27 de noviembre de 2008

Acabo de caer en cuenta que una línea de mi textirijillo está inconscientemente inspirada en este cartón de Hernández. Si no lo han visto, no esperen más. Nos hizo reír durante muchas horas seguidas, sin descanso. Nomás para ir a comer y al baño.

En efecto, la muerte de Karenin es -paradójicamente- una de las partes más conmovedoras de la novela. Estoy casi segura de que Kundera lo escribió así a propósito.

El que haya sido un soplón... tiene muchas explicaciones. La que muchos defienden, luego de tamaño linchamiento moral, es que sencillamente no lo hizo. La otra es que su obra adquiere un segundo nivel en cinismo y profundidad. La que me gusta pensar es que, en realidad, su obra entera es una expiación de dicho acto.

Además, no me sorprendería. Estamos hablando de comunistas ortodoxos. Si no hablaba, el que podría haber peligrado era él.

Pero éste es tema que no merece un comentario, ni un post, sino un tratado.

El Maquinista, en efecto, y no es que lo haya olvidado. Me gusta mucho, ¿se fijan que el personaje de Christian Bale anda leyendo a Dostoievsky? (no necesariamente Crimen y Castigo, sino El Idiota. Guau)

Momento literario de la Isla a Mediodía off.


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