Anoche soñé con Ciro Gómez Leyva. En el sueño, que como todos transcurrió entre azoteas y departamentos minúsculos en algún centro histórico, el señor Gómez Leyva estaba muy interesado en su servilleta y luego hasta se despidió con un beso poco pudoroso.
Y eso fue todo.
Ahora creo que estoy enamorada de él...
un buen partido
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