El Op Art es una cosa incomprensible

Tengo que hacer seis portadas (sí, ¡6!) en el horroroso Photoshop para una revista de cine, cuyo nombre (¡bendito sea Alá!) inventé yo (Nosferatu Dixit y la razón es muy filosófica y profunda como para explicarla).

Pero eso no es lo que interesa y tampoco de lo que quiero hablar (el formato de las mentadas revistas es el extrañísimo, nunca comprendido y siempre rarito Op Art).

El viernes fue mi cumpleaños y, como todos ustedes saben, lo pasé celebrando un ritual satánico. Sacrificamos un recién nacido a la luz de la luna y bebimos su sangre en copas de margarita. Fue muy divertido.

Ahora, con dos décadas encima, me siento con la libertad absoluta de decir:

El Op Art es una cosa incomprensible