17 de septiembre de 2008

Regresos no triunfales

Pues no, no se ha decidido mi futuro… aún. No del todo. Muchas cosas han ocurrido en las últimas semanas y ninguna de ellas ha sido consignada en este bló. Todas ellas son de proporciones épicas, tienen trasfondos románticos y traicioneros, y seguramente en el futuro serán representadas mediante actores novatos que hablen entre dientes y mejoren el guión con miradas impactantes.

Pero como no me gustan los textos crípticos, y éste muestra una tendencia peligrosísima a reptar por tan pantanosos caminos, voy a emplear una metáforoa que se me ocurrió hace rato mientras me preparaba un sándwich de jamón con queso.

¡Los pendientes! Ahora mismo siento que tengo miles y, al mismo tiempo, ninguno verdaderamente importante como para dejar este pobre blocito olvidado ahí, como se olvidan un par de Converse usados y rotos, en la esquina más oscura y húmeda de nuestra habitación, ¡oh! Pero la metáfora no era ésta -aunque es una metáfora muy vívida y todos hemos tenido un par de Converse que en algún punto, por lo menos un par de años después de su compra [por lo menos], parecen gritar: “¡Ya, por favor, haz algo con nosotros; no nos dejes aquí nada más: o nos usas o nos tiras, no hay vuelta de hoja!”.

Ah, sí, entonces pensaba en todos los pendientes que dejé en mi vida. Pienso en las hojas en blanco que dejé en mis cuadernos de la primaria, la secundaria, la preparatoria y la universidad, esperando el momento en que las llenara con los apuntes pendientes que algún día transcribiría a mano o a las que por lo menos le pegaría una copia fotostática del cuaderno del compañerito de junto. Pienso en esa hoja y me parece algo triste, porque el año o el semestre irremediablemente se acabó, y ahí se fue otro pendiente que nunca concluí. O los reportes que jamás entregué. O la playera que jamás pinté, junto con los Converse que jamás lavé (hasta que llegó el momento en que me gritó: “¡Ya, por favor, haz algo… guara guara!”). Los libros que dejé a medias. La llamada que nunca hice, anexa al e-mail que nunca envié (que, es más, ni siquiera empecé a escribir; ni siquiera empecé con un “qué onda, Ruperto, tanto tiempo…”). O el amigo que no busqué en Facebook.


Entonces, para deshacerme de esa sensación tan conocida de “me falta algo”, tendría que recuperar esas cuadernos, localizar esa hoja y escribir el apunte. O ponerle un cuento ahí. O recortar fotos de la Eres y pegarlas sonrientes, para que al menos el hueco no se vea tan tristón y antiestético.

Mi propósito es no volver a dejar mi pobrecito bló olvidado. Y consignar las aventuras triviales, los tacos afuera del metro, el cesto de ropa sucia que compré en Wal Mart, el pozole de mi mamá, lo que significa estar en el pináculo de la juventud y lo que sentí ayer cuando encontré mis composiciones de la secundaria y me di cuenta de que todos somos discos duros en blanco cuando nacemos.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu regreso.

Lilián dijo...

Eso! ya era hora de que regresaras Tocaya, la blogósfera no es nada sin ti ;D

Aunque escribas post que no entiendo porque yo nunca he tenido unos Converse =P

Unknown dijo...

Yo tengo unos converse pero no son los clásicos converse de botita matones que realmente rockean. Entonces como que entiendo a medias el post.

Yo la extrañaba.

Jair Trejo dijo...

Si es tuyo, es triunfal.

El Rufián Melancólico dijo...

La noticia chida es que te volvemos a leer, Lilians,
la noticia preocupante es tanto y tanto cuaderno con hojas blancas, qué pasa entonces con la ecología?
Sugerencias:
* haz chismógrafos
* vuélvete fan de Poncho Herrera y pega fotos de él ahí
* organiza torneos de Basta! usando tus cuadernos
* réntalos para leer la evolución pedagógica de Lilián (eso debe ser de un morbo...)
Lo de los discos duros fue una bonita metáfora que no te servirá ni pa' poema ni pa' copy. Pero se celebra su gratuidá.
Pos nos hallamos pronto Liliáns.

Chavatl dijo...

hey!!!

pos si, almenos yo (tu no me conces) ya te extrañaba

me gustó tu post, soy tu fansese!!!

Unknown dijo...

Amiga del chisme, Salve! (sí, ocupé la palabra amiga y no me importa)

el d1eg0 dijo...

Pa que luego no digas que no te leo.
Te estoy leyendo después del maratónico día 1 de filmación con Don Beto Bross, mi nuevo ídolo de producción publicitaria (aunque bueno, no tenía uno antes). Todo va suave.

Y a ver si posteas más seguido que yo, no?

Digo, de menos hazlo por tus faneses.

arboltsef dijo...

O vergüenza irremediable.

Yo todavía me avergüenzo, y demasiado, cada vez que leo a ese yo más joven.

Pero, pues sí, llenamos el disco duro de nosotros y sólo nos reafirmamos.

Saludos y bienvenida.

Eric Uribares dijo...

perdón, me equivoqué de Bló, yo buscaba uno que estaba en huelga hasta que su escriba no conquistara el mundo...

El Agus dijo...

La revista Eres....nostalgia pura definitivamente. Ahorita vengo, voy por un chicle bombero y unos koris y me voy a sentar a ver supervacaciones y al Tio Gamboín....

Anónimo dijo...

Que bonito regreso, oye... nunca he tenido unos convers... me acabas de abrir los ojos: no he vivído.

anteopolis dijo...

Pues nunca he tenido ni usado Converse, y por el bien de la humanidad, así seguirá.
Converse a mí... pu's esta! :hum: