1 de febrero de 2009

Ayer hice cosas que nunca creí posibles


Todo empezó cuando fui
a ver Revolutionary Road. A unas cuatro butacas de distancia, una parejita se prodigaba besos, soltaba risitas ahogadas y charlaba con toda la tranquilidad que uno consideraría propia en un lugar donde la gente habla, se ríe y nadie piensa mal de ellos... Pero no, nunca, jamás, por ningún motivo: UN CINE.

Desprecio a la ge
nte que habla en el cine. Me hace pensar en cuencas enormes repletas de aceite hirviendo, El Pozolero con un mandil estampado de manguitos, y un cuchillo para pelar piel humana. Pienso en cómo estas personas son entes despreciables que jamás alcanzarán la cota máxima de evolución, sujetos indeseables que deberían ser exiliados de la sociedad y expuestos a las formas más finas de tortura.

A pesar de que les dije "sshhtt" incontables veces, y que me cambié de lugar con visible enojo, los tarados seguían hablando.

Se acabó la película. Me levanté. Me puse frente a ellos y les dije:

- A ver si la para la próxima no hablan tanto, por favor.

Con el tono más intimidante que mis cuerdas vocales pudieron alcanzar. Claro que mi acompañante me sujetó de los brazos y me dijo que no armara un escandalazo, porque yo estaba
dispuesta a tirarles mi refresco en la cara y llamarlos de muchas formas ofensivas.

Luego caímos en un Barón Rojo, por ningún motivo más que entrar el baño y hacer tiempo.

Fue la MEJOR idea que hemos tenido en añ
os. Era noche de karaoke, había sólo como cuatro parroquianos, y yo me moría de ganas por CANTAR mi canción favorita de Pimpinela, así que tomé con rapidez y con la ilusión de justificarme por la vergüenza con el alcohol.

"Claro, canté. Sin embargo, estaba borracha, no recuerdo nada y sigo siendo cool. Jaque mate"

Cantamos "Pega la vuelta" a duó. Luego canté "El Profe", de Miranda, y los encargados del karaoke me dijeron que era muy temprano para esas peladeces. Sin perder el ánimo, y con esa jocosidad del que ya tiene sus chelas encima y encuentra todo cagado per se, canté un rolón bárbaro de las letras en español: "Historia del taxi", del poeta Arjona. Para este momento, las seis mesas me aplaudían emocionadas, conmovidas ante tal muestra de entusiasmo y camaradería.

Os juro que entre las pausas gritaba "gracias, público conocedor" y que aplaudía y los animaba a echarme porras. Los tenía en la palma de mi mano. Nunca he sido tan exitosa con una audiencia como esa noche.


Cerré con "Cuando pase el temblor", en la cúspide de mi actuación. Como sabría que continuar sólo sería postergar un momento inevitable, y que había alcanzado el pináculo de la desvergüenza y el abandono, nos retiramos. Aún en la calle, desde las ventanas, mis novísimos fans me aplaudían.

Caímos, casi por casualidad, al Milán. No. No por casualidad.

Confesión fuera de contexto:

Tengo el plan de, digamos, conquistar a Daniel Giménez Cacho. Va en una etapa avanzada en la que, um, lo único que falta es conocerlo. Y conquistarlo.

Termina confesión fuera de contexto:


Así que estábamos en el Milán, comprando bebidas con sus papelitos como si fuera kermesse, y yo pensaba que en cualquier momento se aparecería Giménez Cacho y me diría:

Pero en lugar de tan previsible escena, me dediqué a saludar a la gente nomás porque sí. Por coleccionar amigos. Por probar que es muy fácil socializar. Así, conocí a unos tipos de la delegación Iztacalco y a una parejita que dijo haber visto a Giménez Cacho por ahí. Me sentí como un detective en busca de una pista. Me dijeron dónde puedo encontrarlo y qué artimañas debo emplear al respecto. Bah.

Uno de ellos me marcó hoy en la mañana para darme datos duros sobre la Procuraduría General de Justicia, porque está "muy harto" de los teje-manejes. Yo le seguí la corriente y me volví a dormir.

Después comimos tacos, hablamos sobre Borges, nos quedamos viendo la televisión apagada y luego perdimos el conocimiento. Fue un buen sábado.

11 comentarios:

isis dijo...

Yo quería con Giménez Cacho desde que vi la de Aro Tolbukhin, luego se me olvidó qué pex. Después ái vienes a recordármelo.

"Suena" a buen fin de semana, yepo, y qué oooonda con lo del karaoke, medio WTFil. Te mando aplausos post cancioneros.

Alina dijo...

Pero mejor les hubieras dicho cerdos desde que empezaron a molestar

El Rufián Melancólico dijo...

te faltó consignar que te tiraron la mitad de tu cosmopolitan y no renegaste, y que después nos bebimos un Alacrán que te puso más persistente en tu búsqueda del famoso Giménez Cacho. Pos hay que armar la que sigue pero en La 33, ¿no?

Lilián dijo...

Tengo una duda ¿Cómo son los cuchillos para pelar carne humana?
me gustaría saber por si un día veo uno y tomar mis precauciones respecto al dueño. En fin.

Eres grande Tocaya, cómo es que hasta estando borracha pudiste elegir TAN BUEN repertorio!!

Seguro que si Giménez Cacho te hubiera visto cae rendido a tus encantos vocales

Anónimo dijo...

Bien, asi se empieza. Mi propuesta es que para el 2015 hablar en el cine amerite de 24 a 48 horas de carcel.

«danito» dijo...

Ps nunca he visto a ese tal quien sabe que Cacho en el Milan. Es mas, creo que nunca he visto a ningun popstar por ahi.

O debe ser que las chelas reducen mi capacidad para reconocer personas.

Y si, el milan esta chidisimo para hacer amiguis de peda.

salu's!

Rafael Merino Isunza dijo...

La sensación que me produce la gente que habla en el cine es como si un duende se me columpiara de los vellos nasales.

Cuervo del D.F. dijo...

Y en el cine.. tambien estan los idiotas que se sientas atrás y que se la pasan pateando el asiento de enfrente. Esos dan ganas de provocarles una lesión en la columna para que jamás puedan volver a mover las piernas.

Gabriela/undies dijo...

Yo vi a Giménez Cacho el domingo en la obra de teatro esa del canario... El gran canario, El buen canario, El super canario, como se llame. Creo que él es lo que vale la pena de la obra, que no es nada fuera de lo común como prometen, es como un festival de clichés. Hueva.

El sábado que fui al cine había una pareja de imbéciles frente a mí, que además de hablar todo el tiempo eran extra molestos porque la tipa era de esas que se ríen de todo como para caerle bien al novio y decirle "sí entendí el chiste" con una risita girly tipo jijiji, cada 2 minutos se reía y volteaba a ver al novio a ver si él se reía también. Lo peor, era una película de Jim Carrey, no se calló jamás.

Anónimo dijo...

que uvas Li-li-án! la chica del romance lésbico gay me pedía más de lo que yo le podia dar, osease amor nomás pa ella. este no me pide nada, pero yo creo que ya es la edad, de la chingada pues, porque en ratos siento que ya valí madres. pero también como que es mi instinto de defender casos perdidos y en pos de la ilusionadera de esa que raspa y la extrañadera y así. como mi propia telenovela cursi y así. tssss a ver qué pienso luego de un rato que lea esto otra vez...
gracias por los saludos!

Anónimo dijo...

mmm te daré una mala noticia, que seguramente se ha paseado un par de veces por tu cabecita, Giménez Cacho es marica lo que le sigue.