28 de junio de 2007

Dos recuerdos de la infancia

Con las visiones de los Halcones Galácticos y los Thundercats vino el recuerdo de la Máxima Caricatura Jamás Antes Mostrada:


Súper loco extraordinario.
¡Fenomenoide! ¡Fenomenoide!
Corre hasta más no poder.
¡Fenomenoide! ¡Fenomenoide!
Rescata Washington D.C.
¡Fenomenoide! ¡Fenomenoide!
Cuando no hay nada en la TV
¡Fenomenoide! ¡Fenomenoide!
Su mente es de salchicha,
y mucho chocolate.
Sigmund Freud lo analizó
¡Fenomenoide! ¡Fenomenoide!
Dexter es un genio,
con su máquina audaz.
Fue a un mundo cibernético
por un gran error casual
Se convirtió en Fenomenoide,
el más loco del mundo.
Contra los criminales,
locuras a granel.
Locuras hace a montón
¡Fenomenoide! ¡Fenomenoide!
Siempre busca ser actual
¡Fenomenoide! ¡Qué mono es!
Piloto fenomenal
¡Fenomenoide! ¡Fenomenoide!
Sus películas hay que ver
¡Fenomenoide! ¡Fenomenoide!
Salvar al mundo entero
es su mayor empeño.
Siempre nos ayudará
¡Fenomenoide! ¡Fenomenoide!
¡Fenomenoide!


Mi caricatura favorita siempre ha sido Fenomenoide (cercanamente seguida por La vida moderna de Rocko). Y es que, ¡caray!, no hay una historia más absurda, inteligente, plagada de referencias cinematográficas/de la cultura pop, inverosímil, alternativa, ridícula y espantosamente cómica que Fenomenoide.

Fenomenoide corría por todos lados con las manos al frente y hacía "uussshhh", se burlaba de Sharon Stone, Diana de Gales, Bill Clinton y Juan Pablo II; tenía debilidad por las barras de grafito cargadas con iones negativos y la menta... y el olor de las alcantarillas, tenía un acérrimo enemigo llamado Gutiérrez; era, a su vez, el alter ego de Dexter Douglas, le gustaban las hula girls... En fin, Fenomenoide es el mejor súper-héroe y el mejor personaje jamás imaginado.

Cuando era niña, no podía entender cómo a alguien no podía gustarle Fenomenoide y no se riera con sus aventuras. Esto era totalmente incomprensible para mí. Yo cantaba la cancioncita esa a la menor provocación y aún hay personas que me recuerdan esos momentos en que, de la nada y por ningún motivo, me levantaba y empezaba "Súper loco extraordinario...". Lo que es más: yo era Fenomenoide y me comportaba como él. Estaba totalmente chiflada y no me daba vergüenza hacer el ridículo en cualquier oportunidad posible.

Luego me reprimieron y con los años aprendí a fingir que soy una persona decente.

Lo cual nos lleva al...

Segundo Recuerdo de Infancia
(triste y horrible)


Ahora que está de moda (por lo menos en el mágico microcosmos de Emtiví) eso de los "bullies" y el "bullying", tengo algo que decirles: estamos en México y hay una palabra para eso, estúpidos.

Hostigamiento.


Pero eso no es lo que iba a decir, sino mi recuerdo triste y horrible.

Estudié primero de secundaria en el pavoroso Instituto Plancarte. Y ahí me bulearon cuanto quisieron (acá lloraría desconsoladamente, pero se supone que ya lo superé) (bueno, la verdad es que no) (déjenme llorar un rato).
.
.
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No sé por qué razón los escuincles del Plancarte era tan crueles, pero a su servilleta se la trajeron finta durante todo un año. Si no era mi voz de pito (¡caray! Acabo de recordar mi apodo: La Perica), era mi estatus de niña pueblerina (si eras de Polo -el magnífico Polotitlán de la Ilustración- eras imbécil, por unanimidad). O mis cejas (debo confesar que en ese entonces más bien tenía una sola ceja, jejerejé) o mi incapacidad deportiva. O, sencillamente, que actuaba como Fenomenoide y eso era muy mal visto entre los prepúberes ultraconservadores con pretensiones de burguesitos de mierda.


Cualquier motivo era bueno para traerme en salsa.

Y no sólo los de mi salón, no. La secundaria (porque ahí mismo estaban la primaria, la secundaria y la preparatoria) tenía un pasillo enorme y estrecho y un día unas tipas de segundo B no me dejaron pasar por nada del mundo. Lo más humillante es que dejaban pasar a otros y cuando me quería colar, las dos desgraciadas me empujaban de vuelta (una era una gordota horrible y la otra una zorrita de baja calaña). Luego sucedió una escena patética que aún recuerdo con horror: yo en el salón, sola, berreando a moco tendido. Después viene la escena donde el director me pregunta qué me pasa y luego la otra donde estoy en la dirección de la madre superiora y luego la otra donde las tipas, en mi cara, lo niegan todo y me miran a los ojos y me preguntan qué me hicieron porque a ellas no se les ocurre qué me pudo haber molestado.


Hijas de puta.

Pero esos recuerdos son nimios comparados con el terrible que me hizo llegar un buen día con mi madre y decirle que ya no quería estudiar en esa secundaria asquerosa (por esa razón y porque era atea y en las misas me escondía en los baños durante toda una hora). Pero ya no me quiero acordar. Sólo baste decir que de ello conservo una fobia y la comprobación de que mis crisis nerviosas involucran derribar bancas, gritar desaforadamente y chillar sin sentido durante tres cuartos de hora.


Bonitos recuerdos de adolescencia.


Así que sí, yo fui hostigada y buleada. En la otra secundaria me trataron muy bien y logré superar algunos traumas y ser muy feliz. Luego entré a la preparatoria más chacala del universo y tiré todo por la borda, pero fui feliz también.


Me gustaría decirles a los malditos buleadores que me bulearon que ahora soy sumamente exitosa. Me gustaría, pues.


Además, mírenme ahora: soy una persona perfectamente normal. Claro, tengo desórdenes obsesivo-compulsivos, ofidiofobia, fijación hacia los cubiertos y otros objetos, hipersensibilidad, miedo patológico al rechazo, imposibilidad de mantener relaciones estables y saludables, complejo de inferioridad, neurosis mal atendida, hipertensión, estrés infundamentado, hipocondriaquismo, manías incomprensibles, conducta emocionalmente condenable, excentricidad congénita y propensión al ridículo y la humillación. Pero soy una persona perfectamente normal.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

si que si, fenomenoide es la onda, ahh y el buen Gutiérrez, hacía ya tiempo que no me acordaba de la cancioncita, es lo mejor!!!

y pues que mala onda que usté fué buleada, a mi nunca me pasó nada de eso pero supongo que en su momento debió ser bien culeis...en fin, si quiere busque sus telefonos en la sección amarilla y haga bromas al estilo bart y lisa =D

Lilián dijo...

Pues sí, queridísima Fany ahora Emily, pero de lo que se trata es de que ya no me bulean y ahora más bien yo soy la buleadora y que no quedaron secuelas de la buleadez, excepto las enumeradas allá arriba.

Pensándolo bien: sí que me dejaron bastante jodida, snif.

Unknown dijo...

Jajajaja fenomenoide es bastante bueno de hecho a mi tmb me gusta mucho lo unico malo es que neta no recuerdo que tuviera ni 15 capitulos diferentes

Fire_tony dijo...

Hay, yo te doy un abrazo. ({)