Decidí estudiar periodismo porque era la única carrera que, según creí hace tres años, me obligaría a escribir como único método de supervivencia. Rechacé Lenguas Modernas en Español porque me aterrorizaba la idea de convertirme en una maestra de español bigotona en una preparatoria de niños cuasi-emos y ñoños que se pasan la tarde entera recluidos en la biblioteca haciendo la tarea en conjunto (los ñoños, claro está, puesto que los emos estarían en las canchitas de fútbol quemando mota y charlando sandeces).
Escribir. Ese es el punto. Por eso materias como Radio y Televisión han sido una tortura medieval. Por eso hago todo casi a fuerzas y saco sietes y ochos cuando me va bien. Por eso mi carrera a veces me parece tan pendeja, porque tengo que tomar esos talleres estúpidos que no me conducen a nada y de los que no aprendo nada.
No tengo trabajo, honestamente. Llegué a un punto en el que me dije que continuar tomando chambitas de medio tiempo en cafetines o agencias de viajes era una vergüenza para alguien que a estas alturas ya debería haber agarrado un hueso respetable. Sí, colaboro en revistas y donde me inviten... pero trabajo, trabajo decente no tengo. ¿Alguien me ofrece alguno?
Estoy haciendo el servicio social en el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, en el área de comunicación social. Todos los días regreso deprimida y con una frase bien motivadora en la cabeza: "soy una basca". No importa lo que haga, no importa cuánto lo intente, ninguna de mis notas es lo suficientemente buena. Me digo que debo perseverar y mostrarle a la maestra (La Eminencia, a quien sigo respetando y admirando no importa cuánto me rechace y entorne los ojos cada que me mire en la puerta de su oficina y piense "esta muchachita babas no tiene ni la más remota idea") que sí puedo entrevistar a alguien y sacarle información importante. Pero la verdad es que no me gustan las entrevistas. A los quince minutos ya quiero irme, todo el asunto me resulta como una larga charla incómoda. Y odio, ODIO transcribir. Lo he dicho siempre: las versiones estenográficas son cosa del diablo.
Luego está el hecho de que es más fácil escribir sobre cosas poco importantes. Pero uno piensa en Proceso. Pero luego llega Mariana Chávez, corresponsal de La Jornada, y te dice que tu reportaje de investigación es una mierda y entonces tienes que estar un poco de acuerdo con ella, porque la verdad es que investigaste más bien poco y a regañadientes.
Está bien el semestre y todo, pero me gustaría estar en una oficina ya. Y me gusta la inmediatez, el hecho de escribir algo y saber que va a ser leído casi enseguida (no, no hablo del blog). Pero eso me aterra y me hace escribir pura zonzada y luego digo: "Caray, ¿dónde está el gusto de escribir por gusto y no porque alguien te está apurando cada tanto?
Y me quiero ir a Chile. En cuanto se pueda. Sin concesiones, sin segundas reflexiones, sin avisos. Nomás tomar el avión y ya.
Sólo que no estoy tan segura de si lo que me espera es el magíster en Literatura Hispanoamericana, como siempre proyecté. A lo mejor termino vendiendo porotos en las esquinas. A lo mejor no.
Escribir. Ese es el punto. Por eso materias como Radio y Televisión han sido una tortura medieval. Por eso hago todo casi a fuerzas y saco sietes y ochos cuando me va bien. Por eso mi carrera a veces me parece tan pendeja, porque tengo que tomar esos talleres estúpidos que no me conducen a nada y de los que no aprendo nada.
No tengo trabajo, honestamente. Llegué a un punto en el que me dije que continuar tomando chambitas de medio tiempo en cafetines o agencias de viajes era una vergüenza para alguien que a estas alturas ya debería haber agarrado un hueso respetable. Sí, colaboro en revistas y donde me inviten... pero trabajo, trabajo decente no tengo. ¿Alguien me ofrece alguno?
Estoy haciendo el servicio social en el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, en el área de comunicación social. Todos los días regreso deprimida y con una frase bien motivadora en la cabeza: "soy una basca". No importa lo que haga, no importa cuánto lo intente, ninguna de mis notas es lo suficientemente buena. Me digo que debo perseverar y mostrarle a la maestra (La Eminencia, a quien sigo respetando y admirando no importa cuánto me rechace y entorne los ojos cada que me mire en la puerta de su oficina y piense "esta muchachita babas no tiene ni la más remota idea") que sí puedo entrevistar a alguien y sacarle información importante. Pero la verdad es que no me gustan las entrevistas. A los quince minutos ya quiero irme, todo el asunto me resulta como una larga charla incómoda. Y odio, ODIO transcribir. Lo he dicho siempre: las versiones estenográficas son cosa del diablo.
Luego está el hecho de que es más fácil escribir sobre cosas poco importantes. Pero uno piensa en Proceso. Pero luego llega Mariana Chávez, corresponsal de La Jornada, y te dice que tu reportaje de investigación es una mierda y entonces tienes que estar un poco de acuerdo con ella, porque la verdad es que investigaste más bien poco y a regañadientes.
Está bien el semestre y todo, pero me gustaría estar en una oficina ya. Y me gusta la inmediatez, el hecho de escribir algo y saber que va a ser leído casi enseguida (no, no hablo del blog). Pero eso me aterra y me hace escribir pura zonzada y luego digo: "Caray, ¿dónde está el gusto de escribir por gusto y no porque alguien te está apurando cada tanto?
Y me quiero ir a Chile. En cuanto se pueda. Sin concesiones, sin segundas reflexiones, sin avisos. Nomás tomar el avión y ya.
Sólo que no estoy tan segura de si lo que me espera es el magíster en Literatura Hispanoamericana, como siempre proyecté. A lo mejor termino vendiendo porotos en las esquinas. A lo mejor no.
9 comentarios:
Iba a poner un post alentador pero el pop up que broto tiene el anuncio de un juego interesante, nos vemos luego Liliàn!!
escribes reteharto, me perdí como 20 posts :S... ya no se ni de cuál comentar jajaja
chida la banda, luego nos vemos
No inventes, ponte a escribir y dejale las dudas existenciales a los filósofos. La vida rota y la falta de esperanza son el material del escritor. A Hunter S. Thompson lo madreaban motociclistas pandilleros cada semana y a Bukowski las prostitutas le sacaban el dinero de los pantalones, cuando se quedaba dormido en la borrachera. No se escribe por la fama o la salvación. Se escribe por que no se puede, ni se quiere, hacer otra cosa.
Y tú lo haces mejor que muchos.
Aparte, la verdad, me encanta tu voz y me trauma que dudes con ella.
Anónimo ha dicho palabras certeras. Ya el biorritmo se asentará y podrás ver con nitidez, nuevamente, la realidad: eres una chingona y naciste para escribir. A la goma con las dudas. Un abrazo.
Pues si, yo vi esta página a través del blog de reindertot, un saludo
Lamento no concordar con Anónimo, al parecer todo buen escritor tiene sus dudas existenciales y es por eso que se le dá el talento literario, tienen la capacidad de poder describir lo que miran a su alrededor areviendose a hablar de temas que no necesariamente dominan y eso es lo que los hace buenos escritores y no las críticas de gente que no tiene la verdad absoluta. El gran escritor escribe de lo que cree con determinación.
Tal vez no sea importante, pero yo creo que eres una gran escritora.
Si que estás en una situación difícil, sería bueno que reflexionaras sobre que es lo que realmente quieres. Y después has lo que realmente te gusta, hay muchos estilos en los cuales puedes encajar, no creo k t cueste trabajo, eres buena escribiendo (estoy seguro que lo que escribes no es ninguna zonzada) naciste con esa cualidad. Así que no te preocupes y lucha por tus sueños, recuerda que una calificación no te hace el mejor o el peor.
Hija de mi vida,
Yo me dedico a esto, por lo mismo que tú. Y también hubo un momento en que dudé... pero todo va tomando forma.
Y sobre lo de emigrar:
No lo pienses. Hazlo.
Es la experiencia más enriquecedora y entristecedora por la que pasarás... pero es fascinante.
NO vaciles y ESCRIBE.
Besos
Comparto por completo la opinión del tocayo Cane, ESCRIBE, porque para eso naciste =)
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