Para los desgraciados que no tenemos la fortuna de saberle mover al Photoshop, he encontrado una manera ultraeficaz y sensata de editar las fotografías con resultados francamente impresionantes.
En mi investigación me topé con programas que no cumplían con el requerimiento básico de truquear imágenes de manera sutil, imperceptible e innegablemente elegante. Porque digo -aunque esté choteadísimo- si vas a hacer algo, mejor hazlo bien.
A continuación se desplegarán los magníficos frutos de este vasto estudio, el cual por cierto se distinguió por la inherente objetividad en cada uno de los recursos y por el altísimo estándar con el que se midieron las diapositivas.
Vean y aprendan:
Fotografía de una caries dental que muestra, con entusiasmo y crudeza a la vez, los delirios de tan penosa enfermedad (nótese que la poderosa interjección AAaahh le imprime realismo y solemnidad a la imagen)...
Fotografìa grandilocuentemente alterada con el fin de mostrar la aguda crueldad de ambos líderes fascistas y nazis, respectivamente, y cuyo máximo acierto se encuentra en la poderosa pero sutil introducción de elementos satánicos...
Excelsa caricatura que, con atinada elocuencia y una altísima dosis de creatividad, expone los oscuros pensamientos de unos cantantes de la Ópera de Pekín, todo esto mientras se presentan en una puesta en escena fuera de lo común...
La animaversión que el reino animal provoca: sus contrastes, su profundidad, su constante desafío a la propia naturaleza humana. Todo ello captadopor la lente a través del ojo de un pulpo incauto y la innegable sentencia que lo acompaña: asqueroso...
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