Una Mosca en la pared

Ante la gente que injustamente ha acusado mi crónica de ser "altamente aburrida, tendenciosa, poco objetiva, ambiciosa, inverosímil, prejuiciosa, infundamentada" y, en fin, "bien pinche"... me he tomado la libertad de alterar algunos detalles que al grueso de la población le parecerían absolutamente irrelevantes pero que, una vez transformados, dotarán esa noche de un sentido mágico, fenomenal y di-ver-ti-dí-si-mo que sencillamente -a los ojos blasfemos de la gente- no tuvo.

Había mujeres desnudas, alcohol adulterado en forma de cocteles de sabores, panquecitos de marihuana, una banda sorpresa conformada por Mick Jagger y tres travestis, un menú tradicional medio new-age (tortas de caviar, tamales de caviar, tacos de caviar y tostadas de caviar), ocho bailarines a-go-gó, la rifa de tres chevys último modelo y la repartición de pastillas de éxtasis a todos los presentes.

Luego una redada, cinco detenidos, un incendio en el baño, una explosión en pleno escenario y un cadáver que tuvimos que lanzar por una ventana.

Tranquilo el asunto.

Puntos Importantes a Considerar:

• Excelentes actuaciones de Los Pechos Privilegiados y San Pascualito Rey. Harto excelentes.

• Conocí a gente bien padre (definición que yo usaría si tuviera 13 años, por lo que es muy ad-hoc): mi querida y confidente Elena Santibáñez, Rogelio Garza (quien hizo una breve reseña, aunque al respecto yo dudaría que mi "conversación lo haya alivianado" -si ataques de verborrea sin sentido seguidos de periodos de abstracción total le parecen una conversación-), Ricardo Arce... además de dos estrellazas: Jo -bajista de Los Pechos Privilegiados, en cuyo departamento terminamos departiendo cercanas las 7 de la mañana- y el inefable Fernando Rivera Calderón -periodista rocanrolero de proyectos como El Palomazo Informativo y Monocordio, a quien mis ansias me obligaban a conocer y hasta posar para la foto, chale-.

• Mención aparte mi jefe Hugo García Michel, periodista y músico que, según las malas lenguas, es visto como todo un provocador (gggrrrr... ¡pero si es harto abrazable!).

• Y más gente cuya identidad protegeré (sin misticismo no hay relato, chingá).

• A las 4:30 de la madrugada nos echamos unos tacos de cabeza y de lengua por la casa del Jo.

• Casi a las 8:00 am nos íbamos durmiendo.

• Y los detalles prohibidos me los reservo, oh sí.

Aquí las pocos fotos que sobrevivieron:

Acá Fanny (alias Emily) confundiendo la puerta de la recámara con la del baño (en el departamento de Elena)

Bellísima calaca que engalana con su delgadez los muros de La Victoria

Acá Rogelio ha de pensar "chin, esta vieja ya me cayó medio mal. Ni pez".

Y acá Fer de seguro piensa: "Osh, con estas grupis"