Usualmente, cuando estoy con lo que mis padres denominarían "cuates" o "camaradas" o "esos vagos que beben alcohol barato", nuestros temas de conversación reptan por los caminos farragosos de la mierda. De todo nos burlamos, nada merece nuestro respeto, y casi todas las minorías son abortos humanos que deberían eliminarse mediante la cámara de gas y mordiscos sanguinarios de un perro con rabia. Ser racista, antisemita y homofóbico es no sólo esperable, sino encomiable.
¿Por qué lo hacemos? Porque nos divierte. Porque quizás, me gusta pensarlo, estamos situados en el otro extremo del espectro con el que nos gusta jugar. Porque somos todo lo contrario a un racista y a un antisemita, a un homofóbico y a un misógino, a un conservador de porquería que se persigna en la iglesia y orina en los derechos humanos, la dignidad, el honor, etcétera.
Siempre he pensado que libre es el que habla de lo que se le antoje sin temor a represalias. Y con de lo que se le antoje me refiero a la virgencita de Guadalupe, el holocausto judío, la pornografía checa y los tacos de barbacoa, todos temas muy arraigados en la memoria histórica. ¿Y qué si un tipo tiene fantasías sexuales con la morenita del Tepeyac? ¿Podría haber cárcel más esclavizadora que la de nuestra propia mente?
Por eso soy partidaria de la incorrección política. No porque sea provocadora y vulgar (dos de sus características más prominentes), sino porque es un desafío a las cárceles de los demás. Porque significa demostrarnos que no tenemos miedo realmente, que no hay nada demasiado grave como para no burlarse de ello, u opinar, recitar, escribir, comentar. Sencillamente, no debería haber consecuencias reales, violentas, por lo que proviene de las palabras y el intelecto.
Este mes, Letras Libres tiene dos textos que me parecieron apasionantes por muchos motivos. Ambos tratan sobre los recién editados diarios de Bioy Casares, un mamotreto de más de mil páginas, con el título de Borges... Y lo simpático: ninguno es una reseña en forma sobre el libro.
El primero, escrito por Edwin Williamson, el "biógrafo oficial" de Borges, afirma en varias ocasiones que los diarios de Bioy Casares no aportan esencialmente nada, pues se componen de conversaciones, opiniones, impresiones. Vaya: lo que todo mundo ya sabe. En cambio, rescata con minuciosidad de cirujano todo lo que revele, directa o indirectamente, la vida amorosa de Borges. Se regodea en los detalles. Los celebra. Salta a conclusiones apabullantes:
Este comentario demuestra cómo los amores desgraciados de Borges eran otra manifestación de su solipsismo: no podía o no quería reconocer que ese “trágico destino” era el producto, en última instancia, de su terror ante la realidad del sexo.
Disculpen mi desvergüenza, pero el párrafo anterior me hace preguntarme algo que todos ustedes seguro también se preguntan (salvo si están invadidos por el morbo): "¿Y?".
Probablemente, en contraposición a los primeros párrafos de este post, me excedo de escandalización. Sin embargo, me queda la sensación de que el artículo es como el TvNotas para intelectuales, y que pierde de vista lo verdaderamente importante. No que yo sepa qué es lo verdaderamente importante, pero, oigan, yo no soy la biógrafa oficial de Jorge Luis Borges.
El segundo, escrito por Héctor Manjarrez, rescata las menciones a México de ambos conversadores (Borges y Bioy) (o Biorges, como los llama ácida pero atinadamente). En una palabra (o tres): nos hacen mierda. Con comentarios como:
"Hay países con vocación para la fealdad: la India, México. Peor que los demonios (para ellos no serán demonios) de los aztecas son los personajes de caricatura de los frescos de Rivera.”
Uno piensa, por qué no, que la impresión que Borges tenía de México era de un paísito colorido, de música horrenda, novelistas fallidos y sicología victimista con los ojos puestos en el pasado. Y no es que uno lo niegue categóricamente, pero, vamos, duele. Duele saber que, oh, nuestro amado José Luis Borgues piense así de nosotros.
Lo curioso es que no me siento particularmente insultada por estos descubrimientos, sino sorprendida de que Manjarrez se ofenda tanto. Que llegue a los extremos de dividir a Borges en el Borges genio y el Borges imbécil, decidiendo a rajatabla en dónde está siendo un genio y en dónde, un imbécil. Que llame a los compadres unos arrogantes e ignorantes, un par de dizque anglófilos que apenas si pasaron unas cuantas noches en Gran Bretaña, y que contraataque las ínfulas segregacionistas de Borges recordándole que él, después de todo, era un ciego. O que, en una frase más bien patética y molesta del maestro ("Yo soy racista. Les tomaría la palabra y veríamos quién gana. Limpiaría los Estados Unidos de negros y si se descuidan me correría hasta el Brasil. Si no acaban con los negros, les van a convertir el país en África"), revire con la gracia -me siento mal de escribir esto- de un insulto de muchacho de secundaria: que Borges mismo, tan machito en su frase, no se separó de las faldas de su madre sino hasta bien entrado en su ancianidad.
Ahora: no se me tome por la fanatiquita de pacotilla que, ante la evidencia más cruda, niega la culpabilidad de su ídolo. No estoy defendiendo a Borges, por una sencilla razón: no podría importarme menos. Soy partidaria de la idea de que la vida personal de un autor no debe, no puede interferir en su obra. En lo absoluto. Por supuesto que investigo la vida de mis autores preferidos (ver acá), pero ni el descubrimiento de que se trataba de un pederasta asesino de gatitos podría cambiar una coma de su trabajo, ni mi opinión literaria sobre él. En este caso, sí: Borges era, todos lo sabemos, un derechista de acero. Defendió a Pinochet, tenía buena opinión de Díaz Ordaz (el mismo Manjarrez lo menciona), y era emocionalmente dependiente de su mamacita. So what? Quedémonos con los datos básicos, románticos, como que fue el bibliotecario más importante del mundo y estaba ciego.
Mi reflexión va a que, por alguna razón, me inclino mucho a pensar que en ciertos pasajes, Borges era deliberadamente fanfarrón. ¿Por qué no? Era un intelectual, y todos los intelectuales son así -y los que no, en realidad temen que los censuren o les quiten sus becas o los corran de sus empleos.
Este diálogo:
Lo curioso es que no me siento particularmente insultada por estos descubrimientos, sino sorprendida de que Manjarrez se ofenda tanto. Que llegue a los extremos de dividir a Borges en el Borges genio y el Borges imbécil, decidiendo a rajatabla en dónde está siendo un genio y en dónde, un imbécil. Que llame a los compadres unos arrogantes e ignorantes, un par de dizque anglófilos que apenas si pasaron unas cuantas noches en Gran Bretaña, y que contraataque las ínfulas segregacionistas de Borges recordándole que él, después de todo, era un ciego. O que, en una frase más bien patética y molesta del maestro ("Yo soy racista. Les tomaría la palabra y veríamos quién gana. Limpiaría los Estados Unidos de negros y si se descuidan me correría hasta el Brasil. Si no acaban con los negros, les van a convertir el país en África"), revire con la gracia -me siento mal de escribir esto- de un insulto de muchacho de secundaria: que Borges mismo, tan machito en su frase, no se separó de las faldas de su madre sino hasta bien entrado en su ancianidad.
Ahora: no se me tome por la fanatiquita de pacotilla que, ante la evidencia más cruda, niega la culpabilidad de su ídolo. No estoy defendiendo a Borges, por una sencilla razón: no podría importarme menos. Soy partidaria de la idea de que la vida personal de un autor no debe, no puede interferir en su obra. En lo absoluto. Por supuesto que investigo la vida de mis autores preferidos (ver acá), pero ni el descubrimiento de que se trataba de un pederasta asesino de gatitos podría cambiar una coma de su trabajo, ni mi opinión literaria sobre él. En este caso, sí: Borges era, todos lo sabemos, un derechista de acero. Defendió a Pinochet, tenía buena opinión de Díaz Ordaz (el mismo Manjarrez lo menciona), y era emocionalmente dependiente de su mamacita. So what? Quedémonos con los datos básicos, románticos, como que fue el bibliotecario más importante del mundo y estaba ciego.
Mi reflexión va a que, por alguna razón, me inclino mucho a pensar que en ciertos pasajes, Borges era deliberadamente fanfarrón. ¿Por qué no? Era un intelectual, y todos los intelectuales son así -y los que no, en realidad temen que los censuren o les quiten sus becas o los corran de sus empleos.
Este diálogo:
"Bioy: ‘¿Por qué en los Estados Unidos quieren tanto a México?’
Di Giovanni: ‘Porque es exótico y porque está cerca. Porque es tan distinto a los Estados Unidos.’
Borges: ‘El Brasil es exótico, está cerca y no queremos ir allí.’
Di Giovanni: ‘¿Aquí no quieren al Brasil?’
Borges: ‘No, nos parece un país de macacos.’
Di Giovanni: ‘¿A quiénes quieren o admiran en la Argentina?’
Borges: ‘A nadie.’ [...]
Bioy: Cito la frase de Elena Garro: ‘El hombre perfecto de hoy es negro, judío, comunista y homosexual.’
Borges: ‘La frase es injusta con los judíos.’ [...]”
Di Giovanni: ‘Porque es exótico y porque está cerca. Porque es tan distinto a los Estados Unidos.’
Borges: ‘El Brasil es exótico, está cerca y no queremos ir allí.’
Di Giovanni: ‘¿Aquí no quieren al Brasil?’
Borges: ‘No, nos parece un país de macacos.’
Di Giovanni: ‘¿A quiénes quieren o admiran en la Argentina?’
Borges: ‘A nadie.’ [...]
Bioy: Cito la frase de Elena Garro: ‘El hombre perfecto de hoy es negro, judío, comunista y homosexual.’
Borges: ‘La frase es injusta con los judíos.’ [...]”
En realidad me parece muy cómico, y pienso que no debería tomarse a pie juntillas. Por supuesto, también me doy cuenta de que MUY probablemente estoy equivocada por completo, y en efecto Borges, a pesar de su genio y legado, era un pendejo hablador.
Sin embargo, ¿quién está para probarlo y dictaminarlo? No porque ahora, gracias a la ciencia y la historia, sepamos que todo lo bueno y correcto está del lado izquierdo, es lógico y poco obtuso juzgarlo por su inclinación ideológica. Además, perdemos algo de vista, señores: los argentinos son todos, por definición, unos pretenciosos de mierda (¿ven cómo sí se puede ser políticamente incorrecto de forma sarcástica y exitosa?).
Conclusión: no lean Borges sobre Borges. Es decepcionante y los hará llorar mientras se abrazan a sus Ficciones y El Aleph en posición fetal. Eso, si no quieren terminar opinando como el señor Armando Loría, cuyo comentario en el texto de Manjarrez reproduzco a continuación:
No veo qué tienen de genial los vulgares, groseros, y racistas comentarios de un gran escritor, se observa una psicología retorcida y una relación amorosa platónica, que nunca mencionan pero que se sobreentiende entre estos 2 "finos" señores, ninguno se atrevió a salir del closet, su sexualidad real y reprimida la sublimaron en su excelente literatura.Conclusión dos: el punto de todo esto es uno solamente. Que lo mucho que uno, hincha de Borges como define Hernán Casciari, se ofenda por los comentarios implacables de Manjarrez... no quita el hecho indiscutible de que su texto es un dedo en la llaga, y por lo tanto: admirable. Meterse con un ídolo no es fácil, ni recomendable. Pero Héctor Manjarrez lo hizo: tocó el tabú en aras de la liberación.
¿Hay acaso algo más políticamente incorrecto que derribar los mitos?
28 comentarios:
No hay nada mas políticamente incorrecto que tirar los mitos históricos; los autores, los personajes, la solemnidad. Me recordaste la herejía que se produce al querer dar versiones diferentes la historia oficial; oh jebús, parece que no hay pecado mas grande que decir los defectos de Benito Juárez. Desmitificar a un personaje de manera pública no solo requiere de mucha incorección política sino de muchos huevos.
P.D. Ya que andamos en esas, los peruanos y los puertorriqueños son los seres mas feos del universo
Con el Beno tendríamos que empezar de cero. Llamarlo indio patarrajada envidioso del físico envidiable de Max y de ahí pa'l real, lo que es.
Blah, el separar la persona del "artista" es en lo que muchos fallamos.
así pues, que chingue a su madre el pinchi pedofilo de polanski, mientras no este detrás de una cámara, o el mamonsisimo de Waters, mientras no este encima de un escenario.
A propósito, quiero hacer notar que el señor Armando se ofende por los comentarios "racistas" y "vulgares" de este parecillo de genios... ¿y cómo contraataca? Llamándolos jotos, cómo no.
Yo creo que más bien Borges era muy guasón en cuanto algunos temas, y en otros, totalmente ingenuo.
Hay un libro de entrevistas hechas por Waldemar Verdugo-Fuentes, donde se le cuestiona sobre sus posturas políticas y en donde se encuentran perlas como éstas:
"Cualquier tendencia que hubiera sido la que sacó del poder a los peronistas, con la bailarina de cabaret a la cabeza, hubiera recibido mi apoyo".
"Los negros me resultan insoportables. Los norteamericanos cometieron un grave error al educarlos. Cuando eran esclavos, eran como niños, felices y menos molestos que lo que son ahora".
"Claro que la gente es bastante estúpida, y piensan que es posible para las masas tener alguna idea política, y cuando digo que la mayoría de la gente es bastante estúpida, no excluyo a los intelectuales, que no sé por qué los llaman intelectuales".
"Yo no sé si las masas son capaces de tener siquiera idea alguna, por ello pienso que se les debe de dirigir, y no permitir a la gente opinar; por su propio bien".
"(El entrevistador): Es agradable oírle.. que todos los hombres son iguales y de que hay cosas más allá de nuestras diferencias, pero no entiendo mucho su posición, ya que usted... declara que los negros le resultan insoportables.."
(Borges): Pero hombre, ¡es sólo una actitud emocional!
Al final, yo soy de los que se quedan con la obra..
a mí todo eso me viene guango, porque, como todo, ya lo explicó EL MAESTRO. Perdón por el mega comment pero creo que es pertinente y que nadie mejor que ÉL para defenderse de sí mismo:
"Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página."
Es una lástima que quien quiera que sea que escriba sobre Borges, no sepa que fue, en vida, uno de los escritores màs atacados, más vilipendiados y más censurados por los "políticamente correctos" (que posaban de "incorrectos") en la Argentina y en algunos paises vecinos. De manera que la gente que cree que "desmitifica" a Borges no sólo no sabe nada del más grande escritor en lengua castellana de los últimos siglos (Kundera, Cioran, Auster, Fuentes, Saramago, Sontag, etc, etc, etc), sino que además, como buenos pelotudos, creen haber descubierto la pólvora. Lo políticamente correcto fue, hasta hace muy poco, escribir mal sobre Borges. Muchachos, el libro de Bioy es, apenas, un rejuntado de entrecasa (publicado después de la muerte de ambos), con charlas que mantuvieron durante cuarenta años y que fueron morosamente recopiladas por el autor de "La invenciòn de Morel". Si muchos de los opinantes leyeran un poco más que las boludeces que seguramente leen, encontrarían cosas bastante más escabrosas en los diarios de otros escritores que escribieron sobre colegas mucho más cercanos (pienso en las cosas que redactó Simone de Beauvoir sobre Sartre,o en las de varios de sus colegas sobre Oscar Wilde, o en Anais Nin sobre Henry Miller, o en Hemingway sobre Scott Fitzgerald, etc, etc). Esto está escrito al vuelo, de manera que no me pidan otros ejemplos con los que se podrían escribir un libro. En cuanto a las opiniones sobre los argentinos, me las paso por las bolas.
Humberto
Desde Buenos Aires
Y, como siempre, Acciarressi viene a ponernos en nuestro lugar.
Estaría muy bueno que copiaras este comentario al vuelo y se lo pusieras al autor del texto en Letras Libres.
Y ya sabes que lo de "pretenciosos de mierda" era un chistorete, pero ya te lo había dicho. No hard feelings (o sea: no me ofendo porque te ofendas).
Abrazo.
Recién ahora leo más atentamente lo que escribí. En realidad, no creo en las generalizaciones (siempre se corre el riesgo de ser injustos). Y no me ofendí. Fue peor: me dolió. Y lo que sí creo es que a uno sólo le duelen las cosas que vienen de la gente que quiere, sin importar ni la nacionalidad ni los gustos literarios. Y vos ya sabés (o por lo menos eso espero) que aborrezco las solemnidades. Y juro y rejuro que no me siento ni con el derecho ni con la autoridad para poner a nadie "en su lugar". Vengo como un simple comentarista de tu blog, al que entro casi todos los días (pero esto ya lo sabés).
Un besote
Humberto
Qué aburrido, eso de ser políticamente incorrecto. Derribar íconos es el deporte de moda.
Francamente, creo que se requiere más valor para escribir la parte de atrás de la estampita de Benito Juárez que venden en la papelería, que para OTRA VEZ escribir un artículo "desmitificando" un personaje.
Yo sí concuerdo contigo. Si bien Borges era un gran escritor el cual separaba su vida personal (o al menos lo mejor posible), no por eso significa sea intocable.
No lo veo tanto como el tirar por tirar los mitos y leyendas, sino darnos más bien la vista real. Si, Borges era grande en las letras, eso no le quita su lado fascista. Era un humano como todos y como todos, también traía algo -o puede ser bastante- mierda en la cabeza. Si está bien o mal depende de cada quien.
Por cierto, esto bien podría pasar por un texto serio.
En fin, me dejaste boquiabierto.
Lilians, a mi me preocuparía ser políticamente correcto o políticamente incorrecto por actitud per se... creo que las opiniones, las actitudes, se van dando según se te presenta el fenómeno (llámale Borges, Política, Influenza, Niurka). Estar obligado a defender tu mito o buscarle su descalificación nomás por mostrar tu ingenio, es un ejercicio nervioso y desgastante que no te lleva a lo real, que sería armar un pensamiento propio, quizá contradictorio, pero con tu sustancia.
Y ora, las charlas de Borges y Bioy que tanto nos espantan, ¿no son como esas charlas "vaciladoras" con tus amigos, cuando concursan por ver quién suelta la sentencia más transgresora? Está bueno para la anécdota, pero mejor entrarle a la sustancia. Ya te dije, está bueno El factor Borges de Alan Pauls, hay que leerlo para armar algo más interesante.
Sea como sea, GRAN post, me gusta cuando le entras de a de veras a las cosas. ¿Chelas cuándo?
Bizcocho pues con la novedad que regreso y que ya me dejaste sin hogar, pero supongo que es lo mejor, fue un placer trollear aqui y pues solo me queda agradecer por toda la paciencia que tuviste y las veces que me defendias sniff ... tengo que confesarte que te fui infiel en otra c-box pero tu siempre fuiste la mas importante.
PD: Hasta me hice una cuenta para comentar pimpollo awwww!!
Es tan out ser "políticamente incorrecto", que en la actualidad parece que los políticamente correctos tienen una postura contestataria.
Es irrisorio hablar de Borges porque él mismo llega a retractarse de sus opiniones al final de su vida; no de todas, pero sí algunas ya que se da cuenta de que estaba equivocado, y no sólo ciego desde el punto de vista fisiológico.
Por cierto que María Kodama, viuda de Borges, criticó muchísimo a Bioy Casares porque para ella este libro representa un ataque cobarde y resentido al que fue su mejor amigo.
Más que políticamente incorrectos quizá no debamos caer tanto en la solemnidad.
Muy buen post.
Humberto:
Pues quedé sorprendida por tus palabras. Lo ÚLTIMO que querría es realmente ofender a los argentinos, tan sólo el país con los novelistas más talentosos del continente (pésele a quien le pese). Y tal como lo escribí, pensé, era obvio un chistorete, un probadita de "incorección política" metida con calzador. Fue como regresar al primer párrafo del post, donde burlarnos de los judíos no es necesariamente BURLARNOS de los judíos. Tú lo sabes. Agradezco le prestes tanta atención a este tristón bló.
Jair:
Pero esa incorrección política de la que hablas es la que en realidad es la sustancia de, no sé, programas como Happy tree friends o La casa de los dibujos. El desmitificar sólo por hacerlo, lo cual es tan válido como halagar nomás porque nos pagan. Además, creo que no me expliqué suficientemente bien. Lo que es políticamente incorrecto para mí no es sólo el ejercicio de desmitificar: va más allá de eso. Es EL desafío de hacerlo y saber que no debe haber consecuencias reales.
Borchácalas:
Gracias por tus comentarios. Aunque no sé si llamar a Borges fascista sea adecuado... Ja. Llamémosle NAZI.
Rufián Melancólico:
Estoy de acuerdo en toda la primera parte de tu comentario (de hecho, en TODO el comentario). Ser ingeniosito nomás por serlo es tan idiota como ser grosero con tu suegra nomás para probarle a tus amiguitos que tú, DE VERAS, vives al filo del peligro.
Y respecto a lo segundo, eso es lo que quise decir. Esos diálogos me parecen fundamentalmente cómicos y fanfarrones, porque me vi reconocida en ellos (sin el genio ni nada, como es natural). Charla vaciladora que no debería tomarse letra por letra.
Luis Alvaz:
Lo que yo criticaría es adherirse a una u otra corriente nomás porque está out o in. Y adherirse, naturalmente, a la que NO está de moda. Ya había escrito un post similar, sobre por qué ser provocativo en realidad ya no es provocativo en lo absoluto, y de pronto tomar posturas conservadoras parece más contestatario.
Saludos a todos.
De acuerdo con lo que pusiste en tu post, me diste a conocer un lado de Borges que no conocía. Aún así, creo que lka conclusión de todo esto es: "No hay que juzagar a la gente tanto po lo que dice, sino más bien por lo que hace".
He escuchado cuientos de comentarios en contra de negros, homosexuales, judíos y mexicanos y en lo de mexicanos simplemente no me ofende.
(Tal vez por que soy guapisísimo y de ascendencia japonesa, jajaja)
Saludos.
Ah, perdón por las faltas de ortografía. Ést e tecldo sta p+esimo
No porque ahora, gracias a la ciencia y la historia, sepamos que todo lo bueno y correcto está del lado izquierdo, es lógico y poco obtuso juzgarlo por su inclinación ideológica.
ese parrafita que copio es de lo mejor que he leído en los últimos días !!
Simplemente : me encantó completito !
pues creo que si, ya que derribar los mitos màs que políticamente incorrecto lo siento una obligación. O no
Eres libre.
No importa si dices cosas políticamente correctas o no, es tú manera de pensar en ése momento específico y, la neta, porque en realidad a nadie más le importa la libertad de los demás o lo que dicen.
A menos que te llames Carlos Salinas de Gortari.
En cuanto a los autores... Joaquín Lavado lo expresó en una sola frase: "Es como comer paté de frois-gras y luego conocer a la oca"
Refiriéndose a que te vas a decepcionar del autor al que conozcas personalmente.
...definitivamente, la vida personal del creador y su creación-obra siempre chocan entre si... muchas veces, ni parece la misma persona.
Hola Lilián,
A mí también, como al Rufián, me gusta que te pongas seria (bueno, de vez en cuando).
Me gusto el texto, pero quería discutir un solo fragmento:
"Soy partidaria de la idea de que la vida personal de un autor no debe, no puede interferir en su obra. En lo absoluto. Por supuesto que investigo la vida de mis autores preferidos (ver acá), pero ni el descubrimiento de que se trataba de un pederasta asesino de gatitos podría cambiar una coma de su trabajo, ni mi opinión literaria sobre él."
Yo no creo que vida y obra estén siempre tan separadas, o que sean indisociables. Yo definiría a Borges como un conservador y creo que mucha de su mejor poesía es conservadora (y no utilizo el conservadurismo como algo peyorativo): "los justos", por ejemplo, me parecen el credo de un conservador y creo que su belleza no es accesible para un temperamento radical, y no creo que un temperamento radical pudiera haber escrito algo así.
Recientemente leo a Saul Bellow. Creo que el estilo de Bellow, con una curiosidad infinita hacia toda la experiencia humana (mi novela favorita es Augie March), revela una posición ética frente al mundo. No creo que alguien con una sensibilidad como la de Bellow, alguien con una mirada tan compleja y rica de la experiencia humana (mirada que me parece se traduce no solo en el fondo de su obra sino en la forma), pudiera ser, por ejemplo, comunista.
La prosa de Saramago la encuentro en el extremo opuesto: moralizante siempre, con personajes arquetípicos que nada tienen de humano, plagada de sentencias, me parece una prosa típicamente comunista, dogmática.
El caso típico que se esgrima para decir que alguien puede ser un tipo despreciable y un gran escritor es Céline. No me parece que las dos cosas estén en Céline divorciadas... la atracción que el fascismo ejerce sobre Céline explica seguramente la violencia de su obra, esa violencia que la vuelve tan atractiva, por otra parte.
Mmmm... me quiero explayar más, pero mejor escribo algo en mi blog. El chiste es que creo que el estilo o la forma o como lo llamemos (y no solo el fondo) puede traducir (no siempre) una posición ética, una decisión de como actuar en el mundo.
(Creo que sobre lo anterior es muy interesante lo que Cuesta escribió cuando Gide se convirtió al comunismo.)
Saludos!
Lilian:
1. Investigué un poco más sobre Borges (cosa que hago con músicos pero nunca con escritores), y pese a su figura polémica no he dejado de admirarlo, al menos como escritor.
2. Las descripciones pretenciosas que pones en tu perfil me recuerdan a cientos de bloggers. idiotas. Me estoy enamorando de ti.
Suerte.
Caray Lilián, volviste con fanfarrias y toda la cosa, me encantó la entrada. Inteligente, jocosa, precisa, políticamente correcta-incorrecta, amena, sagaz, sincera, linda, sexy, jaja..., ok, lo de sexy es independiente de lo buenérrimo de la entrada. Con todo respeto ya te habías enrachado con varios "post perdedores" llenos de quejas, anécdotas burdas, arrogancia simplona e insolencia aburrida (que viéndolo bien no están tan mal). Caray, no sé qué decir, quizá lo obvio: después de leerte me dieron ganas de desempolvar varios libros viejos y arrumbados y repensar algunos textos de Borges y de sus críticos. Y me agrada que haya sido tu entrada la que motivó el impulso, es curioso cómo un texto "ajeno" puede mover tanto a uno a reencontrarse con la literatura. Como ya bien lo apuntan varios blogueros, me agradan mucho tus "reflexiones profundas" (ok, tuve que suprimir un comentario un tanto más "intenso", jaja). Un abrazo y gracias por mi 20% de descuento. Ojalá nos veamos pronto de nuevo.
Yo tampoco estoy segura de que se puedan disociar la vida y la obra de un autor. Benjamin dijo algo sobre el papel que la exhibición pública de la vida (privada o pública) de alguien puede desempeñar en relación con su obra, tomando igual o mayor importancia que ésta.
Y con “no estoy segura” quiero decir exactamente eso. Es un problema para el que no encuentro solución.
Ahora bien, no me queda claro, en etse panorama borgiano, dónde colocar a Alfonso Reyes. ”El mejor prosista de habla hispana de todos los tiempos“, según el mismo Borges, ¿debe ser visto como una excepción? ¿Como un fenómeno inexplicable? ¿Como un mexicano feo pero letrado?
Yo no me disculpo por mis typos, pero admito que sí están feos.
Es cierto que las unicas personas lindas en Mexico son criadas en un hangar propiedad de Televisa? Y encima no son tan lindas...
Y los argentinos si son unos pretenciosos de mierda, no hay duda de ello, me defrudas si te retractas.
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