En Waldo's Mart venden condones.
Trece pesos es un precio bastante razonable, piensa su servilleta, para una saludabilísima y apasionadísima revolcada en el sitio que a cualquier mayor de edad le plazca para el ejercicio siempre libre y autónomo de tener sexo. O sea: trece pesos por acostón no está mal.
Una de las marcas se llama Gladiator (entiéndase que un Gladiador es más valiente y temible que un simple Troyano: eso es un hecho indiscutible) y la otra empieza con P y, pese a las múltiples interpretaciones que pudieran derivar de tan engorrosa situación, no tiene nada que ver con otras palabrejas que empiezan con P. Es algo así como.... ¿pleitesía? ¿perseverancia? ¿pubertad? ¿pueblerinos?...
Los que empiezan con P son de sabores. Yo vi de chocolate y de naranja.
Y los de gladiador tienen hasta un gladiadorcito en la envoltura.
SEGUNDA ESPECTACULAR NOTICIA
En la biblioteca de mi honorabilísima (me encanta el superlativo ÍSIMO) facultá de Ciencias Politiquescas y Socialescas están los Diarios del hoy finado señorito Kurt Cobain.
No están tan mal.
El Club de Lucha en un castellano españolesco también está disponible. Qué suerte.
Y unas revistas pornográficas que encontré abajo de unos estantes.
Juro que no las saqué bajo el pretexto de que constituirían material de investigación para un ensayo sobre la contracultura de los años noventa.
Lo último es una vil mentira.
1 comentario:
Jajaja, yo tambien sabia lo de los condones de la Waldos, chale :S
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