Nosotros éramos, a sus ojos, unos aspirantes a paparazzos con grabadora Casio en mano."
Así como que recurso estilístico ps no, eso no es forma.
Si, yo fui a Chiapas, pero no a hacer el cambio, fui a comprar dulces y puros, también me traje una máscara de madera que me gustó y fui un vil turista, no había agenda secreta en mi viaje.
3) Si, uso mecatitos, esos tabién los compré en Chiapas, me traje como 5
4)Cierto, no nos dijiste marxistas, yo tampoco lo hice, y ciertamente no condeno la corriente, hago la aclaración porque pintas una imagen estereotipada de sociólogo/jipi/marxista, va implícito.
4) (Porque hay dos cuatros en la respuesta) No pienso defender a Stefan, yo también lo considero jodidamente difícil de comprender, carajo, su libro parece una mentada de madre, pero no por eso deja de ser chido, como bien lo dices tú.
5)Ps de que atacas la contracultura la atacas, que chingaos, tu post lo dice, le llamas "terminajo idiota" y criticas la escencia del concepto, igual con la conciencia social, dices que te parece "poco fundamentada".
Por cierto, Ana me regañó por lo anteriormente escrito, me dijo mamila y agresivo, y creo que tiene razón, para empezar no hay necesidad de estas discusiones (que ni son discusiones caray,ni me molesté ni traté de molestar) acá en público, ni que fuera talk show, y posiblemente mi forma si es harto mamona así que me disculpo si ofendí en algún momento, por lo pronto dejémosle ahí (o déjole) y discutiremos luego al calor de unas chelas como debe de ser.
"Lo mismo pasa con las teorías de Marx y Freud. Se toman como la realidad absoluta, de modo que, por ejemplo, todo mundo habla de su subconsciente con una seguridad aterradora, como si la teoría freudiana hubiera sido comprobada de raíz y sin discusión alguna."
Mi querida Lilián, con este comentario si tengo que jalarte las orejas.
T E O R I A S!
No leyes! Las teorías no son 100% comprobables, por eso son teorías.
Por lo tanto, el socialismo o el inconsciente no creo que estén sujetos a comprobación. Simplemente son conceptos abstractos que alguién elaboró. Probablemente tienen que ver con la realidad, probablemente pueden facilitar la explicación de ciertos fénomenos. Sin embargo no son hechos, ni verdades absolutas.
Pero no te culpo por creer en lo que escribiste, la responsabilidad por este tipo de prejuicios la tienen los seguidores de dichas "corrientes", la mayoría de las veces fanáticos casados con un sólo tipo de pensamiento, en el que no cabe la diversidad y la amplitud de criterio, tan importantes para la sana discusión.
Btw, Mi inconsciente si existe, lo he visto y hasta he hablado con él!
=)
Ana:
Precisamente. Creí que ese comentario era lo suficientemente claro. Cuando digo que son teorías que se toman como la realidad absoluta, quiero deci eso: que son TEORÍAS, no leyes.
No hay discordancia.
A mi socio Ribón:
Blah. Sé bien que lo discutiremos ampliamente en una sesión posterior.
Lo más genial es que efectivamente puse dos cuatros en mi listado. Eso me ha hecho ver muy inteligente. Aplausos.
Anthony Giddens JAMAS usaría huaraches de llanta.
El termino 'contracultura' es sintácticamente una mamada. Alguien con conocimientos de sociología actualizados diría algo como "manifestación cultural contrahegemónica".
Ajem... la Escuela de Frankfurt... Ya pasamos por Habermas y segumos hablando de Horkheimer. ¡Ya fue!
Y en ciencias cociales no se habla de leyes, se habla de axiomas.
Tienes razón en cuanto a la cuestión de nombrar autores de manera indiscriminadamente. Ciertamente yo lo hago y, sobre todo, de disciplinas completamente diferentes; que es algo así como confundir la gimnasia con la magnesia (un error casi tan básico como el del fumador que se tira las colillas sobre de sí).
En cuanto a lo de tu trabajo periodístico, tuve la oportunidad de leer tu artículo en La Mosca, donde es obvio que eres bastante estudiada (el del amor sin 'h', o algo así, disculpa si no recuerdo el título completo). Ofreces un marco teórico bastante amplio, y apegado a la vida y obra de Enrique Jardiel (ojalá y varios semi-blogueros -sin el afán de ofender- o correctores de estilo, como un servidor, pudiéramos evocar a algunos olvidados), donde ningún detalle, a mi parecer, parece escapar ante tu perspicacia.
Tienes razón en el propósito de tu blog. También en que estos espacios no son una competencia de egos. Sólo que me parece inverosímil el lenguaje tan superficial que alguien puede utilizar cuando ha escrito algo tan documentado. Seguramente han de ser cuestiones de personalidad y este ritual de distensión que todo ser humano -incluido yo- emplea para no morir en el intento de serlo.
Esto no es una disculpa, ni un intento semi-diagnóstico-intelecual-psicológico (sin ofender a los psicólogos) de mi parte, sino el hecho de encontrar blogs que tengan algo que aportar y que, sin agraviar a los dueños de un blog, se entienda de qué están hablando y el por qué lo dicen.
Algún día estaremos en contacto más directo -espero y sin connotaciones de ningún tipo excepto el intelectual- para intercambiar ideas. Estoy seguro que hay mucho material de aporte.
Quedo de usted, a su disposición y sugerencias o comentarios de cualquier índole. Siga trabajando señorita, va por buen camino.
Zacarías Robledo.
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