Qué buena está Brothers & Sisters.
(me sentí como Álvaro Cueva)
Por fin una serie como las que me gustan: un dramón con personajazos, conflictos ideológicos, un muchacho gay que está bien guapo (Mathew Rhys, a quien ya antes había alabado extensamente), una muerte en el primer capítulo, negocios truculentos y lazos familiares inquebrantables.
Cómo no me va a gustar si salen mis actores de planta, como mi amada Calista Flockhart, a quien le guardo cariño por interpretar a una Ally McBeal muy neurótica que hacía ver a mis propias neurosis como pálidos conflictos mentales de una muchacha de 21 años. Claro que ahora la hace de una cerda republicana que dice: "Sí, ataquemos a Irak, al fin que se lo merecen por negros y.. eh... ¿que no son negros? ¡¿Y a quién jodidos le importa?! Ataquémoslos anyway!".
Luego está Sally Field como una mamá que llora porque le mandaron a su hijo drogas-duras a la guerra y la hija mayor que es Rachel Griffiths, a quien amo en todas sus facetas, que dice cosas como "No debe haber secretos en el negocio familiar" y "Pásame la sal, por favor".
Me recordó a mis hermanos.
Si, yo estoy muy apegada a mis carnales. Ya lo dije y no me avergüenzo. Todos somos adultos (bueno: ellos lo son y yo pretendo serlo de vez en cuando, para que me den alcohol y habanos y me dejen dar mi punto de vista respecto a las políticas públicas).
Lo más ULTRA-genial es que tres de ellos ya tienen su propio JaiFai.
Rescato cosas importantes de cada uno:
Mi hermana Diana tiene unos corazones rutilantes y así. El aspecto de su Hi5 está re-ñoño, pero lo compensa admitiendo que es mi grandísima "fans" y que tenemos los mismos gustos musicales, con lo cual difiero, porque ella en ningún lado puso que le gusta Pimpinela.
Luego está Livia, que viene con una ñoñez aún más grande que la anterior y además, HORROR, dice que le gusta Panda (honestamente, honestamente, sospecho que fue adoptada) a pesar de que su servilleta le diga que es un grupo espurio y la personificación musical de la porquería.
Luego Billy, que se creyó muy galán y bleh: no lo logró. Además, me dice que le llegaron muchos gays y por eso puso una plantilla "masculina". Tampoco lo logró.
Ya nomás falta Yayel, pero él sólo usa Google para ver viejas encueradas y coches con cuatro llantas y un parabrisas. Aburrido.
Y pues nada. Tampoco les interesaba, pero nadie dijo que estaba prohibido hacer esta clase de cosas.
¿O sí?
(me sentí como Álvaro Cueva)
Por fin una serie como las que me gustan: un dramón con personajazos, conflictos ideológicos, un muchacho gay que está bien guapo (Mathew Rhys, a quien ya antes había alabado extensamente), una muerte en el primer capítulo, negocios truculentos y lazos familiares inquebrantables.
Cómo no me va a gustar si salen mis actores de planta, como mi amada Calista Flockhart, a quien le guardo cariño por interpretar a una Ally McBeal muy neurótica que hacía ver a mis propias neurosis como pálidos conflictos mentales de una muchacha de 21 años. Claro que ahora la hace de una cerda republicana que dice: "Sí, ataquemos a Irak, al fin que se lo merecen por negros y.. eh... ¿que no son negros? ¡¿Y a quién jodidos le importa?! Ataquémoslos anyway!".
Luego está Sally Field como una mamá que llora porque le mandaron a su hijo drogas-duras a la guerra y la hija mayor que es Rachel Griffiths, a quien amo en todas sus facetas, que dice cosas como "No debe haber secretos en el negocio familiar" y "Pásame la sal, por favor".
Ahora las dos únicas series que veo (ésta y House) son transmitidas por Universal Channel, con lo que se resuelve el problema del control perdido y la tecla atascada y otros asuntos. Los astros se alinean a mi favor.
Me recordó a mis hermanos.
Si, yo estoy muy apegada a mis carnales. Ya lo dije y no me avergüenzo. Todos somos adultos (bueno: ellos lo son y yo pretendo serlo de vez en cuando, para que me den alcohol y habanos y me dejen dar mi punto de vista respecto a las políticas públicas).
Lo más ULTRA-genial es que tres de ellos ya tienen su propio JaiFai.
Rescato cosas importantes de cada uno:
Mi hermana Diana tiene unos corazones rutilantes y así. El aspecto de su Hi5 está re-ñoño, pero lo compensa admitiendo que es mi grandísima "fans" y que tenemos los mismos gustos musicales, con lo cual difiero, porque ella en ningún lado puso que le gusta Pimpinela.
Luego está Livia, que viene con una ñoñez aún más grande que la anterior y además, HORROR, dice que le gusta Panda (honestamente, honestamente, sospecho que fue adoptada) a pesar de que su servilleta le diga que es un grupo espurio y la personificación musical de la porquería.
Luego Billy, que se creyó muy galán y bleh: no lo logró. Además, me dice que le llegaron muchos gays y por eso puso una plantilla "masculina". Tampoco lo logró.
Ya nomás falta Yayel, pero él sólo usa Google para ver viejas encueradas y coches con cuatro llantas y un parabrisas. Aburrido.
Y pues nada. Tampoco les interesaba, pero nadie dijo que estaba prohibido hacer esta clase de cosas.
¿O sí?
4 comentarios:
Yo nomás le manejo The Shield, The Apprentice y El Reino del Suricato, este último porque encuentro enormes semejanzas con mi entorno.
House me gusta, pero en Universal Channel no suele estar mi corazón.
Ahora, para tv harcore -no de lo pornocho, sino de lo intenso-, recomiendo ampliamente Intervention, que pasa por A&E (los Lunes a las 8,).
Dime dónde dejaste a nuestra Anadalai, maledetta.
jajaja un grupo espurio. Buenísima.
Me caen bien tus hermanos. Son chidos.
Y obviamente tengo que ver Brothers & Sisters.
Saludos.
Carajo, tengo que empezar a ver más televisión porque al parecer me estoy perdiendo lo bueno de la vida. Adios al sexo, los paseos en yate, el surf y las charlas con el Dalai Lama. ¡Universal Channel, aquí voy!
Es lindo ver a alguien hablar bien de su familia (o de quien sea). Yo nunca hablo bien de nadie porque mentir es pecado.
¡Lánzate a la Urbe de Humo! Tus fans te estamos esperando ansiosos.
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