Es difícil escribir lo que sigue. Probablemente resulte fuera de lugar en este blog, pero no tengo otra opción.
Acabo de enterarme de una noticia fatal: ayer ocurrió un accidente trágico en Querétaro. Tres tipos se lanzaron de un parapente, pero por diversas circunstancias (me parece que el equipo era inadecuado y hubo un cambio en la corriente de aire) perdieron el control. Uno de ellos falleció al caer directamente sobre una roca y golpearse la cabeza. Se trataba de Julián Boldó, de 34 años.
Hace algunos años, mientras estaba todavía en la universidad, trabajé en una agencia de viajes. Julián era mi jefe.
¿Qué puedo decir al respecto? ¿Debo decir ahora, en que hablar de él sólo puede ser en pasado, que Julián fue un hombre íntegro al que todos extrañaremos? No puedo. Yo no puedo.
Tuve muchos problemas con Julián, ocasionados quizás por un ambiente ríspido en la oficina y por la diferencia de caracteres. Supongo que es magnánimo echarme un poco la culpa de nuestras desavenencias, pero también debo decir que Julián tuvo un comportamiento desagradable hacia mí. Eso es todo.
Fue hace tres años. Acababa de abrir mi otro blog, y en ese entonces nadie los leía. Y yo era (soy) muy estúpida e inconsciente. De la forma más irresponsable posible, escribí una perorata con acusaciones infantiles hacia él. Con frases como "lo odio" y otras que no recuerdo (o no quiero recordar), y que por respeto no reproduciré una vez más.
De verdad, no sé qué decir. Reiterar que aquéllo no fue totalmente en serio es redundante y hasta oportunista. No puedes odiar a quien nunca amaste, o con quien nunca conviviste lo suficiente. Simplemente, Julián no era de mi agrado y, con toda seguridad, yo no lo era del suyo.
Este post es para disculparme públicamente con los familiares y amigos que, a través de Google, encontraron el post anterior. Es desafortunado y lo siento de verdad. Imagino el shock que debió ser leer algo así, y entiendo las posiciones que muchos de ellos han tenido conmigo.
Mi bandeja de entrada tiene algunos mails de odio con recomendaciones como "ojalá ahora estés feliz y contenta". No lo estoy. Todo lo contrario: me siento muy consternada y hasta triste por su esposa y su hija, y desde luego con todos sus familiares. Por supuesto, borré el post; aunque el daño ya está hecho.
Hace rato hablé con uno de sus amigos. La actitud y consideraciones que tuvo conmigo me subieron un poco la moral. No lanzó acusaciones contra mí y se portó con toda rectitud. Me dijo que Julián había sido una buena persona, y no lo dudo. Yo no tuve la oportunidad de corroborarlo y, lamentablemente y aunque a muchos les disguste, la percepción que tengo y tuve de él permanecerá intacta -sin que por ello deje de lamentar su muerte. No me queda más que disculparme y mandar mis sinceras condolencias a todos los afectados.