Hay gente muy amable, que me desconcierta. Hay gente muy grosera y patanesca, que me molesta. Con unos y otros me cruzo cada tanto, y de todos ellos obtengo una reflexión adecuada: que los primeros contagien a los segundos, quienes ojalá eventualmente contraigan una enfermedad venérea y mueran en medio del escarnio público.
Hace rato, por ejemplo, fui a sacar mi basura. Se trataba de una caja de cartón con chunches varios adentro, como: envases de agua, sobrecitos de té húmedos, envolturas de cacahuates japoneses, restos de mi cabello y jeringas-de-heroína usadas, ajá. A punto de cruzar la calle, escuché que una señora le decía a otra:
"Mira, si por eso hay tantas ratas"
Me volteé y la señora empezó a gritarme, con su voz rasposa de señora-que-no-ha-cogido-en-15-años-completos, que por tirar mi basura ahí había tantas ratas. Primero le dije: "¡¿Qué?!", pero la señora frígida siguió balbuciendo sandeces incomprensibles. Entonces, de la nada, yo también le grité:
"¡Pues ahí es donde la recoge el camión!"
Ante lo cual, la señora siguió soltando sus mierdeces. Así que me di la vuelta y la dejé hablando sola.
Tuve que caminar cinco cuadras con los puños crispados para bajarme el coraje. Sobre todo, porque lo había hecho frente al portero del edificio de al lado, quien ha sido la persona más amable conmigo desde que me mudé acá. Él me dijo que la basura se tiraba ahí... Sólo soy un juguete del cruel destino.
Hace rato, mientras cargaba con una mano un montón de bolsas llenas de objetos de vidrio, intenté firmar un recibo. Como el papel se me movía, una chica me lo detuvo con el dedo. Fue un acto absolutamente desinteresado, y le agradecí de veras.
Otro ejemplo que me gusta es la fonda donde como. La comida en sí no tiene nada de extraordinario, incluso es algo sosa y poco original, pero los dos meseros que me atienden alternadamente son tan amables, tan divertidos y tan amigables que voy cada que puedo a pesar de tener unas 10 opciones diferentes tan sólo en mi cuadra.
Nunca me ha gustado ser grosera. Procuro ser cortés. Siempre he creído que se gana más siendo amable, en cualquier lado: el banco, la oficina, la ventanilla, el trámite burocrático. La gente siempre va a estar más dispuesta a atender rápida y eficazmente si le muestras tu sonrisa de dientes chuecos y dices "gracias", "por favor" y "tenga sexo más seguido, de verdad".
Sin embargo, en cuanto percibo una grosería manifiesta, puedo volverme muy hostil. Antes dejaba pasar estas hijodeputeces más campechanamente, en realidad no me importaban gran cosa, pero ahora no acepto la mierdez de nadie, de NADIE. A pesar de tener voz de pito, mi voz de pito puede decir cosas hirientes y salvajes, así que ándense con cuidado HIJOS DE PERRA y SEÑORAS FRÍGIDAS. Los encontraré y me vengaré, Alá sabe que me vengaré.
Actualización del SICÓPATA del 16:
El domingo me llamó por teléfono. Antes de que dijera cualquier cosa, le dije que no estaba en el DF, que me estaban cobrando el roaming y que tenía que colgar. Y le colgué. Secamente.
¿Entendió? Por supuesto que no.
Hace rato me lo encontré en las escaleras. Le dije hola sin detenerme y seguí subiendo sin prestarle atención. Alcancé a escuchar que me preguntaba si necesitaba algo de Puebla, ¡de Puebla!
Díganme qué carajos podría yo necesitar de Puebla. Esto es todavía más arbitrario que lo de las palomitas de dulce, y se vuelve más enfermo a medida que pasa el tiempo. Creo que tendré que programarme en mi modo hostil cada que lo vea y decirle algo que debí decirle hace mucho tiempo:
Ya me siento mejor, gracias. La irritabilidad es signo de sanidad.
Hace rato, por ejemplo, fui a sacar mi basura. Se trataba de una caja de cartón con chunches varios adentro, como: envases de agua, sobrecitos de té húmedos, envolturas de cacahuates japoneses, restos de mi cabello y jeringas-de-heroína usadas, ajá. A punto de cruzar la calle, escuché que una señora le decía a otra:
"Mira, si por eso hay tantas ratas"
Me volteé y la señora empezó a gritarme, con su voz rasposa de señora-que-no-ha-cogido-en-15-años-completos, que por tirar mi basura ahí había tantas ratas. Primero le dije: "¡¿Qué?!", pero la señora frígida siguió balbuciendo sandeces incomprensibles. Entonces, de la nada, yo también le grité:
"¡Pues ahí es donde la recoge el camión!"
Ante lo cual, la señora siguió soltando sus mierdeces. Así que me di la vuelta y la dejé hablando sola.
Tuve que caminar cinco cuadras con los puños crispados para bajarme el coraje. Sobre todo, porque lo había hecho frente al portero del edificio de al lado, quien ha sido la persona más amable conmigo desde que me mudé acá. Él me dijo que la basura se tiraba ahí... Sólo soy un juguete del cruel destino.
Hace rato, mientras cargaba con una mano un montón de bolsas llenas de objetos de vidrio, intenté firmar un recibo. Como el papel se me movía, una chica me lo detuvo con el dedo. Fue un acto absolutamente desinteresado, y le agradecí de veras.
Otro ejemplo que me gusta es la fonda donde como. La comida en sí no tiene nada de extraordinario, incluso es algo sosa y poco original, pero los dos meseros que me atienden alternadamente son tan amables, tan divertidos y tan amigables que voy cada que puedo a pesar de tener unas 10 opciones diferentes tan sólo en mi cuadra.
Nunca me ha gustado ser grosera. Procuro ser cortés. Siempre he creído que se gana más siendo amable, en cualquier lado: el banco, la oficina, la ventanilla, el trámite burocrático. La gente siempre va a estar más dispuesta a atender rápida y eficazmente si le muestras tu sonrisa de dientes chuecos y dices "gracias", "por favor" y "tenga sexo más seguido, de verdad".
Sin embargo, en cuanto percibo una grosería manifiesta, puedo volverme muy hostil. Antes dejaba pasar estas hijodeputeces más campechanamente, en realidad no me importaban gran cosa, pero ahora no acepto la mierdez de nadie, de NADIE. A pesar de tener voz de pito, mi voz de pito puede decir cosas hirientes y salvajes, así que ándense con cuidado HIJOS DE PERRA y SEÑORAS FRÍGIDAS. Los encontraré y me vengaré, Alá sabe que me vengaré.
Actualización del SICÓPATA del 16:
El domingo me llamó por teléfono. Antes de que dijera cualquier cosa, le dije que no estaba en el DF, que me estaban cobrando el roaming y que tenía que colgar. Y le colgué. Secamente.
¿Entendió? Por supuesto que no.
Hace rato me lo encontré en las escaleras. Le dije hola sin detenerme y seguí subiendo sin prestarle atención. Alcancé a escuchar que me preguntaba si necesitaba algo de Puebla, ¡de Puebla!
Díganme qué carajos podría yo necesitar de Puebla. Esto es todavía más arbitrario que lo de las palomitas de dulce, y se vuelve más enfermo a medida que pasa el tiempo. Creo que tendré que programarme en mi modo hostil cada que lo vea y decirle algo que debí decirle hace mucho tiempo:
No estoy interesada en ti.
Ya me siento mejor, gracias. La irritabilidad es signo de sanidad.
19 comentarios:
Yo soy de Puebla, y en realidad hay cosas que puedas necesitar, como... ¿a quién engaño?, no hay nada útil que sacar de aquí.
Supongo que la siguiente actualización del vecino del 16 será lo que te regalará este 14 de febrero... ya como ansias.
Saludos
Hola, pasando a saludar y tambien para invitarte a que pases y veas mi blog a ver si encuentras algo de tu agrado y si te gusta intercambiemos enlaces, una suerte de fucionar dendritas o algo asi diria yo,je.
Saludos y hasta la proxima.
Si está tan enfermo como parece... yo creo queria escucharte pedir camote"!
Pero si él ha sido amable contigo, provocaría un error de acuerdo al discurso que planteas en tu post, a menos que el motivo de tu enojo sea el hostigamiento de parte del acosador (he ahí el dilema). Amigui, ya te dije, dile que eres hombre. Te pones un calcetín y le dices "tons qué?" si te dice que va, corres, porque de hecho ya hay tantas patologías en este mundo, que uno nunca sabe.
Besitos amiguiii ya, unos tacos, digo yo.
Lilian, de casualidad tu admirador del 16 trabaja/ estudia en la UAM de Xochimilco?
Suena peligroso Lilián, deberías ya decirle concretamente que no te hable... mmm... tal vez deberás ser grosera aunque no te guste.
Mandariino:
No, no creo. Estudia piloto aviador o algo así.
O seguro lo dijo para impresionarme. Ha de ser sicópata a domicilio.
mmmmm, mas bien como que eso de que si no necesitas algo de puebla me sonó como que a doble sentido!!!
Eso o solo quería que le encargaras unas cemitas con carne árabe.
SalU2
no funciono lo de ser lesbiana??
Pídele mole, cemitas, postales de los volcanes, sidra, borrachitos o una vajilla de talavera. Concuerdo con que lo del camote sería algo que seguro él hubiese querido escuchar. ja.
Hubiera sido una situación grotesca pero graciosa.
me encantaria ver tu cara
Ja ja ja no tuve madre que el primer comentario viniera de un poblano... Seguro te traerá unos camotes de los que compras en la caseta de salida de Puebla. saludines!
La irritabilidad es signo de sanidad.
Yeah.
StrongBad!
Le hubieses pedido una postal.
Puedo pensar en al menos 3 cosas que necesitas de Puebla :
1. Un cachorro ( de perro callejero y chaca) que venden en la caseta.
2. Un paquete de gomitas en forma de corazones ( de la caseta también)
3. Un paquete de camotes de colores varios.
¡Ay Lilián! El chiste es darle baje con algo.
snif, yo soy de puebla... pero ya te vere casada algun dia con un precioso
YA TE DIJE CUÁL ES LA SOLUCIÓN. LO DE SER LESBIANA YA ESTÁ MUY GASTADO Y RARA VEZ FUNCIONA.
DILE QUE TU PAPÁ ES NARCO Y QUE ASESINÓ A TUS ÚLTIMOS DOS NOVIOS POR QUERER PROPASARSE CONTIGO. Y LUEGO REMATAS CON UN: "NO SE QUÉ PASÓ CON ELLOS, NUNCA ENCONTRARON LOS CUERPOS".
PD. NOTAS QUE YA TODO LO ESCRIBO CON MAYÚSCULAS.
Es hoorrible tener vecinas mal cogidas, hasta lo que no comen les hace daño... ahora que pensándolo bien es peor tener una roomate mal cogida ¬¬
Una de las muy exasperantes y dañinas costumbres del gringo promedio se vuelve una bendicion cuando se trata de la eliminacion de la basura casera:
Dejar que sea otro el que se encargue de tus desperdicios.
Aca simplemente arrojas la caja, bolsa o bulto en cuestion en el contendor correcto y la cuidad envia un camion para que evitar que uno se ensucie las manitas, lo que además preserva los oidos de comentarios insidiosos producto de la envidia, la ignorancia o ambas. Por supuesto esta costumbre, tan admirable al momento de deshacerse de la basura acumulada en casa, se convierte en algo despreciable cuando se trata de politica, consumo de energia, obtencion de materia prima o mano de obra, etc.
Por si ves a tu vecino, a mi si se me ofrece algo de Puebla: Que se vaya a 1ra division A y que si quiere regresar deje de hacerlo comprando equipos. Si vuelves a verlo, ahi te encargo.
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