Ya sé que, como soy mujer, lo usual sería que estuviera en jaque con mi mamá. Pero no: con ella me llevo de ultra-lujo desde que decidimos, hace algunos años, que la adolescencia y la menopausia eran una combinación explosiva y que mejor le bajáramos de agua a nuestros tamales porque la cosa se iba a poner color de hormiga.
Ahora ella me mira mientras me emborracho, me inyecto heroína y le prendo fuego a los mendigos: a lo mucho esboza una sonrisa de compasión y luego me da palmaditas en la espalda, lo que demuestra que aprueba mis conductas y hasta se divierte con ellas.
Pero mi papá es otro asunto, Alá lo sabrá.
Sí, compartimos una afición profundísima: James Bond.
Pero fuera de eso nos la pasamos peleando como dos pubertos que escuchan a Uff y dibujan corazoncitos en las páginas sueltas de sus cuadernos de secundaria.
La apoteosis de esta guerra fría fue un día en que yo estaba en la cocina y le grité "Guillermooooo" (no cierto: tampoco soy tan Bart, sí le digo papá... o señor... o "hey, tú" o "como te llames, sí lo que sea") y entonces él vino y se paró en el umbral de la puerta, con su vaso de leche y sus dos conchas en la mano.
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Papá Pubertoso: ¿Qué pasó?
Su servilleta Pubertosa: Ven. Te voy a decir una cosa.
Papá Pubertoso (alarmado): ¡¿Qué?!
Su servilleta Pubertosa: Oh, tú ven.
Papá Pubertoso (al borde de un ataque de pánico): ¡No! Dime desde aquí.
Su servilleta Pubertosa: No te cisques, ven.
Papá Pubertoso (gritando despavorido y tapándose las orejas y apretando los ojos fuertemente): ¡No! ¡Dímelo desde ahí! ¡No te me acerques!
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Mi papá me tiene miedo, ¿no es la familia una institución hermosa y encantadora?
O a veces llego y lo encuentro usando MIS cosas: mi compu, mi tele, mi silla, mis Nike Air Walk...
Nada más escucha mi voz chillona en el pasillo y se levanta como un rayo y corre a encerrarse en su cuarto, temblando como una hoja.
Pobrecito, ¿de veras seré tan monstruosa?
Supongo que hemos perdido la costumbre de vivir juntos (los últimos años me las he arreglado viviendo con tipas insoportables y otros entes) y ahora cada quien tiene que marcar su territorio con algo más convincente que orina fresca.
Pero la verdad es que todas mis manías, todas mis neurosis, todas mis obsesiones, todas mis costumbres y todas mis extravagancias las saqué de él. Yo soy su yo femenina. Yo soy mi papá mujer joven. Hablando de lo cual: en su juventud se parecía bastante a Steve Carell. Ahora ya no.
¡Y también compartimos otra afición muy importante!
¡Andy Williams!
¡Hermoso, sublime!
¡Hermoso, sublime!
7 comentarios:
Yo tambien soy copia al carbon de papa,y cada vez que le da por quererme regañar se sienta me lanza la cantaleta y con la voz mas pausada que cura de iglesia de pueblo me dice:"todo lo que me puedas rebatir yo ya me lo se, y deja de alzar la ceja que te vas a arrugar igual que yo" frase magica y convincente
Yo no tengo foto de mi papa abrazandome a pesar de que me llevo de poca con el, el y yo somos como un Homero Simpson nunca damos consejos a nuestros hijos, pero lo compensamos comprandoles cuanta cosa se les antoje
a pesar de que a mi Papa le gustaban los deportes y tenia un equipo de ciclismo en su juventud
la unica aficion que le robe fue la de los toros.
pd muy bonita foto la suya
Alx Roa
Pues a mi me crió mi tia puberta, asi que entre Timbiriche, Soda Stereo y Amanda Miguel enbarnecí.
No sé si la anterior confesión sea encomiable, recomendable o siquiera presumible. pero asi fué.
Liliancita, siempre te leo aunque ya pocas veces comento. El trabajo está resultando ser excesivo. Pero queria decirte que lamento lo de tu amigo. ¿Qué más se puede decir? Un abrazote.
La escena de las conchas y el terror es fabulosa.
definitivamente esa portada me da miedo...
Hay akgo que quizá no sabes: tu papá me dio mi primera chamba, aún antes de que empezara la carrera, allá por 1990. Le hice un logo paa una constructora que me parece que jamás echó a andar (y qué bueno, porque el logo era espantoso).
Mi mamá lo recuerda como su primo, el sabio distraido.
Tú jefe es la neta.
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