22 de junio de 2009

El freelance es como la mascota que amas pero te caga los sillones


A veces, cuando veo a los oficinistas zamparse unos tacos de carnitas o correr prestos por un Red Bull al Oxxo de la esquina, siento un cosquilleo en el estómago. Vivo en una zona oficinista, supongo: los asalariados corren de aquí para allá, con sus tacones y sus corbatas y sus trajes sastres. Van del metro al corporativo. Del corporativo a la fondita de poco pelo. De la fondita de poco pelo a un café de cuarta categoría. Salen a fumarse un cigarrito con Susana la de Cuentas y Romualdo el de Finanzas. Comentan unos chismecitos de la oficina: quién se acuesta con quién, quién se quiere acostar con quién, a quién van a correr por acostarse con quién y a quién van a ascender por acostarse con quién.

Y a veces, cuando bajo por mi ropa a la lavandería o paso a al mismo café de cuarta categoría por un frapuchino mediano descafeinado, me gusta imaginar que yo también tengo que regresar corriendo a la oficina porque uuuuh, mi jefe me regaña...

Y luego me acuerdo que soy freelance. Y algo dentro de mí se hace pedacitos, se rompe como cristal cortado, se derrite de vergüenza y autocompasión. No soy asalariada. No tengo prestaciones. No tengo horarios.

Trabajo en casa. Nadie me vigila. No tengo por qué chatear a escondidas, ni bajar a cada rato por un chunche hiper-azucarado como pretexto para que me dé el sol. Puedo maldecir al jefe, porque el jefe soy yo (bueno no: hasta los frílans tienen jefes, pero están allá en sus oficinas y no dan un cacahuate garapiñado por nosotros). Puedo trabajar en ropa interior, si trabajar en ropa interior fuera mi deseo y no una extrapolación de los deseos que la televisión me ha impuesto desde 1992, año en que empecé a entender lo que veía en la caja idiota.

El lado amigable: puedo hacer citas a horas inusuales. Ir al cine a la función de matiné. Ponerle a mi ropa Vel Rosita. Levantarme tarde. Comer frente a la computadora. Decirle al jefe que estoy muy apurada y pasar toda la tarde leyendo chismes en Perez Hilton y luego "esnifar" coca para tener un "rush" de adrenalina y trabajar como autómata hasta las 4,30 AM (ay: ustedes saben que no me meto drogas, salvo heroína y peyote y LSD).

En realidad, no me desagrada. Anoche soñé que volvía a la agencia, pero no a la zona Cheil que era divertida y donde estaba la salita de peloteo con un Xbox que nadie usaba y unos puffs hiper-cómodos donde me echaba unas siestecitas clandestinas y eso... sino al emporio Samsung. Tener jefes coreanos idiotas que apestaban a ajo y comían con la boca abierta y cada frase la terminaban con su "ooooo-ooo-oooh" usual. Y era horrible: la perspectiva de enclaustrarme de por vida en horario de oficina y con todos los ojos sobre mí y mi conducta y mi monitor y mi atuendo.

Desperté con estertores.

Lo único que me saca unas ganas de llorar es la idea de que mi casa ya no es ese recinto del descanso y esparcimiento que solía ser cuando la oficina y la escuela estaban en otros edificios y otros lugares. Llegar por la noche exhausta no significa sentarme a ver la televisión mientras desconecto cada neurona y enlace cerebral. En la mayoría de los casos, significa que tengo trabajo pendiente y que me sentaré frente a mi Wenceslao, comeré gomitas, tomaré té negro, tuitearé sin descanso y maldeciré a los dioses mientras avanzo tortuosamente.

Y entonces, en ese universo particular del frílans, el tiempo se expande y adquiere autonomía propia: ya no obedece a sus propias reglas, sino a otras, menos amigables, más elusivas... pero también más moldeables. La posibilidad de establecer un horario propio requiere una disciplina que, al menos yo, sencillamente no tengo. De ahí que todo se retrase, todo adquiera el tinte de la madrugada y del deadline tormentoso, y que todo suceda en una realidad paralela.

Ojalá todos los freelances del mundo nos unamos. Les exigiremos al gobierno y a la sociedad más infraestructura: no me refiero a los cafés, los restaurantes y los asientos de metro donde usualmente llevamos a cabo nuestras labores. Me refiero a una oficina universal donde los ilustradores, escritores, periodistas, programadores, pintores, comerciantes y artistas varios se congreguen para sentir un poco lo que son los horarios y la vida ordenada. Una oficina donde haya café sabor a calcetín, tarjetón de entrada, una recepcionista inepta y hora de salida a las 6 en punto, para irnos caminando bajo la lluvia a la parada de microbús o a la entrada del metro con la sensación del deber cumplido.

No es mucho pedir. Creo.


25 comentarios:

El Rufián Melancólico dijo...

...y que también haya chicas de contabilidad y secres de faldas sastres y asistontas entusiastas porque hace dos meses salieron de la universidad, para que cuando fumemos podamos comentar quién se acuesta con quién, quién se quiere acostar con quién, a quién van a correr por acostarse con quién y a quién van a ascender por acostarse con quién.

Eiliux dijo...

Justamente hoy estaba pensando que muchos tuiteros, al menos de los que conozco, son frilansers o de alguna manera tenemos trabajos medio libres... o solitarios, por decirlo de alguna manera... Y el tuiter es como la fonda en la que nos reunimos a comer, la máquina de café donde nos encontramos, el lugar de oficina en el que escuchamos lo que dice todo el mundo, sin prestar realmente atención a nada hasta que alguna palabra, alguna frase nos hace brincar y reaccionamos... Tal vez estamos dando el primer paso a la oficina frilans, ojalá!! :D

Blas E dijo...

mmm... la parte final me parece miedo ante la incertidumbre... porque eso si, te falla el cuerpo o se seca el seso... y ya valio!!!!

Mitzi Dom dijo...

La verdad es que sería una pachanga. Aunque algo me dice que sería bien desordenadota y se nos iria el tiempo en chismear precisamente quien se acuesta con quién.

OdeenR dijo...

Qué bueno que no todos los trabajos son así:

Entro a las 10 am, tengo aproximadamente una hora para ponerme al corriente con mis lecturas en blogs y tuietear a gusto antes de que caigan los correos anunciando mis pendientes. Si tenemos suerte, para el medio día hay unas 3 ó 4 películas para supervisar. Mientras tanto, escribimos textos para las portadas y publicidad, discutimos sobre en cuál concierto de Jimmy hendrix se le veía más pacheco o el por qué esa última película tuvo que clasificarse como Mierda Maldita... Se trabaja bajo presión pero también bajo una oleada interminable de albures y groserías amistosas entre 4 diseñadores y los 3 que llevamos la producción DVD... y lo mejor: salimos a la tienda unas 4 veces al día, vestimos como queremos y usamos (o más bien, uso) cabello largo y barba.

Sí, me gusta trabajar asalariado. Freelancié 5 meses y tuve suficiente escarmiento como para mentarles la madre a todos los patrones que exigían el trabajo pero se guardaban celosamente mi preciado cheque.

Y no, mi Lilián, no es mucho pedir.

Voy a ver con quién me acuesto esta semana, se vienen películas aburridas.

xD Saludotes!!!

pablasso dijo...

Si existen lugares para gente como nosotros http://coworking.pbworks.com

Sufro del mismo problema, el no tener una figura de autoridad + mi concentración de mosquito son mortales.

Al principio parece divertido (no todo mundo te dice "ah! que a gusto, trabajas en casa!" y luego termina queriendo estar en tu casa todo el día pensando que no haces nada?) pero después que pasas años con turnos de 10+ horas, desveladas diarias y fines de semanas desperdiciados, solo por tu falta de organización, te comienza a pegar feo.

Yo me intento forzar con cualquier método que encuentre por ahí, GTD, Time Tracking, etc. Y tengo aunque sea poquito de éxito, por lo menos para llevarla bien, no totalmente porque el principal ingrediente siempre me falla: "fuerza de voluntad".

Ahora estoy buscando salir de mi casa para compartir oficinas con otros changos como yo. Ya veo con horror el entrar a mi cuarto o irme a dormir pensando siempre en que tengo algo pendiente que hacer.

Andantte dijo...

juro, juro que en eso estaba pensando..
en eso andaba cavilando y que justo sobre eso me llamo mi padre para platicar hoy...
sobre el job..
y las perspectivas..
y los que la sociedad nos llama a hacer..
o..
sobre lo que nosotros decidimos..
y sobre las perspectivas del futuro, que a final de cuentas son las que nos hacen hacer en el presente, y ...
...
y bueno, que me encantó tu post...
me hiciste continuar pensando en eso, y justo..
...
interesante.

Anónimo dijo...

Habiendo chambeado 12 añotes de mi vida en una oficina, pero nada mas medio tiempo (de 8 a 1330) lo que dices respecto a conservar tu casa como un territorio completamente ajeno a la chamba es esencial. Por lo de la influenza por primera vez tu que hacer "joum offiz", que en mi chamba es lo mas cercano a freelancear que hay. Y la neta no me agrado nada. Primero, al igual que tu soy demasiado vago para poder chambear eficientemente sin que nadie me de lata para hacerlo. No en balde dicen que el trabajo es algo tan malo que te tienen que sobornar para que lo hagas. Segundo la verdad es que salir de la casa te ayuda a concentrarte un poco mas y no tener tantas distracciones. Tener la cama cerca a media mañana es una tentacion demasiado grande. Lo mejor: poder oir la musica que tevenga en gana, cosa que normalmente no puedo hacer.

Gran post

Luis Frost dijo...

¡lilián para diputada!

ge zeta dijo...

Me encantó este post. Cuando estuve de frílans me costaba mucho trabajo disciplinarme para lograr trabajar, y al final... Pues... No lo logré y me volví oficinista. Já.

Salles dijo...

Difícil, los oficinistas suelen ser personas odiosas. Agr, el sólo hecho de escribir "oficinista" trae a mi mente toda una serie de connotaciones negativas. Los peores son los del Metrobus (amo y señor de los oficinistas). ¿Cómo describirlos? Yo diría que son altaneros. Pero su altanería no es pedante, sino más bien patética cuando no bufona cuando no deprimente cuando no castrante. Puntos menos si su camisa es azul, su corbata amarilla y lucen su gafete de la empresa como si ser limpiasuelos de la cima del mundo fuera un orgullo.


En síntesis: me agradan más los freelances.

Hermes dijo...

la maldicion del freelance... i'll take it :)... baee

La Rumu dijo...

A esta Rumu, cuando le da por extrañar las bonitas matinés y el tiempo que le pertenecía, se imagina como uno de esos filosos personajes de The office y entonces no para de reír. Luego se inventa una junta y se escapa un rato...

D´Maurice dijo...

-Eso te pasa por aber ido a la escuela.

Jair Trejo dijo...

Yo pensaba que "trabajar a destajo" era la solución a mis problemas de tiempo y dinero. Ahora que intento estudiar, hacer el servicio social, y freelancear al mismo tiempo, veo mi grave error.

De plano estoy bebiendo y fumando menos, y dejando de comer chatarra, porque de otro modo me dará un infarto antes de los treinta.

Y lo peor es que ahora también hago Ingeniería, Ingeniería, con cablecitos y chips, freelance. Eso es no quererse a uno mismo.

¡Quiero una oficina! ¡Quiero que me paguen cada mes! ¡Mamá!

«danito» dijo...

Bua! por eso los que somos asi de desorganizados somos empleadillos en ratoneras de 2x2 con un foco arriba y horarios estrictos (casi) y jefes que nos dicen que hacer y para cuando terminar y un sueldo que cobrar relogiosamente cada semana o quincena o mes.

el freelance no es para todos. snif! Uno no puede ser su propio jefe cuando se es tan buena ondita con uno mismo.

¡¡¡Estaria pedo siempre!!!

El Ángel Caído dijo...

Mmm, no sé. A veces es mejor estar solo que mal acompañado. Para qué quieres argüendes y chismes de oficina; envidias de las demás viejas. Siempre es mejor manejar uno su horario, aunque, claro, como bien dices, hace falta ser bien ordenadito.

Saludos y chido blog.

Lalo dijo...

Te estaba leyendo hoy a las 12 de la noche porque en la oficina el jefe nos dejó salir tarde (méndigo) para revisar papeleo de los putos partidos políticos (perresdistas de mierda, llegaron 2 horas tarde), pero desgraciadamente internet estaba semibloqueado y no pude comentar.

Nunca pensé que la vida de oficina fuera así, al menos con los tipos que trabajo (cuarentones ya) se cumple al pie todo lo que dices: chismes de oficina, quién se acuesta con quién, la hora de la comida (tres a cinco de la tarde, cunado posteo en blogger) en la que todos salen a la fonda de la esquina y a fumar...


Te envidio, Lilián. Desearía ser un frílans.

La vida es triste, triste...

El hombre del traje gris dijo...

Pues tienes razon es de hueva ser esclavo de una empresa, pero creo que no todas las profesiones se prestan del todo para ser freelance. Y mucha gente prefiere un ingreso fijo y pues tambien te ayuda que la empresa se hace bolas con los impuestos y cosas asi.

Ahora si que depende de la perspectiva que lo pongas.

Yo por eso creo que terminare tarde o temprano poniendo algun changarro...

Unicornio dijo...

Pero si ya existe algo parecido a una megaoficina "universal"... Creo que se llama Internet, jejeje!

Y sí, eso del "frilansismo" (válgame la Academia el terminajo) tiene sus ventajas (y algunas desventajas también, ya qué).

Es padre no tener que depender de alguien, como desde las 0700 a las 1500 horas, que tengo que estar en el Hospital, y después, bien rico, desde las 1700 a las 2300 horas, donde se "frilansea" bien "padriuris", para después preparar un rato las clases de música o terapias físicas, viendo algo de tele, po's pa' adultos (!!??) hasta las 0200 horas... exceptuando los fines de semana, cuando hay guardia en Urgencias, donde hay que estar 24 x 24 horas, o ya de perdida de las 1600 a las 0000 horas, y entonces salir feliz y contento de seguir vivo (y cuerdo) a comprar un "mokaccino" o ya de perdis prepararse un té mate, porque si no...

Uupppssss, olvidaba cambiarle los electrodos al paciente!! Ái nos vemos, pues'n!

Enloquecidamente (se me acabó otro día de 25 horas!!!), se despide,

el atemporal Caballo con Cuerno...

P.D. Felicidades!! Los frilans pueden vivir!!

Zeithgeist dijo...

aca te dejo un thread de un foro donde nos solemos congregar mezclados oficinistas y freelancers por igual
Pegate una pasadita!

http://www.vivalaresistance.com.ar/foros/viewtopic.php?f=5&t=432

Kathya dijo...

nunca lo he hecho pero se me antoja harto!!!!

creo que al final tienes que disciplinarte y es más fácil con el tiempo, es odioso estar lidando con coworkers desagradables todo el dia todos los días ^o)

soy tu fanssss

Karina dijo...

Ser frilans es -a veces- como ser puta. Porque al jefe/cliente/editor lo que pida aunque sepas que su idea raya en lo más absurdo, pero ni modo, él paga.

Además de un sindicato frilancero, Lilián, puedes crear el manual de cómo 'organizarse' en esta práctica. Para empezar ¿se podrá? ¬¬

Kyuuketsuki dijo...

Freelance=Desempleado de categoría

Somos desempleados de categoría porque tenemos algo así como trabajo. Somos la onda. Aunque también participo de oficinista. Tengo pedos, me cae.

Yknil dijo...

Pues ese lugar si existe, yo trabajo en un lugar así, tengo horario de oficina, de 9am a 6pm y estoy como freelance, bueno tengo muchas libertades, pero así mismo muchas responsabilidades. En fin, a quién le importa, era solo por comentar. Saludos.