10 de enero de 2009

AMISTAD


Pienso mucho en el significado de la amistad últimamente. No es algo que me ocurriera antes, tal vez porque lo daba por sentado; pensaba que los amigos iban a estar ahí siempre, en un estado inmutable alrededor del cual había un campo magnético de cervezas y drogas ilícitas, de prostitutas y drogas inyectables, de paradas de camión y drogas naturales. Un universo inalterable en el que los amigos siempre iban a estar dispuestos a usar todos los elementos anteriores de las más variadas formas, y sin cargo de conciencia.

Pero últimamente he visto la amenaza sobre todas estas cosas. Como un frasco con tinta negra que se derrama sobre un montón de hojas blancas en las que están escritas todas las anécdotas, todas esas charlas idiotas sobre temas idiotas que se prolongaban durante horas y que sacaban lo mejor de ti y tu vocabulario, todos esos momentos lúcidos durante estados inconvenientes en los que comprendías verdades que olvidabas al día siguiente, todos esos trayectos en silencio o con charlas atiborradas, y las interminables risas. Risas provocadas por los chistes o por las drogas ilícitas, las inyectables y las naturales. O las drogas, básicamente.

(me encanta hablar de drogas indiscriminadamente)

No soy excesivamente amiguera, pero sí lo suficiente. Me gusta conocer nuevos amigos, me cae bien, pienso que es buena onda. Sin embargo, soy bastante torpe para cultivar mis amistades. De pronto olvido sus cumpleaños, olvido invitarlos a lugares, olvido hacerlos sentir como que me importan aunque sea un poquitín. Por eso, no es raro que luego de unos años ni siquiera pueda conservar el contacto de mi supuesto mejor amigo de la secundaria en mi messenger. Y que la neta, la neta... no me importe ni preguntar cómo le va.

Pero hay algunas amistades que defiendo como si mi vida dependiera de ello, porque en cierta forma así es. Hay algunas personas, no deben ser más de siete, cuya amistad me importa con la misma intensidad que me importaría conseguir casarme con Christian Bale (proyecto en el que ya trabajo).

El año terminó confusamente en términos amistosos, como una repisa llena de trofeos de cristal cortado que se tambalea cuando alguien cierra la puerta con un azotón. Como si por un momento todos los trofeítos estuvieran a punto de caer en picada y después, casi por un milagro, se mantuvieran en el filo... Oh, ¿por cuánto tiempo?

Estos días me la he pasado como un viejito calvo pero barbón que anda por el desierto con su bastoncito y rezuma sabiduría por los poros. Pero más bien han sido otros amigos los que me han hecho ver lo que ocurre con esos amigos importantes y entender que ningún amigo es igual después de algunos años, que las amistades se oxidan un poco, que el contexto cambia y las circunstancia se va al carajo, que no es lo mismo hablar de lo que hablabas a los 12, a los 16 ó a los 19 con Fulanito y Zutanito... que ahora, cuando tienes 22 y Hacienda te sangra el sueldo. Que a veces hay que alejarte un poco para ver si la amistad soporta la embestida.

9 comentarios:

Aline Salazar dijo...

Eso fue muy mariano, Basura.

Anónimo dijo...

Mijaaa, ¿yo soy el viejito? sólo por que sea un año más grande no significa que deba usar bastón, ¿o sí?, jaja.
Chale mija, ¿qué le puedo decir? Eso siempre pasa. Y creo que tampoco tengo amig@s de la secundaria en mi msn :S. En fin.
Por lo pronto, aqui seguiré para seguir diciendo decir idioteces mientras cocinamos huevo revuelto y quesadillas, y no reímos de mi jefa por que fumamos mota en mi casa, jajajaja.

Saludos, y.... deberíamos ir por unas des esas drogas inyectables de las que tanto hablas.

Lilián dijo...

(carcajada estruendosa)

Gran anécdota. Lo mejor fue contener la risa en su presencia, con una concentración zen que cualquier yogui nos envidiaría. Y luego dejar ir el borbotón de risas a sus espaldas. Y luego otra vez cara mustia. Y luego risa. Oh, qué exhausto fue eso.

(carcajada estruendosa termina)

la ruta de la sabrosura dijo...

Building Relationships with ...

Yo soy ella dijo...

Yo hace unos días estuve analizando eso, me entró un pensamiento bastante perturbador... no tengo mejor amiga.

Lo triste del asunto es que en la secundaría, podía contarlas exactamente con los 5 dedos de mi mano derecha (por que eran mi mano derecha), despuès el tiempo se encargó de disiparlas.

Tal vez no tenga mejor amiga, pero si tengo dos mejores amigos, pero siempre he dicho que hay cosas que solo mas mujeres pueden comprender.

Anónimo dijo...

a mi el facebook ha logrado hacerme pensar que soy la peor de las antisociales, porque no me llevo con muchas personas que alguna vez fueron mis amigos. me ha hecho dudar de mi integridad porque con el tiempo, he tomado otros caminos a las personas que frecuentaba a los 17. ¿estoy mal? quizás son ganas de histeria. pero lo cierto es que se pierden personas con los años. habemos los que cambiamos radicalmente y los que apenas modifican su existencia, todos crecemos. qué más da.
elvis: shubidubi.net

Eric Uribares dijo...

sabia decisión

además, las grandes amistades no tienen por qué ser amistades sempiternas, lo fugitivo permanece.

Anónimo dijo...

La historia de mi vida...







Pero que mamon sone, bueno me identifico con tu post (eso estuvo ñoño).
Bueno, no se puede todo en esta vida

Unknown dijo...

Lo único seguro es el cambio y hasta las drogas cambian.