31 de julio de 2009

Y entonces...


Caminas por Reforma para ir por un frapuchino descafeinado a esa cadena del mal, en lugar del café de cuarta categoría de siempre, porque piensas que una caminata al aire libre te despejará la mente. Y el mal humor se diluye poco a poco, mientras miras un templete sobre el Ángel, una pareja gay tomada de la mano, unos niños sacándose fotos con los animales de metal, una loca sentada en una banca gritando que "en cuanto vaya a Tampico se los voy a quitar a TODOS, a TODOS, ya lo verán". Y entonces te das cuenta de que tu vida no es tan desgraciada como creías, sino tal vez todo lo contrario.




Hasta que la pendeja pone en tu frapuchino "liliam"... Y entonces recuerdas que la humanidad está condenada.

Actualización:


Quería poner algo desagradable al final, para que la cursilería/bipolaridad/cambios hormonales no se me notaran demasiado. La verdad, la muchacha fue muy amable. Pero igual todos estamos condenados.


4 comentarios:

Blas E dijo...

tons son las hormonas... ahora comprendo.... o_o

D3 & EGOSELF dijo...

Yo me llamo Miriam, y el dia que fui a esa cadena del mal, me pusieron en mi cafe "Marian" ¬¬

S.S dijo...

Creo que este es el mejor post que he leído en mucho tiempo.

Cereza Fresa dijo...

Bueno, todo el tiempo he pensado que siempre hay alguien peor que uno mismo... o por lo menos más pendejo como para no saber escribir bien tu nombre ¬¬