Estoy destruida, pero no es inusual. Ahora me pregunto cuál fue la primera vez que tuve resaca y si algo en mi interior se habrá partido en dos, o a lo mejor perdido para siempre, como suele suceder cuando vemos nuestra inocencia mancillada: tus papás son Los Santos Reyes Magos de la Ilusión (eso explica muchas cosas: las camisas para rendir honores, los calzones de corazoncitos y una muñeca Barbie que sospechosamente hace juego con una que te trajeron hace 24 meses), tus papás tienen sexo, tus papás se emborrachan, tus papás dicen mentiras como cualquier hijo de vecino.
En realidad, todo se reduce a que los papás son la encarnación de todos los males que Abudabi Segundo predijo.
Nah.
No estoy sola. Ahora mismo se me ocurren por lo menos 8 tipos que están en las mismas (Defeña, Lear, Isteri, Rufián, Valedora, Cazador, Profana, Wendolín, y más incluso) y, cuando sonó el despertador, tuvieron que levantarse para atender las obligaciones modestas y esperables de sus profesiones u ocupaciones varias.
De alguna manera, me las he ingeniado para tener una vidita disipada y cumplir al 98% con mis responsabilidades laborales. No siempre funciona, como hoy: llegué tarde (MUY tarde), no funcionó hacerme la desentendida, mi jefe quiso hacer comentarios sarcásticos -tampoco funcionaron-, yo balbucí un “no se repetirá” entre risas, pensando que naturalmente se repetirá, y luego me senté a esperar que los mecanismos de absorción hormonal hagan su trabajo.
Blogs bonitos cierran (éste y éste). Algunos claman aburrición. Otros opinan que la vidita insulsa del universitario que terminó su carrera y consiguió trabajo y ahora cuenta anécdotas oficiniles no es de interés para nadie.
Yo creo lo contrario.
Habrán notado que tengo nuevo diseño. El jéder fue escrito con una tableta Wacom que no dio para la palabra “mediodía”, y que el Consejo Editorial prefirió dejar en una tipografía ordinaria.
Los links a la derecha muestran los blogs que leo. ¿Por qué me gustan los blogs? Porque, por momentos, me interesa la vidita insulsa de personas que tienen rutinas ordinarias, se levantan a trabajar/ir a la escuela, filosofan barato, cuentan sobre sus fiestas y empiezan párrafos explicando con eufemismos que están crudos hasta la madre. Me gusta saber qué hace un ilustrador en Monterrey y una secretaria en Zacatecas, un periodista en el Distrito Federal y un estudiante en Querétaro, una loca manipuladora en la playa y un cerdo auto-destructor en los alpes italianos. Creo que jamás habíamos estado tan conscientes de la insoportable levedad de nuestros coetáneos, de la esencia en la rutina de quienes crecieron con Los Simpson y ahora van a bares con ondita como el Covadonga o a festivales con ondita como el Colmena.
Por eso me gustan los blogs. Por eso me parece válido una reunión bloguera en la que tu carta de presentación es el nombre de tu blog. Por eso un tema tan imbécil como el “comentarismo” es tan popular como la política económica de Salinas de Gortari en una relación normal de treintañeros.
Por eso la cruda.
En realidad, todo se reduce a que los papás son la encarnación de todos los males que Abudabi Segundo predijo.
Nah.
No estoy sola. Ahora mismo se me ocurren por lo menos 8 tipos que están en las mismas (Defeña, Lear, Isteri, Rufián, Valedora, Cazador, Profana, Wendolín, y más incluso) y, cuando sonó el despertador, tuvieron que levantarse para atender las obligaciones modestas y esperables de sus profesiones u ocupaciones varias.
De alguna manera, me las he ingeniado para tener una vidita disipada y cumplir al 98% con mis responsabilidades laborales. No siempre funciona, como hoy: llegué tarde (MUY tarde), no funcionó hacerme la desentendida, mi jefe quiso hacer comentarios sarcásticos -tampoco funcionaron-, yo balbucí un “no se repetirá” entre risas, pensando que naturalmente se repetirá, y luego me senté a esperar que los mecanismos de absorción hormonal hagan su trabajo.
Blogs bonitos cierran (éste y éste). Algunos claman aburrición. Otros opinan que la vidita insulsa del universitario que terminó su carrera y consiguió trabajo y ahora cuenta anécdotas oficiniles no es de interés para nadie.
Yo creo lo contrario.
Habrán notado que tengo nuevo diseño. El jéder fue escrito con una tableta Wacom que no dio para la palabra “mediodía”, y que el Consejo Editorial prefirió dejar en una tipografía ordinaria.
Los links a la derecha muestran los blogs que leo. ¿Por qué me gustan los blogs? Porque, por momentos, me interesa la vidita insulsa de personas que tienen rutinas ordinarias, se levantan a trabajar/ir a la escuela, filosofan barato, cuentan sobre sus fiestas y empiezan párrafos explicando con eufemismos que están crudos hasta la madre. Me gusta saber qué hace un ilustrador en Monterrey y una secretaria en Zacatecas, un periodista en el Distrito Federal y un estudiante en Querétaro, una loca manipuladora en la playa y un cerdo auto-destructor en los alpes italianos. Creo que jamás habíamos estado tan conscientes de la insoportable levedad de nuestros coetáneos, de la esencia en la rutina de quienes crecieron con Los Simpson y ahora van a bares con ondita como el Covadonga o a festivales con ondita como el Colmena.
Por eso me gustan los blogs. Por eso me parece válido una reunión bloguera en la que tu carta de presentación es el nombre de tu blog. Por eso un tema tan imbécil como el “comentarismo” es tan popular como la política económica de Salinas de Gortari en una relación normal de treintañeros.
Por eso la cruda.
P.D. Nuevo relato en Mis Textos Serios. Inspirado vagamente en mi jefe.
10 comentarios:
¿El comentarismo es un tema imbécil por que quieres o no qiuieres comentarios? ¿Por que tienes los que quieres o por que no?
jey chirou
acá te dejamos el blog del colectivo
salud y pila
www.e3colectivo.blogspot.com
yo que no bebi ni me reuní, ando como si me hubiera embutido una botella de Juanito Caminante... oh dios me estoy volviendo vieja.
Solo quiero mi cama y dormir, pero no, me espera una largo viaje en metro sniffffffffff.
Rubas:
Porque es un tema tonto per se. La teoría del comentario. No tiene ciencia. Ja.
ya estamos dones todos, no nos engañemos
Qué maravilla de post. Lo amo.
Tal vez comparto contigo la causal de mi gusto por los blogs. El mío lo empecé ya siendo una esclava oficinil, y para nada siento que haya algo de aburrido en ello, simplemente es distinto a cuando estaba en la universidad.
Jjajajaja, yo me quedé en mi camita hasta el medio día, amo mi trabajo.
Los blogs son interesantes, tal vez tu pienses que tus post son puras burradas, pero si por lo menos a una (o a dos o a tres, ya ni digas a cuatro) persona(s) les parece importante o atractivo lo que pusiste en ellos te puedes dar por bien servido.
En mi lista de blogs que visito, por ejemplo, fue porque precisamente me convencieron con algún post divertido, interesante y/o profundo.
Mi blog no aparece en tu lista lilián asi que espero algún día convencerte con un post de esos que dejan huella
Saludos
El comment, al igual que el post, es de quien lo trabaja.
Y en posts sólo queda de dos, que te guste o que no, y la consecuencia saludable hacia lo que no te gusta es simplemente protestar para nunca más volver. O pasas a otra cosa y te ahorras e zipizape.
Lo que francamente no entiendo es ese afán masoquista por comentar en y sobre lo que se odia con el alma, que eventualmente devenga en trollismo, vergas, bocas, y demás alusiones que llevan a 34980342984 comentarios que nada tiene que ver con el post, pero que todo mundo se chuta con singular morbo.
Y el objetivo de todo post es el comentario, tan significativo es como lo es el post, y ambos pierden sentido hasta que llega un nuevo post, coincido con la autora que es un tema insulso para analizar.
Respecto a la peda que camina, me limito a reiterar que la fortaleza etílica es directamente proporcional a los alimentos ingeridos; en corto: comiendo como marranos, tomando como campeones.
Hace mucho tiempo, en la era precámbrica, fui a un par de reuniones blogueras, pero no me divertí, de hecho los diálogos eran del tipo:
- ¿Tú eres el autor de Pañales agogó?
- Sí, seguramente tú eres Dédalus Corúmbulo. Siempre te leo.
- Yo también te leo, soy tu fan
(cri cri cri cri)
En fin, salut.
Las crudas de los viernes en la oficina son la razón por la que decidí volverme freelancer. Era eso o dejar de tomar.
Hay un diálogo en Californication en que le preguntan a Hans (¿así se llamaba el protagonista?) si era escritor y él contesta: “No, soy blogger”.
Ja.
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