18 de enero de 2009

Más sobre las basuras que tengo por vecinos


Mi departamento, esa zona de guerra asolada por los desperfectos y las composturas a medias, es una Franja de Gaza de concreto y vidrio. En medio estoy yo, con una banderita blanca raída, pidiendo ayuda.

Por un lado, está la vecina del 14. La demente que lee mucho (TODA la TvNotas cada ocho días) y que se busca el pan de cada día por medio de la estafa y el engaño. Por otro lado, está la vecina del 1... que habla y habla y habla mientras me mira con dos ojillos que apenas le sobresalen de las arrugas. Ambas se odian. Ambas desconfían una de la otra. Ambas consideraron, con base en algún razonamiento absurdo e ilógico, que podrían encontrar una aliada en mi persona.

La del 14 me dice que la del 1 es una ratera. La del 1 me dice que no confíe en la del 14. Ambas vienen, tocan mi puerta, me cuchichean estupideces en el pasillo, se echan miradas de escopeta, me invitan a pasar a sus departamentos con decoración setentera y muebles empolvados y sevilletitas bordadas, ambas pretenden que las escuche.

Me deprime escuchar hablar a estas señoras. No sé por qué, debe ser la forma de mis ojos y el modo en que puedo desconectar mis cables interiores y fingir que las escucho atentamente, pero algunas personas encuentran en mí un gran desahogo. Porque mientras hablan yo los miro a los ojos y muevo la cabeza afirmativamente cada cierto intervalo de tiempo, y ellos creen que por fin encontraron alguien que da un centavo por sus problemas. Como si lo que tuvieran por decir, que usualmente no es nada y está plagado de circunloquios y composiciones gramaticales pobres y crisis de la edad y baja autoestima y nostalgia por los años que se les escurrieron de las manos, de alguna forma me interesara. Como si por la mañana yo me despertara pensando qué le aflige a la subnormal del 14 o qué nueva historia traerá bajo el brazo la mentecata del 1.

[Ahora recuerdo un hecho un poco tangencial: cuando escribí todos los relatos y chismes de mi universidad en forma novelizada, comprobé que si sabía todos esos chismes era porque los involucrados me los habían contado de primera mano. Y que la frase que más escuché en el año 2005 fue "te tengo mucha confianza". Y que estas personas, que creían que me interesaba por sus problemas sólo porque los miraba a los ojos y asentía de forma muy circunspecta mientras hablaban, confiaban en mí sin saber que sus secretos no significaban nada para mí y que más tarde que temprano acabaría ventilándolos por diversión. Que no es bueno tenerme confianza. Que es mejor que nadie me diga sus secretos, a pesar de que mi lenguaje corporal resulta tan confiable y familiar en cierto modo.]


¿Cómo debo actuar ante los innumerables chismes de este maldito edificio? ¿Qué actitud debo tomar para mantenerme siempre neutral y alejada? ¿Portarme grosera? ¿No abrirles la puerta? ¿Qué clase de objetividad puede mostrar alguien que efectúa reuniones en su hábitat tiro por viaje y baja las escaleras ruidosa y oscilatoriamente y saca grandes bolsas negras de basura que tintinean con el sonido de las botellas?

Los del 12 se robaban mi luz en pos de su borreguito de oro. Y hace rato los vi hablando con la del 1 y comprobé que son la misma cosa. Los del 20, justo al lado de mi depto, son lisa y llanamente unos animales. Animales. No saben convivir. No conocen las palabras "higiene", "salubridad", "silencio" o los conceptos "vivir como seres humanos", "poseer inteligencia humana", "comportarse como un ser humano pensante".

De toda esta bola de sociópatas y analfabetas emocionales, sólo tengo una relativamente buena opinión de la señora del 24, a quien saludo frecuentemente. También del vecino del 23, que me regaló unas cervezas por ninguna razón. Y especialmente del 16, claro.

El vecino del 16 me abordó una noche que yo estaba en la calle esperando a unos amigos. Acepto que mi comportamiento era sospechosista, pero qué le importa a la gente si me gusta estar parada en la calle a las 10 de la noche. El vecino del 16 me miró y me preguntó si vivía en el edificio también, porque "me había visto" por ahí. Le dije que sí. Se presentó, dijo algunos detalles de su persona que olvidé apenas los dijo, y luego me aseguró que si necesitaba que me llevara a CUALQUIER lado, él siempre siempre siempre estaría ahí. Y que le daba mucho gusto conocerme.

Es un acosador de pacotilla, como todos. En el pasillo me ve y remarca mi nombre, como esos agentes de seguros o de bancos que están bien aleccionados para repetir tu nombre ad nauseam, con el fin de estrechar vínculos. "Hola, Lilián". "A dónde vas, Lilián". "Qué bueno verte, Lilián".

O hace dos días, que me encontraba trabajando en la casa. De pronto escuché que gritaban mi nombre: LILIÁAAAAN, LILIÁAAAAAN, LILIÁAAAAAN. Abrí la puerta y nada. Y luego: "¡Acáaaa, en la ventanaaaa!". Abrí la ventana que da al cubo. Ahí enfrente estaba el vecino del 16, mirándome con su cara de idiota.

La siguiente charla se dio entre gritos, de ventana a ventana:

Acosador del 16: ¿Quieres ir a tomar un caféeee?

Lilián: Es que estoy muuuuy ocupadaaaaa.

Acosador del 16: ¿Mañanaaaa?

Lilián: No puedooooo.


Silencio.


Acosador del 16: ¿Tienes aguaaaaa?

Lilián: Neeeel, nos la cortaroooon.

Acosador del 16: Si quieres te subo dos cubetaaaaas.

Lilián: Bueno.


Lo cual hizo. Al otro día me pagó la cuota del gimnasio de la calle de al lado, para que pudiera bañarme. Y luego se fue a sus clases de piloto aviador. En el trayecto habló del cambio climático, repitiendo mi nombre entre los datos sacados de la Wikipedia: "es que la modificación del clima, Lilián, y pues la tierra tiene que defenderse, Lilián, y por eso está haciendo mucho frío, Lilián. En fin, me dio mucho gusto conocerte, Lilián".






15 comentarios:

Essex dijo...

Pero su papá es todo un amooorrrssss. Con esa panza caguamera, brrrr.

Y los golpeteos de los martillos contra la pared que no dejan dormir... agh, ni vivo allí y ya odio a tus vecino también.

Por eso yo ni las "buenas noches" ni los "buenos días" doy por el depadelrock.

Diablorama dijo...

te regaló unas cervezas por ninguna razón, por ninguna razon?... segura?, cuidadito con esa gente jajaja

en serio, pienso que estaria cool vivir en un lugar asi, al menos todos los dias tienes algo con que lidiar...

si yo viviera en un lugar asi, yo creo seria el vecino del 13, el mal educado que nunca saluda y que siempre anda ebrio... jajajaja chingon

Anónimo dijo...

¿Y sabías que a ti te dicen la del 71? jajaja

saludos
Mario

Plaqueta dijo...

Primero te pagan la cuota del gimnasio y luego te invitan a levantar pesas, como en Bob Esponja. Cuidado.

Miss B. dijo...

Podrías verlo de manera un poco más optimista, esos vecinos tuyos te dan material, harto material para escribir...




Comienza a buscar departamento...

Luis Frost dijo...

una vez que estaba seriamente pacheco la vecina tocó mi puerta para preguntarme si tenía agua. después de uno de esfuerzos mentales más cansados que he realizado, le respondí que iba a ver, fui a ver, regresé a verla, olvidé quién era y por qué estaba ahí y le respondí que no, que no tenía.
no me han vuelto a dirigir la palabra.
podrías considerar algo así.

ge zeta dijo...

NOTA PERSONAL: No contarle nada a a Lilián, jajajaj lo que más me gusta es que esas viejas no saben que es contraproducente que cada una te cuente sus cosas

Anónimo dijo...

Otra cosa que cabe recalcar es su finísimo gusto musical; ya sabes, para alegrar la mañana :)...

Cucurrucucú, palomaa.... jajajaja.

Ayo Beckham dijo...

hey si pero también hay de vecinos a vecinos, los tuyos son mas cajetas (chistosos) personajes sacados de los cuentos pero de terror jajaja, buen blog.

pd. aguas con el acosador,se ponen difíciles.

Anónimo dijo...

"debe ser la forma de mis ojos y el modo en que puedo desconectar mis cables interiores y fingir que las escucho atentamente, pero las personas seniles encuentran en mí un gran desahogo. Porque mientras hablan yo los miro a los ojos y muevo la cabeza afirmativamente cada cierto intervalo de tiempo, y ellos creen que por fin encontraron alguien que da un centavo por sus problemas. Como si lo que tuvieran por decir, que usualmente no es nada y está plagado de circunloquios y composiciones gramaticales pobres y crisis de la tercera edad y baja autoestima y nostalgia por los años que se les escurrieron de las manos, de alguna forma me interesara."

No erraste la vocación? Debiste ser psicóloga!

jajajaja
P.D.: No firmé el comentario porque salí de prisa a corretear a mi lengua

Gabriela/undies dijo...

Aguas, no vaya a ser otro poeta caníbal.

Rafael Merino Isunza dijo...

Son señales...

Jair Trejo dijo...

Ay, sí, acosador de mierda, pero dejas que te suba las cubetas y te pague el gimnasio. Aguas, como dice Ayito, la cosa se puede poner fea.

Te quejas mucho de tu departamento. Me aventuro a suponer que es señal de que estás a gusto.

Lilián dijo...

¿Lo que tratan de decir es que me 'prostituí' por una entrada gratis al gimnasio? ¡Cerdos!




A veces mi edificio parece una novelita corta de Ignacio Solares. Qué caray.

Anónimo dijo...

Todos están mal menos yo...me suena, me suena.