El jueves fue mi graduación.
Por fin me despedí de la universidad, ¿y cómo lo hice?
Con fotografías donde sostengo el certificado volteado de cabeza:
Me fui dos días a Querétaro para dejar resueltos mis asuntos más inmediatos. El saldo: no presentar mi aproximación de examen profesional, y en lugar de ello permanecer sentada en el Dos Minutos café -en el que trabajé casi un año- con un frapuchino aguado enfrente y Triquis sonriente al lado. Llovía a cántaros. Mi exjefe llegó y de nuevo discutimos durante horas sobre cuestiones políticas. El tipo es un conservador implacable, y yo nunca dejé de ser una rojilla impertinente. Sostuvo mi paraguas mientras fuimos a la plaza de enfrente a recoger nuestras togas y birretes.
El día se me agrió por culpa de un maestro que me tiene mala leche, y cuando digo mala leche me refiero a que me detesta porque seguramente intuye que en el futuro tendré yates y prostitutos negros de ojos azules a mis pies.
¡Pero no importa! ¿Me lees, Gabriel? Al Consejo Estudiantil le espera una bonita queja pormenorizada con pruebas irrefutables de tu ineptitud, como mis correos electrónicos nunca contestados y una fotografía donde se observa que usas camellos australianos para transportar drogas blandas.
(Si usted no es Gabriel, no es mi maestro, y no es un tutor irresponsable, no lea el párrafo anterior. Si ya es muy tarde, trate de olvidarlo, como se olvidan los malos momentos de la vida: un regaño inmerecido, un percance sexual bochornoso, un 5 en la boleta de calificaciones, un perro atropellado a media carretera. ¡Shazam! ¡Lo ha olvidado por completo!)
Respecto a la ceremonia donde nos hacen vestir como una parvada de imbéciles, un profesor hace dos chistes malos, y la maestra de ceremonias lee poemas de Chuchito Peralta:
El discurso lo escribí, pero no pasé a leerlo. En lugar de ello, mandé a uno de mis representantes. En el texto introduje frases subliminales cuyo mensaje cifrado era “Lilián dominará tu mundo y el de los tuyos”. También, ya que estaba ahí, lancé unas cuantas pedradas disfrazadas y me refocilé en mis monotemas usuales: los maestros apestan, mis compañeros apestan, y la universidad apesta.
Lo bueno que yo no recibí los jitomatazos.
Y ya, fotos que ni saqué yo, pero es que el estómago me duele porque acaban de regañarme en la chamba. Error-no-tan-fatal, pero la juventud. Y la oración críptica anterior da pie a cierta reflexión ególatra sobre cómo no sufrí la tragedia del recién-egresado-desempleado, pero qué importa. Ahora estaría echada sobre mi cama viendo capítulos repetidos de Seinfeld.
¡Muerte al Mundo Corporativo!
Por fin me despedí de la universidad, ¿y cómo lo hice?
Con fotografías donde sostengo el certificado volteado de cabeza:
Me fui dos días a Querétaro para dejar resueltos mis asuntos más inmediatos. El saldo: no presentar mi aproximación de examen profesional, y en lugar de ello permanecer sentada en el Dos Minutos café -en el que trabajé casi un año- con un frapuchino aguado enfrente y Triquis sonriente al lado. Llovía a cántaros. Mi exjefe llegó y de nuevo discutimos durante horas sobre cuestiones políticas. El tipo es un conservador implacable, y yo nunca dejé de ser una rojilla impertinente. Sostuvo mi paraguas mientras fuimos a la plaza de enfrente a recoger nuestras togas y birretes.
El día se me agrió por culpa de un maestro que me tiene mala leche, y cuando digo mala leche me refiero a que me detesta porque seguramente intuye que en el futuro tendré yates y prostitutos negros de ojos azules a mis pies.
¡Pero no importa! ¿Me lees, Gabriel? Al Consejo Estudiantil le espera una bonita queja pormenorizada con pruebas irrefutables de tu ineptitud, como mis correos electrónicos nunca contestados y una fotografía donde se observa que usas camellos australianos para transportar drogas blandas.
(Si usted no es Gabriel, no es mi maestro, y no es un tutor irresponsable, no lea el párrafo anterior. Si ya es muy tarde, trate de olvidarlo, como se olvidan los malos momentos de la vida: un regaño inmerecido, un percance sexual bochornoso, un 5 en la boleta de calificaciones, un perro atropellado a media carretera. ¡Shazam! ¡Lo ha olvidado por completo!)
Respecto a la ceremonia donde nos hacen vestir como una parvada de imbéciles, un profesor hace dos chistes malos, y la maestra de ceremonias lee poemas de Chuchito Peralta:
El discurso lo escribí, pero no pasé a leerlo. En lugar de ello, mandé a uno de mis representantes. En el texto introduje frases subliminales cuyo mensaje cifrado era “Lilián dominará tu mundo y el de los tuyos”. También, ya que estaba ahí, lancé unas cuantas pedradas disfrazadas y me refocilé en mis monotemas usuales: los maestros apestan, mis compañeros apestan, y la universidad apesta.
Lo bueno que yo no recibí los jitomatazos.
Y ya, fotos que ni saqué yo, pero es que el estómago me duele porque acaban de regañarme en la chamba. Error-no-tan-fatal, pero la juventud. Y la oración críptica anterior da pie a cierta reflexión ególatra sobre cómo no sufrí la tragedia del recién-egresado-desempleado, pero qué importa. Ahora estaría echada sobre mi cama viendo capítulos repetidos de Seinfeld.
¡Muerte al Mundo Corporativo!
Noten cómo ni enfundada en una toga inverosímil (y súper corta, ¡gracias compañeritos por hacerlo todo mal!) pierdo el estilo.
La Foto Pendeja® de rigor. Adivine quiénes terminarán (terminaremos) de taxistas, lavanderos, taqueros y choferes de autobuses turísticos.
Triquis y su servilleta: las únicas integrantes de la generación 2004-2008 que navegarán yates por el Triángulo de las Bermudas y tendrán una legión de prostitutos multirraciales con bandejas repletas de uvas verdes y drogas duras a discreción.
19 comentarios:
El ¡Adiós, idiotas!® tiene que ser pronunciado con mas fuerza, mas fuerza!
La toga-minifalda revolucionará la moda, aún más que el recién-difunto-aún-no-se-ha-ni-enfriado Yves
Espero con toda el alma que tus predicciones se hagan realidad...sobre todo porque me muero de ganas de tener a mis prostitutos negros y las drogas a discreción. Oh sí, ya me vi.
Y si, le falta más fuerza a ese ¡adios idiotas! sólo recuerda lo que te hicieron sufrir el miércoles.
Saludos my drooguie.
Tocaya tu toga mini falda es la onda! si me dijeras q lo hiciste a propósito para ser original te creería.
Yo no se quienes terminarán de taxistas, lavanderos, taqueros y choferes de autobuses turísticos. Pero si se quien NO, y es obvio que como tu misma lo dijiste hasta tus maestros lo saben: TU NO!
Muchas felicidades Tocaya, ya saliste de esa y de aqui con más fuerza y directito al éxito!! (Y a los prostitutos negros)
En la primera foto tienes un no sé qué, que qué sé yo, que me resulta bastante atractivo.
En las demás también, pero no tanto. Tal vez sea el certificado al revés, pero lo dudo.
Saludos desde Chiapas.
PD. Unos zapatos más nice le habrían dado más fuerza al "¡Adiós, idiotas!" per sé.
Muchas felicidades, y por favor, sigue manteniendo ese humor negro tan característico, divierte mucho
Felicidades again
Jjajajaja, todos tienen cara de taqueros, la mera verdat, pero eso ta bchido, porque no hay buen comunicólogo que tenga cara de ...comunícologo, todos los buenos tienen rostro de ruletero
Compartiras a esos prostitutos de ojos azules conmigo vedad? VERDAD??????
JAJAJAJA NO MAMES!!! ES LA MEJOR GRADUACIÓN EN BLOG!!! FELICIDADES...Y CHIAS LOS ESCLAVOS NEGROS YA STAN EN TU PUERTA VERDAD????..
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Saludos y felicidades!!!
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Hey cuando tengas tus esclavos negros pues pon pictures...digo para que me sirva de inspiracion...
No sé si felicitarte por la graduación, por tu innovación a la moda de las togas, por tus zapatos de niña buena, por haberte desembarazado por fin de los idiotas del título, por tu prometedor futuro como proxeneta, o por todas las anteriores razones.
De cualquier manera, te felicito, y me felicito a mí por poder leerte.
Ja, ustedes si aventaron sus birretes, cual programa gringo juvenil.
Cuando a mí me tocó ese teatrito, nos dijeron que no arrojaramos los birretes o nos los iban a cobrar. Ni para eso tuvimos gusto.
Cabe aclarar que tu certificado no estaba volteado de cabeza...estaba al revés!!!
no sé quienes terminarán como taqueros o taxistas, pero a la chica de la derecha yo la haría participar en algo cuyo título contenga palabras como "cuchita" o "húmeda". no sé na'. la programación nocturna del tv-cable me pone especial a veces.
Lilian, recien me di cuenta de que no te comente en este post!!
Solo algo por decir que nadie dijo: tus zapatos RULEAN!!
Ja ja ja. Y pensar que luego los vasa extrañar... Idiotas.
Lo mismo digo. ¡Adiós, idiotas! y también entras tu.
jajajjaja no manches tienes una gran personalidad no se como llege a tu blog pero me encanto eso de adios, idotas jajajaja no manches eso yo tengo planeado decir
saludos y sigue asi
changos, este tu cuchitril está chido, mira que ver esas imagenes, y estar en la biblioteca de mi escuela, me hace pensar en que para el fin de año, yo también estaré aventando gorritos como ese el de tu foto, hahaha
Horale, pues no es alucín mio, si te conozco, o al menos de vista no estoy seguro (detrás de tí en la primera foto sale Carla), jajajja, que pequeño es el mundo y pensar que llegué a tu Bló por el post del Cara de Pene. Yo estaba hasta hace unos días en Ingeniería (jejej de esos matados de Matemáticas aplicadas).
Me late mucho tu Bló, así que ahora te acecharé.
P.D.: También soy fan de Placebo y me acompañaron en mis momento pubertos de melancolía.
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