Conozco muchos blogueros, antaño glorias de las letras en un monitor de computadora, que han ido abandonando de a poco el blog. Muchos hablan ya de la "muerte de la blogósfera", y la mayoría culpa a Twitter (ver este genial post de Defeña Salerosa).
Tener un blog es como firmar un contrato de exclusividad con tus intimidades. Por alguna razón, sientes que cada gran evento de tu vida, cada gran chascarrillo proferido en un momento de inspiración máxima, cada cambio de humor, cada mínima transición en el curso de tu vida habitual, debe ser consignado en tu blog.
Pero entonces, cuando los eventos se acumulan y uno no escribe, el blog se convierte en el monstruo del que ya he hablado: le tienes miedo, quieres manosearlo y escribir en él, pero sabes que sería un post tan largo y lleno de detalles que la sola idea te marea. Entonces lo dejas. Te alejas progresivamente.
Y luego piensas: debo regresar triunfalmente. Si, por ejemplo, no he posteado en un mes... debo regresar con EL post. Debo hacer reír, llorar, recordar, debo tener soundtrack y efectos especiales. Debo conmover a mis lectores.
No, queridos: esto lo escribo para ustedes, y saben bien quiénes son, que no han escrito en sus blós por semanas o meses. Regresen. Escriban. El método es el siguiente:
No se sientan presionados por escribir un post fenomenal. Regresen modestamente, como un teaser jocosón de lo que se avecina. Una anécdota idiota con la señora que atiende la cafetería de la escuela, una observación intrascendente sobre la forma de las monedas de diez pesos (o la errata de los billetes de cien pesos), una foto de un cartel con faltas de ortografía en el cajero de HSBC, un verso de una canción, lo que dicen dos personajes de la última película indie que viste en el cine... ¡El cielo es el límite!
Por mi parte, mucho he dejado pasar desde el debatido post politicoide, que además ni pude contestar.
En resumen:
Me titulé por fin. Fui a Querétaro un fin de semana que incluyó seis zopencos metidos en un motel con cervezas, la michelada intercambiada por la chelada y por la cubana, un desfile de zombies en un andador, quesadillas de huitlacoche, una peluca, caminatas interminables. Fui a Mixquic, que nomás fue la contemplación de un montón de velas sobre un panteonzote, pero excelente comida: mole, barbacoa, atole de amaranto, elotes, ponche, usted nómbrelo. Recibí al camarada Reindertot directo desde Venezuela, con el ron Pampero Aniversario de regalo (el original de piratas del caribe -- sin alusión a la banda noventera que tanto nos gustaba). Firmé el convenio por la beca que amablemente el Fonca me otorgará para escribir un librito de cuentos. Me queda menos de un mes de vivir en este depto y posiblemente en esta ciudad, temporalmente. El 4 de enero parto a Sudamérica y no regresaré sino hasta marzo...
No quería decírselos tan de sopetón. Casi todo ya lo había tuiteado, así que si me sigue, seguramente ya lo sabe. Y si no, aplicaré la salida más elegante:
¡Son unos zoquetes!
Tener un blog es como firmar un contrato de exclusividad con tus intimidades. Por alguna razón, sientes que cada gran evento de tu vida, cada gran chascarrillo proferido en un momento de inspiración máxima, cada cambio de humor, cada mínima transición en el curso de tu vida habitual, debe ser consignado en tu blog.
Pero entonces, cuando los eventos se acumulan y uno no escribe, el blog se convierte en el monstruo del que ya he hablado: le tienes miedo, quieres manosearlo y escribir en él, pero sabes que sería un post tan largo y lleno de detalles que la sola idea te marea. Entonces lo dejas. Te alejas progresivamente.
Y luego piensas: debo regresar triunfalmente. Si, por ejemplo, no he posteado en un mes... debo regresar con EL post. Debo hacer reír, llorar, recordar, debo tener soundtrack y efectos especiales. Debo conmover a mis lectores.
No, queridos: esto lo escribo para ustedes, y saben bien quiénes son, que no han escrito en sus blós por semanas o meses. Regresen. Escriban. El método es el siguiente:
No se sientan presionados por escribir un post fenomenal. Regresen modestamente, como un teaser jocosón de lo que se avecina. Una anécdota idiota con la señora que atiende la cafetería de la escuela, una observación intrascendente sobre la forma de las monedas de diez pesos (o la errata de los billetes de cien pesos), una foto de un cartel con faltas de ortografía en el cajero de HSBC, un verso de una canción, lo que dicen dos personajes de la última película indie que viste en el cine... ¡El cielo es el límite!
Por mi parte, mucho he dejado pasar desde el debatido post politicoide, que además ni pude contestar.
En resumen:
Me titulé por fin. Fui a Querétaro un fin de semana que incluyó seis zopencos metidos en un motel con cervezas, la michelada intercambiada por la chelada y por la cubana, un desfile de zombies en un andador, quesadillas de huitlacoche, una peluca, caminatas interminables. Fui a Mixquic, que nomás fue la contemplación de un montón de velas sobre un panteonzote, pero excelente comida: mole, barbacoa, atole de amaranto, elotes, ponche, usted nómbrelo. Recibí al camarada Reindertot directo desde Venezuela, con el ron Pampero Aniversario de regalo (el original de piratas del caribe -- sin alusión a la banda noventera que tanto nos gustaba). Firmé el convenio por la beca que amablemente el Fonca me otorgará para escribir un librito de cuentos. Me queda menos de un mes de vivir en este depto y posiblemente en esta ciudad, temporalmente. El 4 de enero parto a Sudamérica y no regresaré sino hasta marzo...
No quería decírselos tan de sopetón. Casi todo ya lo había tuiteado, así que si me sigue, seguramente ya lo sabe. Y si no, aplicaré la salida más elegante:
¡Son unos zoquetes!
23 comentarios:
Muy cierto, cualquier cosa puedes escribir en tu blog.
Más que con la intimidá mi bló es un compromiso con la mediocridad y la estupidez.
Sí, los blós han muerto. El feisbuq ya está en proceso de descomposición y tuíter está agonizando. Lo que viene ahora es el regreso triunfal de los albums de estampitas coleccionables. ¡Finalmente!
Uta, este blog se va a volver sorprendentemente bueno por ahi de marzo del 2010.
Ahorita es bueno nomás.
Buena suerte en Sudamérica.
¿A que parte de sudamerica exactamente?
yo era blogero pero me retire y elimine qasi todo mi blog para comenzar a escribir de nuevo y tienes mucha razon en lo que dices no se tiene qe buscar un entrada fenomenal basta con al sencillo me guzta tu blog y espero qe pases por el mio ahh por cierto te visito proqe te acabo de leer en una entrevista qe tengas un bonito dia!
Lilián querida: muchas felicidades por la beca. ¡Enhorabuena!
Y encontrar sabiduria en medio de la blogosfera (quien invento el termino XD) es dificil... tu lo hiciste, y pues buena suerte con la beca y tu vida ;). Tk care, baee.
Yo no regreso al blog porque de todos modos nadie me leía y se pirateaban mis textos. Mejor escribo en mi cuadernito.
¿Eso de Sudamérica era la gran decisión de hace unos meses? Chanfle, ¿No más @lilianthenerd para los defeños hasta nuevo aviso? Pero yo quería hacerte chocolate.
Nah, no se apuren. En mi viaje llevaré computadorcita para cosas urgentes, y de vez en vez postearé y tuitearé -menos de lo segundo, espero.
Para los que preguntan, estaré en todo Sudamérica de mochilazo, menos Brasil porque pus ya saben -inserte comentario xenófobo arbitrario sobre las enfermedades venéreas y virus varios-.
Wow, me encantó la manera en que describes que simplemente es cuestión de creatividad. Yo di con tu blog de "rebote" pero después de leer varias entradas tuyas. Creo que me declaro (si fuera tuiter este rollo) seguidor. Jah!
Que siga la mata dando...!
Ahhh, vas a sudacalandia, pfff!! Yo estuve 1 año en el INPE de Brasil, pero ni idea lo que sea tu área!!
En fin, saludos y a ver si algún día respondes!!
Saludazos!!
Te espero a vos y a tu mochila por estas tierras...
Suscribo totalmente lo dicho en la cabeza del post. Chau che.
H
Mucha suerte en Sudamérica..
Le deseo lo mejor en ese viaje señorita Lilian (así sin acento), lo único triste es que ya no va a ver historia de amor con su vecinillo acosador.
JOJOJO
¡Felicidades!
Y sí. Siempre hay algo de qué escribir. Sólo espero que tú no nos la apliques.
Eres una de mi bloggeras favoritas y *inserte acá un drama* no sé que haría si dejas de escribir.
¡Saludines!
Me pasa al revés, twitter me recuerda que no he actualizado mi blog, pero es por la gente que sigo, que trato de seguirles el ritmo.
Bienvenida a Sudamérica, estaré siguiendo detenidamente tu travesía por twitter y el bló en caso de que digas algo que tenga que cobrarte después con algún coscorrón, y te veré personalmente... TE VERÉ. Qué cul. :D
That is sooooo true.
Fui a ver la exposición de García Márquez, y me agrado mucho ver sus fotos con varias personalidades literarias, me puse a pensar en una equivalencia en este tiempo y nomás recordé su circulo de blogueros. Algún día diremos, yo leìa sus textos desde que era solo un bloguero (a). Aunque suena sucia y acosadora tal frase.
Ay, amiguis, y cuando vengas, te voy a llevar al bar donde García Márquez compartía con sus amigos: La Cueva. Tiene razón Oliverio.
licenciada zoquete o zoquete licenciada: estoy segura de que ya has leido aquel texto de casciari sobre la muerte de los blogs.
felicidades por el cambio de status académico y por todo lo demás del resumen. si, ya lo sabíamos y qué. más se perdió en troya y alguna gente sigue leyendo la iliada.
Querida Lilián. Muchas felicidades por titularte.
Un abrazo
Muchas gracias a todos, en serio, por sus felicitaciones. DE VERDAD.
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